0,001%

Tenía unos gustos similares a los de cualquier otra persona. Le gustaba ir a la playa para bañarse, pasear, tomar el sol y lucir así su bello cuerpo tanto allí mismo como a la vuelta de las vacaciones en la oficina en donde ella trabaja. Muchos de sus conocidos les avisaron de lo perjudicial que podía ser el sol para su salud, que si había muerto gente de cáncer de piel por no darse la suficiente protección y varias chorradas más. No solía hacer mucho caso, al fin y al cabo, eso sólo le pasaba a un 0,001 % de la población y ni siquiera se cuestionó si estaría dentro de ese ínfimo porcentaje. Era absurdo.
Por dejarse llevar por su ambición de lucir un moreno que tan sólo le iba a durar unas semanas, le han diagnosticado con melanoma. A sus temprana edad, 18 años, está sufriendo una realidad que por un bronceado de más, casi le mata. A pesar de ser morena de nacimiento, y estarlo desde semanas anteriores, dejó de creer en lo que pudiese suceder para centrarse en lo guapa que podía verse de ahí a unas semanas. La enfermedad crecía a mayor velocidad, y llegó a pasar a la tercera fase en las dos siguientes semanas desde el momento en el que se lo hicieron saber.
Sufría convulsiones, y mareos. No quería creer en la realidad que se le venía encima pero tampoco había hecho nada para evitar que no le hubiese sucedido a pesar de las críticas y consejos que le habían dado todos sus conocidos advirtiéndola del peligro. Ya no había marcha atrás, tan sólo faltaba esperar a los resultados del médico. A partir de ese momento, sólo vivía de la esperanza de poder vivir a falta de esta enfermedad. Pero, ahora sólo faltaba esperar y someterse todos los meses a un chequeo, en el cual se incluía tanto un análisis de sangre como de orina con el fin de saber cómo iba la enfermedad y de si en algún momento se podía frenar.
Por remota que sea la posibilidad, es posible.