#101 CONFESIONES DE UNA HEREDERA CON DEMASIADO TIEMPO LIBRE de BelenBarroso

CONFESIONES DE UNA HEREDERA CON DEMASIADO TIEMPO LIBREBelén BarrosoEditorial Espasa320 páginasLee el primer capítulo

Querida lectora, lector, o dependiente de la librería que está colocando el libro:
¿Eres tú una de esas miles de personas que se emocionan cuando se habla de tacitas de té, vestidos de corte imperio y damas de compañía? ¿Te gustaría tener una tenacilla para los rizos y poner «Mr. Darcy» en todas las hojas de tu carnet de baile? ¿Dónde se podrá encontrar hoy en día un carnet de baile? ¿Y un Mr. Darcy?
¿Qué te parecería entonces una historia que transcurre en Pasley Manors, una mansión en medio de la campiña inglesa (¿dónde si no?), protagonizada por una joven y rica heredera que ahora mismo está escribiendo una carta sentada frente a la ventana, a través de la cual cree vislumbrar su futuro y al lechero aguando su mercancía?
Aquí la tienes, servida, por supuesto, en bandeja de plata abrillantada hasta hacer daño en los ojos por el imponente mayordomo de Pasley Manors. Gracias, Branson, eso es todo, puede retirarse. 

Desde que comencé a ver reseñas de este título, hace tiempo ya, me sentí atraída por él. Así que cuando Laky de Libros que hay que leer lo recomendó en el reto Serendipia Recomienda 2016, no tuve que pensármelo mucho para incorporarlo en mis lecturas elegidas para este año que nos deja. Y no me ha defraudado en absoluto.

Fuente

Echando mano del género epistolar, Belén Barroso teje una divertida caricatura de las novelas de Austen o, simplemente, sin especificar más, de las novelas ambientadas en la sociedad inglesa del siglo XIX. Así, sus puntos están plagados de tazas de té, bailes a los que llevar carnet, lores casaderos y casados, damas de rancio abolengo y damiselas en edad de merecer, pobres (perdón, gente sencilla o humilde), mascotas de alta alcurnia, mujeres chismosas, mayordomos estirados y doncellas entregadas... Y todo ello rebosante de ¿sarcasmo?, no sé, lo que sí tengo claro es que derrocha humor.
Sí, lo sé, precisamente las novelas de Austen suelen constituir una ácida crítica a la burguesía contemporánea a la autora, a las reglas establecidas. Sí, lo sé, sus obras cargan frecuentemente las tintas contra esos padres que dirigen las vidas de sus hijas, ese clero poco ejemplar, esos ricachones que pecan de soberbia... Pero Belén dota todo ello de histrionismo y sentido del humor.
El género epistolar reducirá el punto de vista al que puede acceder el lector a uno: el de nuestra protagonista o heredera con demasiado tiempo libre. El mejor posible pues las confesiones que le confía a su amiga Edwina dibujan a un personaje que nos dejará con la boca abierta haciéndonos cruces más de una vez, y nos robará una sonrisa más de dos (y de tres, y de...) y es que... se le acaba tomando cariño, qué queréis que os diga. Empiezas pensando: "Ay, Dios mío, ¡qué pocas luces!", y acabas reconociendo su genialidad dentro de su torpeza.
Y así como se disfruta de la historia: amena, divertida y fácil de leer; conquista su edición: abundantes ilustraciones vintage y citas de novelas de la época dan la mano a estas cartas sin desperdicio.
En definitiva, ¿a quién recomendar esta prenda?, pues a los amantes del género teniendo en cuenta que... ha llegado el momento de reírse un poquito del mismo, que nunca viene mal. A todos aquellos que, conociendo algo de que va el tema (pues disfrutarán aún más de esta versión mordaz) quieran echar un buen rato. Y a los que sin tener ni idea, simplemente busquen una lectura con un punto disparatado.