#104 BIENAVENTURADOS LOS SEDIENTOS de Anne Holt

BIENAVENTURADOS LOS SEDIENTOSAnne HoltTraducción: Mario Puertas  Roca Editorial224 páginasHanne Wilhelmsen #2

Hanne Wilhelmsen es una detective brillante que domina el humor y las formas duras características del género, sin caer en la parodia de una mujer con gabardina. En Oslo el verano promete ser largo y caluroso. Las elevadas temperaturas del mes de mayo han sorprendido a los noruegos; entre ellos a Hanne Wilhelmsen ha sido enviada a investigar un macabro escenario criminal: una caseta abandonada en los arrabales de Oslo regada, literalmente, de sangre. En una de las paredes destacan ocho dígitos escritos también en sangre. No hay rastro de la víctima. Aunque tampoco es seguro que haya una víctima humana hasta que se verifique la procedencia del fluido. Una semana más tarde, también un domingo, se reproduce la misma escena sanguinaria, esta vez en un parking. Y de nuevo, los ocho dígitos y ni víctima, ni testigos, ni motivo aparente. A Wilhelmsen le inquieta el tema, pero no tiene a qué agarrarse. Además, hay otro caso que ocupa su agenda estos días: una violación. Curiosamente, la violación ha coincido en un domingo en el que no se han repetido los desagradables episodios anteriores. Pero Hanne no es la única interesada en el caso, el padre de la chica violada está dispuesto a todo para dar con el culpable.

Bienaventurados los sedientos  llegó a mi estantería gracias a un San Jordi bloguero de la mano de Caminando entre libros. Llevaba mucho tiempo esperando su turno y, tanto el reto de Carmina de 12 meses 12 libros como el mes temático de Laky, la convirtieron en perfecta candidata para estrenar este 2017 lector.
Lo comencé con ganas, me gusta el género y hacia un tiempo que no lo tocaba, pero debo decir que mi experiencia lectora con este título ha ido de menos a más. Los que me leéis, ¿os suena la frase, verdad?, últimamente la llevo bordada encima. Durante los primeros capítulos vaticiné que el resultado final no iba a ser tan bueno como finalmente fue. Os cuento.
Estamos ante la segunda entrega de la serie Hanne Wilhelsem de Anne Holt, cuya protagonista es una subinspectora de policía. Debo deciros que yo no he leído las anteriores y no he echado en falta no haberlo hecho. Cada título de la serie parece hacer referencia a un caso, siendo por tanto autoconclusivos e, intuyo, teniendo todos como hilo conductor la vida personal de Hanne y su compañeros de trabajo. En este caso, la acción discurre en Oslo y entreteje asesinatos y violaciones. Por un lado, Hanne intentará descubrir el origen de una serie de escenarios sangrientos sin víctima aparente pero con diferentes mensajes escritos echando mano del líquido elemento, mensajes que poseen un denominador común: son numeraciones que traerán de cabeza a la policía en su intento por descubrir qué pueden significar. Y por otro lado, nuestra protagonista también deberá conducir un caso de violación a cuya investigación le podrá dedicar poco tiempo a pesar de ser consciente de lo injusto de dicha situación. La comisaría está saturada de trabajo y ese tipo de casos suelen resultarles difícilmente demostrables por lo que poco a poco se relegan al olvido, triste y puede que más cercano a la realidad que a la ficción pues Anne Holt trabajó durante dos años en el Departamento de Policía de Oslo, haciendo muy probable que escriba con conocimiento de causa. Sí, triste, muy triste, y en muchas ocasiones he sentido una tremenda impotencia por la inactividad policial que caracteriza este caso en la novela.

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Lo cierto es que, como ya os decía, durante los primeros capítulos tuve mis dudas, no tenía muy claro que la historia acabara convenciéndome. Hanne me resultaba demasiado fría y distante (aún estoy tratando de comprender a qué se refiere la sinopsis con que "domina el humor"), no lograba para nada empatizar con ella y a la vez tampoco me despertaba rechazo y los personajes que me dejan indiferente.... malo. Pero a medida que avanzaba descubrí otros miembros del elenco de esta novela que sí lograron llegarme de algún modo, especialmente la chica violada y su padre, lo que dulcificó el sinsabor anterior. Aun así, ese sinsabor constituye uno de mis "peros" a esta historia. Tal vez lo que necesite para superarlo es leer más títulos de la serie y así conocer un poquito mejor a Hanne, pero vamos que... nuestra primera toma contacto ha sido un poco que ni fu ni fa,
No obstante lo anterior, como ya os avancé al principio, a la postre puedo decir que ha sido una buena lectura. Poco a poco me vi enganchada a una trama que no se enreda en exceso y que a la vez tiene miga, siguiendo de cerca las investigaciones de una Policía que no está compuesta por superhéroes sino que comete errores (errores que ellos mismos reconocen y sobre los que se lamentan, errores que tienen una explicación que nos puede convencer más o menos pero que existe), y empatizando con unas víctimas que, en mi humilde opinión, están muy bien perfiladas.
En definitiva, puedo concluir que mi estreno con esta autora ha sido francamente bueno a pesar de no haberlo sido tanto con la subinspectora que da nombre a la serie, lo que me invita a repetir con ella y tal vez encontrar el camino hacia Hanne.