#109 EL LECTOR de Bernhard Schlilnk

EL LECTOR
Bernhard Schlink
Traductor: Joan Parra Contreras
Editorial: Anagrama
Páginas: 208

Cuando el adolescente Michael Berg cae enfermo volviendo a casa del colegio, es ayudado por Hanna, una mujer que lo dobla en edad. Con el tiempo, ella se convertirá en su amante, cautivándolo con su pasión, pero confundiéndolo con sus silencios. Pero un día, Hanna desaparece sin dejar rastro.
Siete años después, Michael, ahora estudiante de derecho, vuelve a ver a Hanna cuando ésta es llevada a juicio por un horrible crimen del que se niega a defenderse. Mientras sigue el juicio, debatiéndose entre el rechazo y los recuerdos de la mujer a la que amó, Michael comprenderá que quizá Hanna guarde un secreto más vergonzoso que el propio asesinato.

¿Quién es más culpable?, ¿el que ejecuta o el que consiente?, ¿el que ha pecado o el que acoge al pecador? 
El Holocausto es un tema que siempre me ha interesado. Bueno, el Holocausto y cualquier episodio importante de la Historia Universal que me ayude a conocer mejor nuestro pasado. Un pasado que está lleno de atrocidades y que siempre debemos tener presentes. Os diría que olvidarlas es caer de nuevo en ellas pero os mentiría, las recordamos y aún así siguen surgiendo nuevas de las que avergonzarnos ahora y en el futuro. 
Precisamente porque es un tema que me interesa he leído bastante acerca de la II Guerra Mundial, pero lo cierto es que nunca lo había abordado desde la perspectiva que Bernhard Schlink me regala. 

Imágen promocional de la película

Esta novela se estructura en tres partes diferenciadas y cada una de ellas, a su vez, se divide en capítulos. En la primer parte se teje la relación amorosa que surge entre Michael y Hanna. Una relación clandestina por la juventud de Michael y por el misterio que desde el principio rodea a Hanna. Ella se nos presenta como una mujer de la que poco se sabe y cuyos comportamientos son, muy frecuentemente, inexplicables. Esta parte es muy importante para comprender los sentimientos del joven a lo largo de toda la novela, especialmente cuando ya no es tan joven. Hay relaciones que marcan profundamente y si se viven como primer amor o amor adolescente, muchas veces más aún.
La acción de la segunda parte arranca años después del acontecimiento que da fin a la primera: la desaparición de Hanna. Y se centra fundamentalmente en el juicio al que ésta, junto con otras acusadas, esta siendo sometida. El perdón y la condena, qué fácil puede resultar otorgarlos como sociedad y qué difícil puede resultar hacerlo a nivel personal. La inocencia y la culpabilidad, qué diluida e influida por las circunstancias se encuentra la línea que las divide. 
La tercera parte discurre una vez ejecutada la sentencia de Hanna. Apenas os daré datos de esta parte porque creo que enturbiaría la experiencia lectora de quiénes optéis por darle una oportunidad a esta prenda. Sólo haré una reflexión: la conciencia es a veces compañera pero muy frecuentemente es un verdugo que marca nuestro sino con firmeza.
El lector ha sido para mí una lectura muy reflexiva. ¿Es lícito que las nuevas generaciones condenen duramente, no a quién ha cometido las atrocidades, sino a quien ha tolerado convivir con sus impunes autores? ¿Es justo que los hijos ajusticien moralmente a sus padres por haberse mantenido al margen de la condena? La temática principal de esta lectura es el Holocausto pero, fundamentalmente, la crisis generacional que la posguerra trajo consigo.
Esta novela lucha por que las atrocidades del nazismo no caigan en el olvido, como muchísimos otros títulos con esta ambientación hacen también. Pero sobre todo, nos abre los ojos a la compleja convivencia de los implicados o espectadores con ese pasado. Una perspectiva desde la cual yo no había abordado esta temática hasta ahora y a la que me alegro de haberle abierto la mente.