Revista Diario

14. Primeras llamadas, primeros fallos

Publicado el 28 enero 2013 por Enferme @kikerufian
Casi siempre los viajes son de placer, pero los que hacíamos Nuri y yo eran por necesidad. Necesitábamos decirnos que todo saldría bien sin que hubieran miles de kilómetros de por medio ni ningún aparato electrónico. Aquellos viajes eran para darnos ese apoyo que se necesita cuando tomas este tipo de decisiones. Eran visitas fugaces que, quitándoles el tiempo que nos ocupaba el norskkurs, no quedaba mucho tiempo libre, pero era suficiente con y para estar juntos.

De momento, en este viaje sería Nuri la que visitaría Granada. Como siempre, el tiempo que estuviera ella allí sería insuficiente, así que de nuevo lo aprovecharíamos al máximo. Cuadramos nuestros huecos que nos dejaba el curso para organizarnos y poder ir a la Feria del Corpus de Granada, hasta incluso a ir a Sevilla a pasar un fin de semana con unos de nuestros mejores amigos de Tenerife: Yaiza, Juanra y Ana. Así que iré por partes como diría Jack el destripador.El viaje a Sevilla fue poco días después de que Nuri llegara a Granada. Iba a ser un fin de semana estupendo donde nos encontraríamos con nuestros amigos de Tenerife, celebrando las fiestas del pueblo de Juanra. Ahora que estoy aquí en Noruega, me gusta hablar sobre estos días donde tanto calor pasé, el mismo que ahora echo de menos cuando los -30ºC me rompen la cara cuando salgo a la calle.Fueron unos días en donde las risas, bebida y comida no escasearon, aunque algo de calor si que sobró, sobre todo el domingo. Aquel día era la romería, el día grande de la fiesta, y debíamos estar todos hacinados en un enjambre de casetas donde el calor se hacía más insoportable. Ni bebiendo litros de rebujito se quitaba uno todos esos grados de más que hacía ese día. En cualquier caso ese fin de semana sería el último en que veríamos a tres de nuestros mejores amigos y por ello me alegro de poder recordarlo.Como no, el norskkurs tenía que estar presente, y es que el lunes, lógicamente, teníamos que ir a clase. Así que esta vez el noruego no se dió ni en Asturias ni en Granada, sino en Sevilla con un sueño y una resaca importantes, pero hoy me alegro de haber disfrutados esos días con ellos. Desde aquí, gracias a Juanra, Yaiza y Ana.Después en Granada nos quedaba la feria, El Corpus. Esta feria se convirtió en nuestros recreos después de clase o entre las clases de la mañana y la tarde, ya que yo vivía muy cerca del recinto ferial. Así que aprovechábamos y cogíamos un poco de aire después de aquellas calurosas y eternas clases de noruego. De nuevo, y repito, cuando se está a gusto, el tiempo nos maldice con su rapidez, y así pasaron los días, rápidos y sin darnos cuenta de nuevo nos estábamos despidiendo en el aeropuerto de Málaga.A partir de aquí, mi historia, ésta que os cuento y que vosotros leéis, empieza a volverse algo más oscura y desesperante. Me explico. Estamos en Junio, y en nada tendríamos el examen final de curso y, según nos dijeron, nos empezarían a llamar para llevarnos a Noruega con lo prometido. Pues no. Fue algo más complicado que todo eso y por eso digo que se torna a una historia menos feliz y más deprimente. Quizá sea esta parte de la historia la que me hizo que, cuando llegara a Noruega, quisiera crear este blog, no lo sé.Uno de los primeros fallos fue que empezaron a llamar a algunos alumnos antes de tiempo. En ese momento me alegró mucho que esto pasara, pues significaba que había tanta demanda en Noruega que nos necesitaban ya, y por tanto terminaríamos nuestro curso allí pero ya trabajando, algo ideal. El tiempo me quitaría la razón y nos daría a entender que es lo peor que pudo pasar.Las primeras noticias fueron repentinas y sorprendentes. Un día cualquiera en una clase, alguien de repente dijo: "Me acaba de llamar J. y que en pocas semanas me voy, solo tengo que esperar otra llamada!...". Os podéis imaginar el revuelo que creó y las ilusiones que empezamos a hacernos todos, pensando en que a lo mejor cualquiera de nosotros éramos los próximos. A partir de estas noticias, cada vez era más difícil concentrarse en clase, ni estudiar por las tardes, el momento había llegado o por lo menos eso pensábamos, y teníamos la cabeza pensando sólo en eso. Todos los días había noticias nuevas, pequeñas gotitas que despertaban nuestros nerviosimos y nuestras ganas de viajar ya. Sin darnos cuenta, se empezaba a crear el principio del fin, o mejor dicho (como veréis en posteriores entradas) el principio de la desesperación y el desconocimiento.A mí, de hecho, me llamó J., y me comentó que estaban muy contentos con el nivel de noruego que habíamos alcanzado Nuri y yo, y que nos preparáramos porque quizá seríamos de los próximos en viajar, que no tardaríamos mucho en hacerlo. Tras esto, se empezaba a escuchar en clase por parte de los profesores y el coordinador, que cabría la posibilidad de cancelar dicho examen final porque seguramente viajaríamos todos antes de lo previsto. Incluso, que fuéramos preparando lo necesario para viajar, que tuviéramos las maletas casi listas y que fuéramos despidiéndonos de nuestros familiares por lo que pudiera pasar, porque a lo mejor en un momento nos llamaban para irnos en pocos días y había que estar preparados. Quizá los sentimientos que se despiertan tras estas noticias tan tempranas y repentinas, solo sean comprendidos por los que ahora están en lo mismo, los que están preparándose para irse fuera y solo dependen de esa llamada que les abre las puertas. Para los demás solo decirles que es poner, no sólo un caramelo en la boca de un niño, si no llevarlo directamente al parque de atracciones pero sin que pruebe ninguna atracción todavía. Nuri y yo andábamos supernerviosos en esos días, odiando el no poder estar juntos. Más si cabe, cuando recibimos esas noticias tan pronto de que quizá pudiéramos ser los próximos.Esto es solo una entrada o un resumen de como todo se empezó a dar la vuelta, donde empiezas a preguntarte otro tipo de cosas quizá más importantes que las anteriores. Así que si aún os quedan ganas, yo con gusto seguiré contando esta historia. ¿Me seguís acompañando?.14. Primeras llamadas, primeros fallos


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