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    Pone punto y final a la nota que ha estado escribiendo durante los últimos diez minutos. No es una lista muy larga pero ha preferido tomarse su tiempo para pensar en todos los detalles. Deja el bolígrafo sobre el tocador y comprueba que el maquillaje siga intacto. 
   Con los pies descalzos, disfrutando del pequeño placer de caminar sobre las tablas de madera pulida, desciende hacia la entrada y deja la nota sobre la cómoda, de una forma bien visible. Después vuelve al piso superior y tras depositar un cuidadoso beso sobre otra nota, mucho más breve, se ocupa de preparar el baño. Enciende velas, llena la bañera de agua bien caliente y la rocía con sales perfumadas a su gusto. Su último paso es color la bata bien doblada sobre una silla e introducirse en la bañera hasta quedar sumergida casi por completo. ***     Gira la llave dos veces hasta abrir la cerradura y accionar la manivela. Al entrar, lo primero que descubren sus ojos es un papel doblado por la mitad con su nombre cuidadosamente escrito a modo de destinatario. Lo abre y empieza a leer: 

Bienvenido, amor mío. Te sorprenderás de encontrar esto en vez de a mí, pero no te preocupes. Igualmente recibirás tu beso de recibimiento, siempre que sigas los pasos que te describo a continuación.
*Primero: deja las llaves y la cartera en la cesta habitual. Y afloja un poco el nudo de la corbata, sabes que me gusta más así.*Segundo: en la cocina te está esperando una botella bien fría. Tómate una copa, sé que te gusta relajarte al volver del trabajo.*Tercero: Seguro que te has quitado la chaqueta y es incomodo llevarla colgando del brazo. Sube y déjala en la habitación.*Cuarto: ¿Oyes ya la música? ¿Te preguntas de dónde viene? Lo siento pero todavía no es el momento de averiguarlo. Antes tendrás que entrar en mi vestidor y buscar una toalla grande. El color lo dejo a tu elección.*Quinto: Si ya tienes la toalla es el momento de que cruces el pasillo y te dirijas al baño. Sobre el lavabo encontrarás una última nota y tu beso. 

     —¡Qué cosas se te ocurren!  —digo en voz baja con una sonrisa tonta y salgo de la habitación aún con la nota en la mano. 
    Me tomo unos segundos más de lo que tardaría en otro momento en llegar hasta el baño. Conforme me acerco la música se oye con más claridad y reconozco su canción favorita. Abro la puerta y me acerco directamente al lavabo, obedeciendo su último paso. Allí hay otro papel doblado, más pequeño. 

Desde que te conocí supe que mi misión en esta vida era hacerte feliz. Sé que ya lo he conseguido así que puedo despedirme de ella. Me voy, sí, pero aquí tienes ese último beso que te prometí. 

    Bajo esas palabras la huella de unos labios rojos, todavía fresca. Al girarme lentamente , rígido por la tensión, veo el agua teñida de rojo.