2011: balance final y cuenta de resultados

Ejercicio cerrado

No vayas a pensar que te voy a dar la brasa hablándote de contabilidad. No. Te voy a dar la brasa, sí, pero hablando de otra cosa.

No sé si tú acostumbras a hacerlo, pero hay gente que, cuando se acerca el final del año, vuelve la vista atrás, y le da un repaso a todos los acontecimientos que ha vivido durante el año. Bien, yo soy una de esas gentes. No he escrito el post antes, por aquello de haber estado de vacaciones, pero, vamos, ésta es entrada de 31 de diciembre, básicamente.

Creo que aquí no te lo he contado (lo hice en un comentario de Ciberjenis, pero una de tantas tonterías que me rondan por la cabeza es mi Balance de Contabilidad Emocional. Ahí tengo en cuenta mi Activo y mi Pasivo, en cuando a emociones, sentimientos, la gente que me suma (a la que quiero cerca porque me aporta), la gente que resta (de la que intento alejarme); así que llegado el final del año -bueno, el inicio del siguiente, en este caso-, toca hacer el balance final y ver la cuenta de resultados.

El 2011 ha sido un año raro. Creo que ésa es la palabra que definiría mi año: raro. Así, sin más. Al inicio fue duro, complicado emocionalmente hablando. Tuve que pasar un duelo que, para mí, fue muy duro (bueno, todos los duelos lo son). Por suerte, puede contar con el apoyo de personas importantes para mí, que supieron contenerme, ayudarme, simplemente estando cerca y mostrándose disponibles.

El fin del duelo, el resurgimiento, llegó -en parte- con mi Big Chop. Y con el big chop una especie de autoreafirmación después de haber cogido fuerzas. Esa seguridad en mí misma y la recuperación de la autoconfianza se tradujeron en cambios a nivel físico. Positivos, obviamente.

Una vez recuperada, la segunda mitad del año ha sido ampliamente positiva. El segundo semestre de 2011 ha traído la amistad de mucha gente a mi vida, y un reencuentro sonado después de siete años de desconexión. En su mayoría, se trata de mujeres maravillosas, confidentes, con quienes tengo la suerte de poder compartir dudas, inquietudes, preocupaciones… y sobre todo, risas. Todas llegaron a mí desde el mundo 2.0; a algunas, por suerte, las he podido desvirtualizar; a otras, sé que lo haré en breve.

Y el final del año, a nivel laboral, ha traído, como ya sabes, un cambio, una mejora muy importante y muy deseada por mí; algo que me devuelve las ganas de levantarme todos los días para ir a trabajar, ya que últimamente me daba la sensación de que las había perdido.

El 2011 ha sido un año de decisiones difíciles, de sorpresas inesperadas, de cosas que me han restado mucho pero que se han podido equilibrar gracias a todo lo que ha llegado a mi vida sumando, gracias a las personas maravillosas de las que me rodeo. Y a todas ellas, les debo mucho.

Así que, resumiendo, el balance que hago cuando repaso todo el año pasado, es positivo completamente, a pesar de las cosas que me han restado; esas cosas que restan, al final, si uno se lo propone, acaban sumando, porque uno sale fortalecido de la experiencia; y siempre he considerado que más vale tomarse las cosas así.

Y tú, ¿qué balance haces del año que ha terminado? Si quieres, puedes compartirlo conmigo.