Revista Literatura

28. Reunión con el mar

Publicado el 28 septiembre 2016 por Aterrador

   Antes de ingresar a la nave en las oficinas nos permitieron comunicarnos con nuestro seres queridos y por supuesto el único ser querido era ella, así que imprevistamente la llamé y me contesta. como si hubiese estado esperando la llamada.— Xxxxxxxx estarán una semana en Antártida ¿verdad?—Sí, así será el trayecto. Es una submarino algo viejo y le están probando nuevos equipos.—Entonces tengo una sorpresa para ti, estoy en la Antártica, en la ciudad de los hoteles. —¿Y él?—No importa, si él sabe que estoy en Punta Arenas donde mi tía. Además viajaré con mis primos para conocerla. Nadie se enterará, solo tu y yo —me decía mientras con su mirada pícara, coqueta y sobre todo muy dominante me obligaba a decidir lo que ella imponía.—Tripulante Axxxx, ya estamos listos, cese llamada —el comunicador me indicaba que el hermano de Milashka me llamaba.—¿Está ese intruso del “hermanito” de esa zorra Milashkita? —me pregunta con furia Mystysiva — ¿Porqué aparece constantemente en tu vida esa gente? —me insiste en derrochar desprecio por la familia de la linda Ámbar.—Oye no seas chinchosa con mi gente, es un camarada, gracias a él tuve acceso a ser tripulación de un submarino, si no estas horas habría quedado en tierra y sin mis créditos por servicio en el exterior.—Sí, sí, siempre el "amigo", ese tipo no te conviene   —con esa sonrisa irónica y despreciativa.—Por qué siempre lo criticas, mira él dice que tu eres bonita y hasta sospecho que tiene fantasías contigo.-Si, sí, seguro que debe tenerlas, pero lo detesto ¡detesto a ese tipo y a su maldita familia!   Seguramente era Ámbar su desagrado porque la intuía cerca mío.—Bueno amorsss—mientras holográficamente me mordía las orejas y daba trabalenguas con sus labios que siempre me parecieron virginales.—Ahora me voy y ya sabes debes esperarme en el hotel aquel, ese pequeño, estaré ahí cuando llegues a nuestra Antártida.   Al mediodía la nave parte hacia el sur en un emocionante viaje (para los novatos) hacia el blanco continente, pero un día después esta bestia metálica pone rumbo al Oeste. Informan que hay un cambio de ruta; ignorábamos a qué lugar iríamos, salvo los dos comandantes, los cuales nos anuncian un largo viaje, primero a la isla enigmática y continuábamos a Oceanía.   ¡No hay viaje a la Antártica!   Quisiera haberle explicado a mi amor que no podía hacer NADA y ni siquiera contactarnos con nuestras familias, porque precisamente es parte del entrenamiento cambiar de dirección a lugares que tú no esperas ir.   Tres días mas tarde llegamos a la isla, pero no desembarcamos y solo nos permitieron comunicarnos con nuestros seres queridos para avisarles que nos iríamos por 40 días a otros destinos; el viaje a la Antártica sería en 60 días mas.   El problema es que para comunicarme debía usar un sistema del gobierno que no es privado es decir queda registrado a quien uno contacta y debía ser cuidadoso con las palabras,—Mystysiva ¿estás ahí?—Sí que sucede estoy esperando.—No podré ir a la Antártica, es que ahora el comandante ha debido mover el submarino a Oceanía, así que no me esperes, no estaremos ahí, pero te prometo que al retornar pediré permiso y estaremos juntos.   No alcancé a terminar porque ella cortó la comuicación.   Fue la primera vez que ella cortara así con enojo una conversa conmigo, era como si supiera lo que sucedió.   ¿Y que podía hacer ? Solo soy un simple tripulante en una maquina en que ni siquiera el capitán puede decidir su destino.   Algo dentro de mí intuía algo extraño. Recuerdo que dos noches antes tuve sueños: aparecía mi abuela, tenía una casa y en otra casa estaba mi abuelo. Él conversaba, pero mi abuela algo callada, yo golpeaba un muro, pero una filtración sucedía y el agua salía, no tenía a nadie me ayudara, mis padres no podían ayudarme y abuela gritaba: “Aléjese niño, huya lejos, lejos y viva”. Solo fue un sueño.   Eran las 20 horas cuando la nave comenzó abandonar el puerto de esa pequeña isla.El submarino por fin haría una travesía larga sin parar ni comunicación con el exterior durante 40 días, varios nunca habíamos hecho este tipo de viajes, así que resultaba muy emocionante, el hermano de Milashka si lo había hecho en dos oportunidades anteriores, así que era "veterano" en tripular estas naves y ahora compartía mas obligaciones y estaba destinado a un sector de la sala de máquinas. Allí debían turnarse para vigilar a este mañoso aparato.   —Mira Xxxxxxxx, al llegar podrás enviarle un saludo. Ella se emocionará, así como mi novia está feliz esperando el saludo cuando me vea allá —era su hermano que notaba mi nerviosismo al estar lejos de Mystysiva.—Pero Mystysiva no es como tu novia.—Son todas iguales. Al principio se quejan , pero mas tarde entienden que en este trabajo deben aprender a estar sin su pareja durante meses. Lo sé porque mis familiares son de la milicia—Y te digo que ella es diferente a tus mujeres de tu familia.—Ya verás que tengo razón.   La nave comenzó sus maniobras de navegación a tres diferentes posiciones, hasta quedar a una baja profundidad y comenzar su periplo que debía llevarnos hasta Oceanía y desde ahí dar la vuelta del hemisferio Sur, todo por las zonas seguras controladas por nuestra fuerza naval.   Esa mañana o talvez sería la noche, ya no recuerdo, la antigua maquinaria empezó a tener algunas fallas, primero imperceptibles y mas tarde los mecánicos empezaron a inquietarse. La producción de hidrógeno estaba alterándose, los novatos al principio pensábamos que solo era parte del entrenamiento, cuando veíamos al personal de las máquinas correr buscando algunas piezas de repuesto, pero luego fue Emerson quién al contar con dos viajes en submarinos, tenía mayor conocimiento de lo que sucedía. En un momento sentimos un fuerte mareo y el comandante ordenó posicionarnos como si fuera en estado de emergencia, yo no lo creía y aun algunos pensábamos que era solo una prueba para verificar nuestra capacidad, pero una especie de neblina apareció en todas las salas, mientras usábamos máscaras. A esas horas llegó el anuncio:   “Debido a una pequeña falla en nuestro aparato motor deberemos recalar en Oceanía”.   La terrible verdad no contada por los comandantes (el del submarino y el de instrucción) es que alguna extraña fuerza provocaba una falla en la máquina que impedía mantener estabilizado la producción eléctrica y del hidrógeno, es que estas eran piezas antiguas, pero para evitar el pánico en los novatos, prefirieron minimizar los problemas, aunque al escuchar que deberíamos emerger y llegar a puerto en otro continente, presumimos que los problemas eran graves.   No habrían transcurrido otras 24 horas y nuevamente una fuga, por primera vez empezamos a preocuparnos, hasta que a medio camino entre los moais y el continente de canguros la nave emerge. A la mayor parte de la tripulación nos subieron a cubierta mientras los técnicos se quedaban revisando el problema y desde un buque de apoyo, que estaba esperándonos, trasladaron materiales para solucionar el inconveniente. Pasadas 10 largas horas por fin este vejestorio de metal pudo continuar su viaje, pero solo hacia el Oeste, no sabíamos que el comandante por temor a que la larga travesía hacia nuestro país, la máquina no aguantara y explosionase prefirió llevarlo cerca de una base naval cuyo equipamiento permitía reparar este tipo de máquinas tan antiguas. Pero el problema que se suscitó fue que el último año ese país había cambiado su rumbo y opinión política con respecto a nuestra alianza y ahora no quería respetar el tratado de cooperación militar que habíamos pactado con ellos. Al llegar a esa zona nacional se nos impidió dejar la nave en el dique de reparación y solo nos permitieron anclar en un muelle y desde ahí trajeron algunas piezas (que posteriormente no sirvieron para solucionar este problema).   En esa zona ni siquiera desembarcamos, pero el comandante de instrucción nos permite comunicarnos con nuestros hogares.   Traté de llamarla, pero no hubo respuesta, así que llamo a casa de su tía en Punta Arenas y responde una pariente que me dice que Mystysiva volvió con sus familiares desde la Antártida.   Ni un recado para mí, nada ¡Vaya que se enojó! O talvez su marido la llamaría, eso debe haber sido. Mi mente siempre disculpándola. Pero ya otras ocasiones habían sucedido estas desapariciones suyas.
—Tripulación, mañana temprano nos vamos de esta zona, la situación política no es favorable para nosotros, así que a dormir estas horas y a las cuatro nos movemos fuera de este lugar.   Era el comandante de la nave ahora avisándonos a todos que volveríamos por el mismo camino hacia casa.   Nos tranquilizamos, pero aprendimos una lección de geopolítica: nunca creas que quien firma un acuerdo con tu país lo hace por “amistad”, solo es interés económico, y si llega el momento de romperlo y no cumplir la palabra empeñada y escrita, será roto sin contemplaciones.   Por ello los poderosos pueden imponer sus acuerdos a los débiles, pero entre los débiles o aquellos escritos entre poderosos, ambos bandos cuando llega la hora de romperlos, lo hará y no habrá ninguna reparación.   Esa mañana nos levantamos temprano y estábamos en nuestros puestos, pasó cerca de mí el hermano de Milashkasiya y me saludó.—Xaxxxxxx, es hora de prepararte para cuando llegues a puerto, allá nos estarán esperando las chicas.—Eso espero —mientras pensaba en ver a mi amor Mystysiva y contarle esta errática travesía.—Mira cuando nos casemos, espero que estés con nosotros. Ámbar será madrina de mi novia.—Ya veo que será una linda boda, pero por qué casarte tan temprano.—Es que después partiremos al exterior y no sabemos si volveremos.   Por alguna razón se me hizo la idea de que él pensaba con una mente de un adulto mayor, me pareció que Milashka era igual, y su familia en general eran mas maduros en sus pensamientos, mientras que yo aun tendría una mente “infantil”.   ¿Acaso era “infantil” por no elegir como mi novia a la linda Ámbar y creer que toda mi vida pasaría al lado de “ella”, mi amor Mystysiva?   No lo sabía aun, era emocionalmente inmaduro.—Recuerda que debemos dejar descendencia, es necesario, así seremos mas fuertes en nuestra alianza.   Aquí afloraba en él el patriotismo nacionalista. Pero la verdad es que tenía razón.—Si, pero no sé si Mystysiva querría hijos.—Pero si ella no quiere hijos contigo ¿por qué serías tú su pareja? Si vamos a vivir con alguien a quien amamos debemos dejar descendencia Pxxxxxxx, eso es la máxima del amor; solo la descendencia te permitirá que tu amor perdure, aunque ella se vaya, fallezca, o se olvide de ti y se case con otro, si has tenido un solo hijo con ella has creado una cadena indivisible que nunca se romperá ¿lo comprendes? En tu hij@ ella seguirá existiendo.—Bueno. . . la verdad es que —no sabía qué contestar a esta diatriba sobre el amor romántico y los hijos.—Es que tú eres muy infantil, se nota que tu vida como agorafóbico te afectó, mira que si fueras con una mente mas, mas como digamos, pensante, te habrías dado cuenta que Ámbar es tu verdadero amor; ella está enamorada de ti.—Pero ella tiene pareja.—Pero esa pareja solo es por despecho ¿porqué crees que su pareja es mujer y no un hombre? Porque tú la dejasteis sin siquiera darle tiempo para estar juntos, pero ella quisiera tú fueras su único y primer amor, y créeme aun estás a tiempo.   Ahora mi mente estaba confusa, no sé porqué no reaccionaba a mi amor por Mystysiva.    ¿Qué conjuro maligno sucedía que me estaban diciendo en mi cara que mi lindo amor, Mystysiva, NO ERA PARA MÍ y en vez debía amar a esa hermosa Ámbar?   ¿Por qué no reaccionaba ante tan grande atrocidad, que sucedía conmigo?   Talvez el estar sumergido, en este tubo, que impide lleguen ondas electromagnéticas y quizás qué otras a mi mente impedían que ese ser maligno llamada Mystysiva, controlara mi mente y por primera vez en mi vida me decían en mi cara todas estas cosas que increíblemente me parecían tan ¡CIERTAS!   ¿Acaso he sido un ciego, un estúpido que no he visto que Mystysiva NO ME CONVIENE? ¡Ella me está asfixiando!   ¡Una mujer CASADA pretende controlarme como si fuera un mocoso estúpido!   ¿Acaso estaré así toda la vida, viviendo a su lado mientras ella tiene hijos de otro hombre y yo, en qué quedaré?   ¿Solo seré un patán para satisfacerla y quedaré sin familia?   Ahora mi mente estaba aclarándose, creo que por primera vez desde que la conociera hace unos 8 años me parecía que mi vida había sido una ¡MENTIRA!   Es decir solo fui parte de una maniaca sexual que me utilizaba talvez para satisfacer su apetito (en esto ella era tremenda en la cama) y me estaba dejando aislado del resto del mundo, siempre cuidando que no tuviera comunicación con otros.   ¡QUÉ SE HABRÁ CREÍDO QUE ERA UN ESTÚPIDO!—Vez Pxxxxx cómo debes reflexionar sobre tu futuro. Ámbar aun está enamorada de ti y harían bonita pareja.—Si ya entiendo, entiendo, no me daba cuenta. . .    —¡Teniente Emerson! A sección de proa, rápido, los demás tomen sus puestos! —un oficial pasa corriendo mientras otros tripulantes, corren en los estrechos pasillos, las alarmas se disparan.—Máscaras. Oxígeno.   No sé qué sucedió, pero recuerdo que el jefe de sanidad llevaba un hombre sangrando, era un técnico, y otros aparecían con las caras algo desfiguradas por el calor y amarillentas.—¡Rápido, emersión, emersión!   Alcanzaba a escuchar gritos desde el capitán comandante, hasta otros tripulantes. Mi trabajo de experto “todo terreno” me haría estar con los sistemas comunicacionales, SAT, logística, aunque las armas estaban apagadas ya que el peligro no era la guerra misma, sino alguna explosión de ese maldito motor antiguo.   De repente las luces parpadean, aparecen luces emergencia, un bamboleo terrible, mis pantallas no puedo controlarlas, las secciones pierden comunicaciones entre sí.—¡Cadete Axxxx, rápido intenta comunicaciones con secciones 1 y 2! —era un oficial indicándome intentar comunicación.   Mi trabajo ha comenzado y debo usar bandas en frecuencias no habituales, pero mi equipo no marca NADA, estoy sin imagen, sin comunicación, por ello debo cambiar al equipo de frecuencias cortas, la vieja OC. Alcanzo a conectar esa comunicación que transfiero a las secciones y la zona central del comandante.   Pero unos instantes después una especie de zumbido muy fuerte, traspasa las mamparas herméticas de la nave y sentimos que esta se dobla ¡estamos cayendo! Ahora sí que estaba mareado, creo que vomité algo mientras me golpeaba. Es que no alcancé a usar el cinturón de seguridad, además con la máscara cuestamoverse con agilidad.   La nave parecía moverse sin control, por primera vez pensé que moriría, no sé a quien pedirle ayuda, creo que pedía a Dios, ya me había olvidado que existía, es que ella ocupaba hasta mi mente espiritual. Escucho algunos gritos, órdenes, una sensación tan desagradable, incluso hube retirar la máscara para vomitar de nuevo y ahí ese aroma parecido a azufre o molibdeno, luego unas especie de golpes lejanos que provenían de la sección de popa, donde se ubica el sector del motor; ya intuimos que esa maldita máquina había explosionado o algún problema similar.   En un momento veo a un compañero ubicado en otro compartimiento a unos 3 metros, está caído, se había retirado la máscara para vomitar, pero carecía fuerzas para ponérsela, no sé como llegué hasta él y le coloqué este importante artilugio.—Cadete Axxxx, active comunicación en compartimentos 1 y 3.   No sé quien me dio esa orden, pero intentaba buscar los circuitos dañados, se supone que es tarea del experto eléctrico de la nave, pero no sé que sucedería, así que ahora actuaba usando mi artilugio, pero nuevamente debo usar la vieja OC y ¡zas! la comunicación se logra: la sala de mando ahora comunicada con las 3 secciones. Pero debo estar pendiente de esta hasta que la electricidad funcione normalmente.   No sé cuanto tiempo habría pasado, me dijeron que fueron 40 minutos de terror, una parte de la máquina inició a descontrolarse y el hidrógeno aumentaba sin que nadie entendiera qué sucedía, así que fueron varios tripulantes para tratar de enfriar la zona, entre ellos estuvo el hermano de Milashka, pero mientras el submarino emergía, una sección del motor explosionó, fueron heridos 8 tripulantes y uno falleció, un pedazo de esquirla despedida por la explosión se le incrustó en el corazón.   No entendía bien cómo sucedió esto al hermano de Milashka, era el único fallecido, nunca he comprendido bien esta muerte, pero sé que no fue un simple accidente de una nave militar, fue algo mas, algo provocado por una fuerza extraña, anómala a la lógica científica.      Una hora después el comandante de instrucción me llamaba—Cadete Pxxxxxxx, acompañe al médico, usted era cercano al teniente Emerson, además deberá explicarme que tanto lo conocía, porque deberé hacer un informe a su familia, y vea que estarán esperándonos a la llegada.—Sí señor, lo haré.—¡Ah cadete! Lo felicito por su comportamiento, sin su capacidad de establecer comunicaciones entre las secciones podría haber habido mas muertes, además salvó la vida de un camarada.—Si señor.   Pensamientos turbios pasaban por mi cabeza, estaba como aturdido, no entendía o mas bien no quería entender nada. Al llegar a la sección médica, quedaban tres hombres heridos, pero en una camilla tapado estaba Emerson.—Vengo de parte del comandante ¿cómo falleció?—Mira cadete, terrible esto, fue este tubo lanzado a tanta velocidad que a travesó su corazón —mientras me mostraba un pedazo de cañería de condensación.—Un oficial ingresaba en la sala, este estaba a cargo precisamente de esa sección y al vernos conversando mira el cadáver y se persigna.—Qué terrible, no puedo creer.—Creer qué teniente Hans —pregunta el médico.—Esa cañería no debía romperse, la presión no vino de la máquina, vino desde afuera.—Explícanos eso —­insiste el médico.—Verá que el submarino se ladeó, fue porque una tremenda presión externa lo golpeaba, parecían cargas de profundidad o un misil de prueba que hubiera impactado, no lo sabemos aun. Por ello la presión externa se trasladó al interior y rompió esas cañerías y vean lo que sucedió. Lo lamento tanto —como queriendo disculparse ya que esa sección estaba a cargo suyo.—No se preocupe, esta máquina salió de puerto marcada —no sé por qué dije esto.—Por qué usted dice esto joven cadete—Vea usted, que debíamos viajar a la Antártica y el viaje se truncó. Es decir algo sucedió antes y mas encima nos negaron ayuda en Oceanía.—Si, es verdad cadete, esos malditos nos negaron el dique, si no a estas horas estaríamos todos bien.   Veo la cara de Emerson, le habían cerrado los ojos, pero la rigidez post mortem le hacía volverlos a abrir, le indiqué al médico, pero este insistía en que no quería tocar mas el cuerpo hasta llegar a puerto. Su cuerpo estaba amarillento, era horrible su aspecto. Un joven de 26 años, futuro de la patria, ahora fallecido en un estúpido e inexplicable accidente. Y mas aun ¡Yo estaba con él! ¡Qué les diría a Milashka, a la linda Ámbar!   ¿Acaso no sentía que insinuaban que por mi culpa traje la “fatalidad” en el campamento y fallecieron Antártico y Alfen?   ¿Acaso no falleció el cerdo capi-capo?   Ahora en mi primer viaje en un submarino y fallece mi único cercano camarada de esta expedición.   Adivinaba que mentes supersticiosas me acusarían de atraer la desgracia.   Estaba acongojado por su brutal muerte y el miedo a cómo reaccionarían la familia de Emerson.   Ni siquiera la evaluación positiva efectuada por el comandante de instrucción acerca de mi actuación durante esos minutos terribles, podría evitar esa mirada soterrada de quienes eran familiares directos del hermano de Ámbar.   Así estaba con mi alma estremecido por el miedo, miedo, terror a cómo me tratarían.    Ya la noticia llegaba a su familia. El comandante no permitía comunicación hasta llegar a la base, Sería en la isla de las enigmáticas estatuas. Y ahí mismo las primeras investigaciones de este incidente.   Al llegar un viejo avión anfibio esperaba para llevarse el cuerpo de Emerson y a los 8 heridos, además otros tres cadetes que no soportaron la tensión y decidieron partir, ellos habían perdido el control mental de la situación y debían ser retirados al continente. Pero yo aquí estaba mientras un fiscal empezaba las preguntas, era como repetir el mismo proceso con el depravado capi-capo cuando debimos ser interrogados por su actividad anormal en el campamento de los reclutas.   Aunque ahora, en un primer momento, algunos me daban la mano, especialmente el cadete al cual ayudé con la mascara, ya ni me acuerdo de su nombre, me felicitaban, pero sentía que tarde o temprano comenzarían a tacharme de ser un “mala suerte”.   ¿Acaso alguien querría tener a un oficial así en una guerra?   Además qué le diría a Milashka cuando me encontrara con ella y me aterrorizaba la idea de ver a sus padres, su hermano mayor, su abuela, que algo presentía acerca de mi “aúrea”.   Cuando estábamos en la isla nos incomunicaron mientras declarábamos, pero al tercer día se nos permitió libertad para comunicarnos con nuestras familias.   Pero yo carezco de una familia   ¿Y Ámbar? Ella nunca sería mi familia, me sentía culpable de lo sucedido a su hermano   ¿Culpable por que? Solo fue un accidente extraño, muchos mas fallecían en la guerra ¿acaso sus compañeros eran culpables por sus muertes?   Pero esta no fue una muerte en la guerra, solo era una simple misión de entrenamiento.

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