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31 de diciembre de 2011

Publicado el 27 diciembre 2013 por Esthercollado
Aprovechando que Carolina de "Infancia en familia" propone como "Fiesta temática" la noche de fin de año, aprovecharé para contar el fin de año más especial de nuestras vidas, el de 2011.
Para estas fechas, hace dos años, ya estaba embarazada de 36 semanas y algo. Mateo tenía prevista su llegada para el 21 de enero de 2012. Ese fin de año el plan era estar con unos amigos que también tienen niños. La idea era cenar en su casa y dejar a los críos que jugaran a sus anchas... Un planazo perfecto, los niños por un lado y los papás bebiendo tequila y poniéndose finos mientras, la menda, estaría sentada en una silla riéndose de los amigos borrachos y echándole un ojo a los peques.
Ese día 31 de hace ya dos años, me levanté con un revuelto en el estómago que no había sido normal durante el embarazo. Tenía contracciones pero no dí la menor importancia porque no eran regulares ni dolorosas. Me levanté a las cinco de la mañana el 31 de diciembre, me incorporé y me fui a preparar un vaso de leche (para ver si me volvía a dormir) pero fue incorporarme y, literalmente, notar como en mi interior se hacía un "crack" y empezaba a chorrear liquido. Acababa de romper aguas.
Después de comprobar que las aguas eran limpias empezó el show. Primero llamé a mi suegra para que se viniera a casa para quedarse con Jimena y Gonzalo. Lo segundo fue enviar un whatsapp a mi amiga para contarle que no íbamos a ir a cenar, que acababa de romper aguas. Si todo eso a las cinco de la mañana, mi amiga no lo leyó hasta las 9am, así que al menos por suerte no la desperté.
Me duché y me senté en el sofá. No quería despertar a Pablo aun así que me puse a ver las noticias de la mañana y ahí empezó "lo duro". Las contracciones que iba teniendo se convirtieron en más y más fuertes y creí que era hora de ir al hospital. Eran las 8 de la mañana y desperté a Papahooligan para que me llevara. A las 9 ingresaba de parto, dilatada de 3cm.
Fue un parto natural, sin epidural y respetado, aunque no fue como yo tenía planeado (quería un parto en casa... pero eso ya es otra historia que contaré más adelante). Fue un parto precioso, nos pusieron un espejo durante el expulsivo para que pudiéramos ver como Mateo nacía, a las 18h con 2.893kg y 49cm. Papá cogió a Mateo y lo sacó, me lo posó sobre el pecho y luego él pudo cortarle el cordón. Momentos emocionantes que me ponen los pelos de punta.
No nos pudimos tomar las uvas en casa con nuestros amigos pero fue mil veces mejor que eso, cerramos el año de la mejor manera posible.

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