Revista Literatura

37-Continuación Capítulo 26 “Un sorpresivo Ataque”

Publicado el 31 mayo 2016 por Cronicasdmm

El edificio central de la Ciudad Academia de las Fuerzas de la Armada de la Tierra Unida tenía una azotea que más parecía una plaza para los estudiantes, es ahí donde llego el grupo y se sentaron en un lugar lleno de flores y árboles y ahí, reunidos, Susana comenzó a contar.

 – Alexis cree que hay una isla secreta donde puede estar enterrada alguien que ellos están buscando, una tal Bruja Dorada y que puede ser la clave para algo que están tratando de descifrar.

–  ¿Y qué es eso que quieren descifrar? –Pregunto Alejandro a lo que Susana contesta.

–  A una impostora que se hacía pasar por ella. –Renato pregunta.

–  ¿Y qué tiene eso de importante? –Natalia contesta.

–  No lo sé ni Susana lo sabe. Alexis solo pidió que encontráramos algo en relación a esta isla. –Natalia les pasa el dibujo de la isla a Renato y además dice.

–  Y buscar información de una tal Ana María Hernández. –Alejandro dice.

–  Pero ese es un nombre muy común. –Renato le dice.

–  No lo es tanto si estamos hablando de alguien que parece se creyó la sucesora de una bruja famosa como creo que es. –Susana dice.

–  La cuestión es que esta Isla es difícil de hallar, lo único que sabemos es que esta cerca del continente americano pero hasta hoy no ha sido encontrada. –Renato comprende y luego les dice.

–  Es por eso que ustedes estaban interesadas por ese satélite. –Alejandro pregunta cual Satélite a lo que Renato algo exasperado le contesta.

–  El SEM 670 Alejandro, ese que puede ver territorios ocultos por la magia. –Natalia dice.

–  Creo que es la única forma de poder ver esa isla haciendo uso de ese satélite.

–  Pero es un satélite militar, es como difícil poder usarlo, ¿No lo creen? –Renato se queda en silencio pero en una postura como si estuviera pensando mientras las chicas ven hacia el piso en señal de pesar y en eso Renato despierta de sus pensamientos y les dice.

–  ¡Ya sé! –Las chicas incluido Alejandro saltan asustados y Renato los queda mirando y como si nada pasara les dice.

–  Hay una forma, si fuera algo académico no se podrían negar, además es solo descubrir esa isla oculta ¿No es así? –Susana le contesta que si pero Natalia algo incrédula le pregunta.

–  ¿Y a quién acudimos?

Tiempo después,

–  ¿Qué desean qué? –Pregunto Alejandro Olarra, el profesor de Telecomunicaciones que algo incrédulo, sentado en su escritorio ve a los cadetes que están frente a ellos en su oficina. Después vuelve a preguntar. – ¿Me pueden explicar bien lo que me están pidiendo? –Susana que estaba entre Natalia y Alejandro iba a contestar pero Renato se le adelanta diciendo.

 – Que nos ayude con una tarea de Historia Universal. –Olarra extrañado le pregunta.

–  ¿Quieren que les ayude en una tarea de Historia, yo un profesor de Telecomunicaciones? –Los 4 cadetes dicen que sí con la cabeza a lo que Olarra vuelve a preguntar

–  ¿Pero en que puedo ayudarlos yo? –Renato llama a Susana y le dice.

–  Muéstrale la tarea al profesor. –Esta mira a Renato y este le cierra el ojo como diciendo “confía en mí”. Ella saca el mapa del libro que tenía en sus brazos y luego se lo pasa al profesor, nuevamente iba a decir algo pero se le adelanta Renato que dice.

–  Es una tarea donde tenemos que investigar Islas antiguas antes del holocausto y ver las modificaciones que han sufrido hasta hoy. –Olarra ve el dibujo, era un dibujo cartográfico de una Isla pero sin nombres solo algunos dibujos. Mientras apreciaba la Isla, Renato le dice. –Hemos investigado pero no hemos podido localizarla, solo sabemos que está cerca del continente americano y nada más. Hemos vistos mapa y nada que se le asemeje. –En eso Susana se une diciendo.

–  Por eso hemos acudido a usted ya que es uno de los pocos que pensamos que nos podía ayudar.

–  ¿Ayudar en que Cadete Alvarado? –La pregunta hecha por Olarra dejo en jaque a Susana y a Renato. Ambos pensaron que pedirle algo directamente como por ejemplo usar los satélites militares para ver el globo terráqueo podría ser sospechoso para el profesor pero…

–  Queremos usar los satélites para descubrir la isla. –Susana, Renato, Natalia miran al causante de tal petición. Que era nada menos que Alejandro Quijada quien luego al ver las miradas de sus amigos solo atina a sonreír. Luego todos ven al profesor que estaba pensativo y luego de unos muy densos segundos, este les dice.

–  Si este es un dibujo antes del holocausto, es que quizás esta Isla desapareció o se dividió en dos como paso con California que era parte del continente norteamericano pero debido al holocausto se separó formando el archipiélago de California. Para eso tienen que ver los mapas de antes del holocausto. –Luego ve a los cadetes que estaban sin palabras y algo pálidos.

–  ¿Qué les pasa, los noto pálidos, se sienten bien? –Los 4 despiertan y Natalia rápidamente le dice.

–  No nos pasa nada señor. Pero tiene razón, nosotros pensamos lo mismo pero buscamos en varios mapas y no aparece la isla que usted tiene en sus manos. –Olarra se puso de pie y camino por su oficina dando la espalda a los cadetes mientras habla.

–  Isla mágica, uhm… hay varias leyendas de islas mágicas pero solo algunas son ciertas. Lo que sí sé es que estas islas están en constante movimiento por lo cual no es seguro que siga en el continente americano. Además si es una isla pre – holocausto entonces sería difícil ubicarla sencillamente porque una isla mágica, nada, ni con la magia más poderosa, puede ser más fuerte que la naturaleza. Ahora comprendo por qué quieres usar los satélites pero… no es cualquier satélite el que quieren usar ¿No es así? –El profesor los mira y les sonríe traviesamente con un dejo de malicia, después se acerca y les pregunta muy directamente.- ¿Quieren usar el satélite del cual hablamos en clases, el SEM 670? –Susana dio un paso adelante y le dijo.

–  Así es señor, es nuestra última esperanza. –Olarra se acerca a Susana y ya cuando está a pocos pasos le dice.

–  Lo siento pero yo no tengo permiso para su uso… –Al oír esto todos, incluido Susana miran al piso como si todas sus esperanzas se esfumaron con solo esa oración pero Olarra sonríe y después dice.

–  Pero hay una forma. –Sin esperar ver la reacción de los cadetes, va a su escritorio y luego presiona un botón y de ahí sale un teléfono, levanta el auricular para después marcar unos números luego se coloca el auricular en su oído derecho para después esperar mientras les indica con la mano a sus cadetes para que se acerquen. De pronto dice.

–  Hola, ¿Cómo estás? –Susana y los otros 3 ven como Olarra entabla conversación con la persona que él llamo, y mientras lo hacen, notan que pareciera conversar con un buen amigo.

–  Si te dije que te iba a pagar pero no te llamo para eso, mira te llamo para algo en especial. Unos cadetes aquí quieren pedirte un favor. –Luego tapa el auricular y pregunta a los chicos.

–  ¿Quién es “el o la” encargada del grupo? –Susana dice de inmediato que es ella a lo que Olarra le pasa el auricular y le dice.

–  Habla con él y le explicas. –Susana algo tímida toma el auricular pero antes de hablar, Olarra le dice.

–  Dile tu nombre primero. –Susana habla por el fono y se presenta. Mientras, sus amigos ven como esta, después de una pausa, dice que si, y luego otra pausa grande para después decir nuevamente sí y después de eso algo parece agradarle ya que sonríe y luego dice.

–  Está bien señor, se lo agradezco, entonces mañana a primera hora. ¿Sí? ¿Junto al profesor Olarra? Ok muchas gracias señor, de verdad muchas gracias…. Ok adiós. –Y luego Susana corta pero su rostro mostraba una cierta felicidad y luego ve al profesor y le dice.

–  Señor, él quiere que todos vayamos mañana a primera hora a la base de telecomunicaciones en el edificio… –Olarra completa la oración, diciendo.

–  En la base Millenium. ¿A primera hora? –Susana le dice que si moviendo la cabeza y luego Olarra se dirige a los demás diciendo.

–  Entonces chicos mañana a las 8 de la mañana tienen que estar en la entrada norte de la Academia ahí los pasare a buscar. Como es viernes mañana tienen autorización de salir por lo menos conmigo. ¿Entendieron? –Renato, Alejandro y Natalia aunque no entendían nada dicen que sí y Susana también. Luego Olarra les pide que se retiren y así lo hacen. Al salir de la oficina del profesor, Renato y los otros le piden explicaciones a Susana quien medianamente feliz les dice.

–  Ahora no puedo decirles nada pero mañana si. Lo que es yo me iré a dormir para estar bien lucida mañana. Nos vemos chicos. –Sin más que decir se va. Los otros 3 se miran entre si y luego Natalia les dice.

–  Bueno nos dirá mañana así que esperemos. –Y así los 3 chicos deciden esperar hasta mañana y luego siguen a Susana. En eso Olarra abre la puerta para ver como los chicos se alejan y luego dicen.

–  Me creen iluso estos chicos, siii una tarea pero aunque no me importa lo que traman, esto se ve entretenido. –Y luego cierra la puerta.

Al otro día, a las ocho de la mañana. Renato, Natalia, Alejandro y Susana, vestidos con el uniforme azul de cadetes más el profesor Olarra, vestido con el uniforme oficial de la Armada. Todos ellos salen de la Academia de la Armada hacia la Base Millenium en una camioneta de la Academia manejado por Olarra.  Para llegar más expeditamente toman una autopista hacia el sur. Esta, permitía ver la ciudad de Santiago con sus altos y futuristas edificios, algunos seguían en construcción y otros reflejaban la luz del sol que recién estaba haciendo presencia. Para los cadetes todavía el ver la ciudad les asombraba y más con un cielo despejado y radiante sin rastro de alguna contaminación. Luego de un rato de un tranquilo viaje, ven un gran complejo deportivo, más bien un estadio, pero que estaba siendo todavía construido. Renato, que está sentado con Alejandro en los últimos asientos, le llamo la atención la construcción que se ve a lo lejos desde la camioneta.

–  ¿Todavía no terminan de construir el Estadio Monumental? –Alejandro ve hacia donde veía Renato y le dice.

–  ¿Y qué quieres? Comenzaron recién hace dos meses. –En eso los chicos escuchan al profesor Olarra que les dice.

–  Ese es el Estadio de Colo-Colo, el famoso Monumental, creo que fue uno de los complejos deportivos que más sufrió con la guerra a tal punto que casi lo reconstruyeron de la nada aunque aprovecharon de aumentarlo a 100 mil espectadores. –Natalia que estaba sentada con Susana, delante de los chicos, les dice.

–  Típico de los “Indios” que aprovechan cualquier oportunidad para aprovecharse del pánico. –Susana que está sentada a su lado le dice.

–  No hay equipo de fútbol que se haya aprovechado. Inclusive la Universidad de Chile que con la ayuda del Consejo pudieron terminar su estadio con capacidad de 50 mil espectadores. –Natalia algo nerviosa, le dice.

–  Bueno si, es que igual el estadio sufrió daños serios. –Alejandro que está detrás de ellas les pregunta.

–  ¿El Estadio de la “U” no está en Recoleta? –Natalia le contesta.

–  Claro ahí está, cerca del Nuevo Santa Laura. –Renato les dice.

–  Ese es de la Unión Española creo ¿No? –El profesor es quien le contesta diciendo.

–  El Nuevo Santa Laura fue uno de los primeros Estadios de Chile que supero al Estadio Nacional Julio Martínez en cuanto a la capacidad, unos 90 mil espectadores. El Estadio Nacional solo tiene, después de su tercera remodelación, unos 75 mil espectadores. –Alejandro se acerca al asiento de delante y dice.

–  Y todo fue por el Mundial de Fútbol, Chile 2178. –El profesor sonríe al escuchar eso y luego dice.

–  Recuerdo ese mundial, fue el tercer mundial de futbol hecho por nuestro país y aunque solo fuimos tercer lugar fue un gran mundial. –Alejandro pregunta quien fue el Campeón de esa Copa Mundo a lo cual Natalia contesta.

–  Polonia, por segunda vez, esos polacos han sido imbatibles, dos veces seguidas la han ganado. –Susana le dice a Natalia.

–  Pero Chile ha ganado dos veces la Copa Mundial, una fue en el Mundial de China el 2052 y la otra en el Mundial de Argentina 2098, he visto ese partido en la antigua colección de archivos de mi papa, donde Chile le gano a Argentina en la final por 3 a 2. –Olarra muy sonriente le dice.

–  Vaya que saben de fútbol ustedes chicas. –Susana le contesta.

–  Profesor, somos mujeres modernas, nos gusta el fútbol. –Alejandro se acerca a la cabecera del asiento delantero y dice.

–  Mi abuelo me decía que esas copas mundiales no se habrían podido conseguir si Bielsa no hubiera llegado a dirigir a Chile en el siglo 21 ya que revoluciono el fútbol chileno. –Olarra le contesta.

–  Tu abuelo tiene mucha pero mucha razón. Ese fue el inicio de los llamados Leones Rojos, así se le llamo a la selección Chilena desde ese mítico Mundial de China.

–  Pero profesor se le paso la Copa Ámerica que Chile gano por primera vez en su historia. –Decía Renato a lo que Olarra le dice.

–  Es que de esa Copa Ámerica que yo te dije fue la cúspide, después llegaron generaciones mejores, Chile desde ahí siempre ha llegado más allá de los octavos finales. –La conversación de fútbol soccer siguió hasta que se divisó la Base Millenium ahí el profesor cambio la conversa radicalmente, diciendo.

–  Chicos esta es la base Millenium o más conocida como Base de Telecomunicaciones Millenium. –La base era como todas las Bases de la Armada, un gran edificio de casi 100 pisos pero muy amplio como de una o dos canchas de futbol, la única diferencia era en su estructura que esta chapada en cobre y un diseño muy original como si fuera una torre medieval. Dicha estructura le llamo la atención a Susana. Mientras Olarra estaciona la camioneta en un estacionamiento público frente a la base. Cuando Susana levanta la cabeza para ver en su magnitud la base.

–  Me recuerda a algo pero no sé a qué. –Olarra le dice.

–  La estructura se hizo a base de la Torre del Mago Saruman del libro “El Señor de los Anillos” el arquitecto era un asiduo aficionado a esa saga. ¿Es imponente no lo creen? –Susana veía el edificio y tenía un dejo sombrío pero también de imponencia. –En eso escucha a su profesor decir.

–  Bueno síganme. –Los chicos siguieron al profesor, subieron unas escalas y luego por la entrada principal que tenía forma de media luna. Las puertas se abrieron automáticamente y al pasar vieron un cambio radical ya que llegaron a un salón impresionante, de luces cálidas, lámparas grandes y escritorios y mesones de madera barnizadas que relucían con las luces. Además, aunque eran las 9 de la mañana, ya había gran afluencia de gente: Uniformados de la marina, militar, aérea, personas de corbata con maletines y algún otro con ropa informal. Olarra saluda a muchos uniformados como si fueran grandes amigos y los infantes cadetes sentían una timidez ya que todo dentro del edificio era impresionante y muy acogedor, contrario a como es el edificio por fuera. Luego de caminar por el pasillo central tomaron un ascensor para ir al piso 98. El ascensor era amplio, de acero inoxidable y de piso alfombrado, lo único raro es la pared del fondo que es de un vidrio resistente.

–  Espero les guste el viaje. –Decía Olarra al cerrar las puertas. El ascensor comenzó a subir, y aunque no se sentía sensación algún si lo podían ver gracias al vidrio trasero el cual dejaba ver cómo estaban subiendo de piso por los diferentes colores que tenía cada pasillo. Pararon varias veces ya que gente entraba y después de subir unos pisos, esta se bajaba. El viaje se tornó algo aburrido y no tardó en aparecer los primeros bostezos hasta que la pared que se veía por la ventana desapareció y una luz invadió el ascensor llamando la atención de los jóvenes.

–  ¡Increíble, no lo puedo creer! –Dijo Susana que, al igual que los demás, se pego al vidrio para ver una especie de invernadero lleno de vegetación, árboles y arbustos. Era como un parque en el mismo centro de la base. Olarra llamo a lo que ellos veían como el parque Millenium, les explico que era como un parque forestal donde descansaban los que trabajan en la base, incluso les indico un casino que estaba en el centro de todo el parque. Un casino con techo de paja, al estilo de una cabaña de verano.

–  Esto es como un paraíso. –Susana veía la magnitud del parque que, además, poseía una gran cascada que caía a una laguna y muchos árboles y vegetación pero nuevamente la pared cubre dicho paisaje. Y después de eso, los 4 cadetes estaban felices y sorprendidos por lo que habían visto. Al llegar al piso 98 se abrieron las puertas y ahí los esperaba una persona de lentes y al parecer de rasgos orientales en un pasillo de azulejos blancos y donde se escuchaban sonidos electrónicos. Olarra y los chicos salen del ascensor que luego cierra las puertas. El profesor saluda a la persona, diciendo.

–  Que gusto de verlo Doctor Kamogawa. –Kamogawa era un japonés de una edad aproximada de unos 40 años. De apariencia amistosa y vestido con un abrigo azul y con distintivos en el pecho. Este saluda a Olarra con una leve reverencia para después decir.

–  Olarra que gusto de verte, me trajiste eso supongo. –El profesor coloca una cara como de incomodidad y luego de su chaqueta saca una tarjeta y le dice.

–  Acá esta lo que te debo, deuda saldada. –Los cadetes miraban sin entender la situación mientras Kamogawa se guarda la tarjeta, después se acerca a Susana y le pregunta.

–  ¿Tú eres la cadete Alvarado, no es así? –Susana le dice que sí pero después le pregunta.

–  ¿Cómo lo supo señor? –Kamogawa le contesta.

–  Por tu físico, se nota lo ejercitada que estas, además, ya te conocía por los videos de tus entrenamientos.

–  ¿Videos? –Se preguntó Susana a lo que Kamogawa sonríe y le da la espalda para después decir.

–  Bueno chicos síganme y explíquenme para que me necesitan. –Los chicos y Olarra siguieron a Kamogawa por un pasillo blanco donde en ambos costados había mucha gente de bata blanca trabajando en algunas maquinarias, computadores o en un escritorio pero todo dividido en secciones. Renato y Susana estaban a los lados del Doctor explicándole la situación, Olarra los seguía, apoyando con algunos datos mientras Natalia y Alejandro observaban a su alrededor. Los dos, asombrados, observan las maquinarias avanzadas de todos los tamaños y tipos que habían y el ambiente de trabajo y tensión que se sentía en el lugar. Luego llegaron a una puerta que tenía el nombre del Doctor Kamogawa. Cuando entraron, estaban ante una gran oficina de paredes de cemento de color crema y un piso de azulejos con superficie anti deslizante de color blanco iluminado con luces de tungsteno. La oficina tenía una biblioteca hacia la izquierda que llegaba casi al techo y repleta de libros de todos los tamaños y anchura. Había un escritorio de piedra tallada color negro zafiro y un asiento con respaldo muy cómodo. Encima del escritorio había dos laptops y un vaso con lápices de variados colores y unas fotografías familiares además de un cuadernillo. También había una gran pantalla cine pegada a la muralla donde habían entrado y frente al escritorio. Detrás del escritorio había un gran ventanal con cortinas blancas. Kamogawa va directo a su escritorio pero no se sienta solo se apoya en la mesa y luego le dice a los chicos.

–  Así que solo quieren encontrar una isla perdida. –Los chicos dicen que si a lo que el Doctor les dice.

–  Según lo que me han dicho la isla es de antes del holocausto. Primero necesito el mapa que tienen, que supongo trajeron, para escanearlo y después buscare en las islas perdidas actuales y quizás encontramos algo, es una búsqueda más expedita, espero tengamos éxito.

–  Kamogawa no creo que funcione esta es… –Kamogawa lo interrumpe mientras su laptop escanea el dibujo.

–  Ya lo sé Olarra, por algo vinieron conmigo. La Armada tiene archivos clasificados de algunas islas pérdidas o mágicas aunque más me gusta decirles “perdidas”, probemos con lo actual primero y luego con lo antes del holocausto. Aunque se demorara unos 20 minutos ya que hay gran cantidad de islas perdidas. Este planeta se las trae… Bueno ya comenzó el sistema a buscar. Ahora para pasar el rato quiero que me sigan. –Kamogawa dirigió a los chicos y a Olarra por otra puerta que estaba contraria a la biblioteca. Al entrar por esa puerta ven lo que al parecer es un laboratorio de gran tamaño divido en dos secciones. La sección que estaba cerca de la entrada solo había un mesón alargado pegado a la pared con varias armas. La sección estaba dividida con la otra con una pared de vidrio pero con 4 compartimientos personales de prueba para las armas. El Doctor les explica mientras se adentran en el laboratorio.

–  Este es el salón de pruebas. Lo que ven en la mesa son varias armas de última generación y herramientas de camuflaje como de otras tonteras que se nos ordena hacer o inventamos, la otra sección es de pruebas y ahí usamos los prototipos. –Olarra también estaba impresionado, toma una de las armas, que más parecía una escopeta negra, gruesa y casi futurista. Al tomarla dice.

–  Esto no pesa nada, es muy liviana. –Kamogawa se acerca, toma el arma y le dice en forma muy seria.

–  Y muy mortífera, es una Ametralladora Prototipo MX-100 de 9mm con proyectil explosivo, cargador automático, vista nocturna y diseñada con una aleación de metales ligeros. Esta belleza dispara 500 balas por segundos a una velocidad superior a la del sonido. Cada bala tiene cabeza giratoria de 30 mil ciclos por segundo. Un cargador tiene la menospreciable cantidad de 10 mil balas. Por eso es de 9mm es mortífera porque con la velocidad de disparo te destroza pero es un prototipo, es una arma mortífera así que la dejaremos en su lugar. –Al dejarla, su cara de seriedad cambia a un rostro de simpatía y se dirige en especial a una persona.

–  Susana me gustaría que me visitaras antes de que vayas a batalla, estoy haciendo algo especialmente para ti. –Susana se ruboriza pero en eso recuerda algo y le dice.

–  ¿Señor usted como sabe de mí? –Kamogawa le pregunta.

–  ¿No te lo dije? –Susana dice que no a lo que el Doctor piensa un momento y luego sonríe y contesta.

–  Bueno discúlpame, pero dime ¿Te gusto el sistema y las máquinas de entrenamiento de batalla con los que has practicado? –Susana pregunta cuál de todas a lo que Kamogawa le contesta “todas”

–  ¿Todas? Bueno si, me han servido muchísimo. –Kamogawa sonríe y le dice.

–  Me alegra que te hayan servido, esos sistemas de entrenamientos y los simulacros fueron diseñados por mí. Aunque no puedo darme todo el merecimiento de eso, R.I.N.A también ayudo. –Alejandro le pregunta quién es R.I.N.A a lo que Kamogawa le contesta.

–  Es un sistema de Inteligencia Artificial, es la que controla las bases de la Armada de la Tierra Unida… Pensé que lo sabían cómo son conocidos de ese chico Astorga. –Susana y los demás chicos les llamo la atención al escuchar el apellido de su amigo. La más interesada en saber, le pregunta.

–  ¿Alexis Astorga, que tiene que ver él con ese sistema? –Kamogawa se le acerca a Susana y le contesta.

–  No es cualquier sistema, es R.I.N.A y cuidado que ella se ofende si no le dices por su nombre, ahora que ya sabes de su existencia. –Susana hace una mueca como si hubiera cometido un error y vuelve a hacer la pregunta.

–  ¿Qué tiene que ver Astorga con R.I.N.A? –Kamogawa le contesta.

–  Él la conoce. Ha hablado con ella, bueno síganme. –Todos quedaron anonadados con la respuesta dejando que el Doctor caminara solo acompañado de Olarra. Después el grupo despertó y siguió al doctor y al profesor mientras tanto Susana que se queda al último dice para sí misma.

–  Te la tenías guardado Alexis.

El Doctor dirigió al grupo de cadetes a otra sala contigua a la que estaban. Esta era muy similar a la otra, no había por donde compararlas salvo que la sección de prueba tenía blancos disponibles.

–  Esta sala también es de pruebas pero para armas oficiales. Acá usamos las que ya se fabrican en masa, como ven son en menor cantidad que las de la otra sala y es porque para los tiempos de ahora estas armas tienen que ser letales para los Emuloides y no para los humanos. –Renato no entendió eso de “letales para los Emuloides y no para los humanos” además de eso, dijo.

–  ¿Quiere decir que los Emuloides soportarían las armas convencionales? –El Doctor contesta.

–  No lo aseguro mucho con respecto a los Emuloides inferiores pero de los superiores las armas convencionales no ejercen el efecto requerido ya que el traje los protege de las armas convencionales por lo cual, las armas que ven son las pocas que si pueden. –El Doctor toma lo que parece ser una pistola pero algo ancha en su diseño. Luego la muestra a los cadetes y les dice. –Esta es una Twin Magnum AF-90. Susana por favor acercarte. –Susana se acerca y el Doctor le pasa el arma, sin antes decirle.

–  Con confianza niña que no muerde. –Luego ella toma el arma con su mano derecha y luego el doctor la dirige hacia la sala de prueba, en uno de los 4 compartimientos. Mientras lo hace le explica todo el proceso para disparar, unas explicaciones rápidas. Ya cuando Susana esta lista pero antes pregunta.

–  ¿Y los protectores para los oídos? –El Doctor contesta.

–  No los necesitas mi niña, dispara con toda confianza como si estuvieras entrenando en la Academia. –Susana sin más toma posición de pura concentración pero temiendo un estruendo cierra los ojos y luego dispara hacia el blanco correspondiente, al hacerlo del arma sale un sonido muy suave y una fuerza de disparo no equivalente al destrozo que causa dicho disparo que es enorme. Susana no puede creer la destrucción dejada por su disparo y el Doctor con una gran sonrisa le dice.

–  Te dije que no necesitabas protección alguna. –Olarra impresionado por la demostración le pregunta a Kamogawa que es lo que produce tal destrucción a lo que el Doctor contesta.

–  Solo una cosa, Susana. –La chica queda sin entender. Kamogawa entonces le pide el arma, ella se lo da y luego, con el arma en manos, explica.

–  Esta arma usa 100 balas huecas, que son rellenadas por energía áurica. Usa un sistema donde absorbe una insignificante cantidad áurica del usuario y luego la amplifica, la concentra en las balas y luego la dispara usando tu propia energía áurica con lo cual el poder aumenta aún más. Dependiendo de quien la dispare el porcentaje de destrucción puede ser mayor o menor además también permite ver el poder del Aura de la persona y tú, mi niña tienes un gran poder concentrado.

–  ¿Por qué Twins y solo Magnum a secas? –Pregunto Alejandro a lo que el Doctor contesto.

–  Bueno es por esto. –El Doctor toma el arma con ambas manos y luego presionando un botón diminuto la divide en dos quedando con un arma en cada mano. Esto sorprendió al grupo mientras Kamogawa explicaba. –Al dividirla el arma no pierde ni una potencia de disparo. –En eso se escucha un sonido suave el cual para el grupo no significa mucho pero para el Doctor si y les dice.

–  Bueno regresemos, el sistema parece que detecto algo.

Al regresar a la oficina vieron, para tristeza de todos, que el sistema no encontró dicha isla por lo cual Kamogawa dijo.

–  Bueno era difícil que la encontrara, no me queda otra que buscar en los archivos antiguos.

–  ¿Archivos antiguos? –Pregunto Susana a lo que Kamogawa contesto.

–  Así es mi niña, los archivos antiguos de cientos de miles de islas. Tenemos archivos que datan del siglo VII como también archivos de islas mágicas pero esto conllevara horas, días o semanas por lo cual hoy no creo que tengan respuesta a sus preguntas. –Natalia y Susana estaban un poco triste. Renato se mordía el labio y Alejandro miraba hacia el techo. Olarra estuvo en silencio pero después dice.

–  Bueno hay que esperar no más, es mejor que volvamos a la Academia ya que ustedes tienen deberes. –El grupo se despide del Doctor Kamogawa, la última en hacerlo es Susana y cuando lo hace Kamogawa le dice.

–  Espero que antes que vayas a la guerra me visites y mañana se instalara un nuevo sistema de pruebas en la Academia, espero te guste. –Susana agradece todo lo que el Doctor hace por ella y luego se retira junto con sus amigos y el profesor Olarra. El viaje hacia la salida fue silencioso, el no haber tenido éxito les afecto un poco y Olarra al ver que nadie quebraba dicho silencio, decidió decir.

–  Chicos, animo no todo está perdido de seguro en unas horas o en unos días tendremos éxito. Anímense y hablen un poco que este silencio es agobiante.

–  Pero profesor ¿Si no hay éxito que haremos? –Olarra lo pensó y luego contesta.

–  Bueno buscaremos más información, no hay que rendirse.

CONTINUARÁ…

El Capítulo 26 “Un Sorpresivo Ataque” continuará (2) el 06 de junio del 2016.

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Crónicas del Magín Milenario episodio 1 (c)
2014

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