Revista Literatura

40- Continuación (2) Capítulo 27 “Semifinales”

Publicado el 21 junio 2016 por Cronicasdmm

Una hora después llego Francis a hacerles compañía, ella les informo que el partido entre Miriya y Sonia esta en empate a una esfera cada una, y a 3 esferas por jugar.

–  ¿Se está jugando a 5 esferas? –Francis le sorprendió la pregunta pero no es ella quien contesta sino…

–  Idiota, las semifinales son a 5 esferas. –Alexis se da vuelta para ver a Dulce que ya estaba mejor y Francis al verla le dice.

–  Me alegra que estés mejor. –Dulce solo sonríe para después decir.

–  Tengo a un buen enfermero profesora. –Dulce ve a Alexis que se ruboriza y Francis solo atina a acariciarle la cabeza a su sobrino quien le dice.

–  Ya, ya si igual solo hice lo que Doña Ana me pidió.

–  Hay sobrino, eres muy modesto al parecer. –Dulce sonríe al igual que Francis y Alexis que se sentía un poco incómodo le dice a su amiga.

–  Y tú descansa que se te viene un juego muy pesado. –Dulce le contesta.

–  A la orden mi enfermero. –Alexis mira a su amiga en forma seria no así Francis que por dentro se sentía más calmada.

Pasó una hora y cuarto cuando llego la enfermera, esta vio que Dulce estaba tomando mucho líquido y que ya estaba de pie, se encontraba mejor y eso la reconforto. Para darle más ánimo le informo que Miriya había ganado en 5 esferas pero a duras penas. Y que la segunda semifinal iba a comenzar en una hora más. Dulce al oír la noticia se alegro aun más y sentía que sus fuerzas estaban regresando más rápidamente. Luego la enfermera abre la puerta y entran Amy y Abraham quienes en sus manos llevaban unas bandejas con platos de comida y algunos jugos de fruta y ricos postres.

–  Ustedes dos necesitan alimentarse antes de jugar, en especial tu Dulce por eso les pedí a sus amigos que me ayudaran a traerles comida. –Decía Doña Ana a lo que Francis agrego, mientras el resto dejaba las comida en una mesita y luego se les quedaba observando en silencio.

–  También tu sobrino que juegas a la misma hora que Dulce. –Alexis se dio cuenta que se había olvidado totalmente que le tocaba jugar también. Francis le leyó el pensamiento y le dijo. –Creo que se te olvido que jugabas, si que eres distraído mi querido sobrino. Bueno chicos a almorzar que el tiempo pasa. –Alexis iba a la mesa cuando Francis le pregunta.

–  ¿Alexis no quieres saber cómo va el otro partido? –Este se da vuelta, lo piensa y luego le contesta.

–  Está bien, como esta ese juego. ¿Quién gano? –Francis se le queda en silencio por unos segundos pero después, con voz firme, contesta.

–  Recién van en el segundo set. –Alexis se extrañó por tal respuesta, se supone que ese partido había comenzó hace rato y ya debiera haber terminado. Abraham que lo veía decide explicarle.

–  Ese partido está muy cerrado Alexis, tan es así que lo que duro el partido de Miriya, es lo que duro para ellos el primer set. –Alexis no le prestó mucho la atención, en el fondo le daba igual a quien tuviera que enfrentar en la final, aunque levemente le interesaba que fuera Gustav y no otro, pero por otro lado, sea quien fuera debía derrotarlo.

El almuerzo que les trajo Doña Ana, gracias a la ayuda de Abraham y Amy,  estaba muy revitalizante, a tanto que Dulce se sentía más fuerte y dispuesta para competir. Cuando terminaron de almorzar, la enfermera examino a Dulce y al ver que estaba sana y en condiciones para competir le dio el victo bueno. En tanto Alexis, después de almorzar tuvo que cambiarse de ropa en el mismo camarín. Francis, su tía, uso la magia para hacerle un vestidor temporal y ahí se puso el uniforme. Ambos chicos estaban listos para competir cuando en eso Abraham, que estaba con Amy les dice a sus amigos.

–  Nosotros nos vamos a las galerías a verlos. –Alexis miro a sus amigos y pregunto.

–  ¿Y cuál de los dos partidos verán? –Abraham lo piensa y luego contesta.

–  Yo iré a verte junto con Miriya que ya debe estar allá. Amy y Nicolás quieren ir a ver a Dulce. –Alexis comprendía que no podía negarse a ello ya que las dos semifinales eran importantes y es difícil elegir entre él y Dulce. Un rato después ellos se fueron y la Doctora aprovecho de irse. Francis, en tanto, los quedo mirando y les dijo.

–  Hagan su mejor esfuerzo. Ustedes pueden. –Luego mira a Dulce y le dice. –Mi chiquita, espero puedas ganar, de seguro lo harás, confió en ti aunque no podré verte ya que primero está la familia. –Luego mira a Alexis, su sobrino y Dulce lo mira también y le dice.

–  No se preocupe profesora, comprendo. Además él está debajo de mí como jugadora. –Francis que en vez de solo mirar a su sobrino, parecía analizarlo, se quedó en silencio para después decir.

–  Así lo creo chica, así lo creo. –Luego se separa de Dulce y se dirige a la puerta mientras lo hace le dice.

–  Nos veremos mi querido sobrino, espero des un buen partido. –Y sin más que decir sale del camarín cerrando la puerta consigo. Cuando esta se cierra, Alexis mira a Dulce y le dice.

–  Creo que ustedes no me tienen confianza. –Dulce le da la espalda evitando mostrar una sonrisa tierna a su compañero quien algo ofuscado toma la aura raqueta para decir.

–  Mujeres. –Dulce solo sonríe mientras su mano la coloca en su pecho y la empuña como si algo agarrara. Luego de unos minutos, ambos salen del camarín. Dulce vestida con unas zapatillas blancas, una mini blanca que solo dejaba ver algo mínimo de sus muslos, una blusa roja sin mangas, de cuello abierto que dejaba ver una cadena. Llevaba su pelo tomado con una larga cinta azul que la hacía ver muy esplendorosa. En su hombro derecho llevaba a cuesta un bolso rojo con negro de forma que emulaba una raqueta y en el otro hombro una toalla. Alexis, en tanto, vestía zapatillas blancas con detalles azules, un short azul y una camiseta de mangas cortas, de color blanco con líneas paralelas horizontales de color azul. Al igual que su amiga, llevaba un bolso negro en su hombro izquierdo y una toalla en el otro hombro. Ambos comienzan a caminar por el pasillo, lentamente se acercan al destino donde cada uno se dirigiría a su respectiva cancha pero a lo lejos veían la silueta de otro jugador que, a medida que se acercaban, se les hacia conocido, en especial para Alexis. Paso a paso se acercaban a ese jugador. Pueden ver que el jugador, de aspecto muy sudado, cansado y sucio en sus ropas, era nada menos que Gustav. Quien al parecer, había sido derrotado ya que su postura era la de un animal herido y derrotado. Ambos chicos, Alexis y Gustav por igual, no se atrevieron a hablarse aunque cruzaban unas miradas de odio que lo decían todo solo que Alexis se fijo que, algún momento, Gustav no precisamente estaba mirándolo a él sino a la persona que estaba a su lado. Alexis mira a Dulce y vio que ella en su cuello llevaba la llave. Al darse cuenta de ello mira hacia atrás donde Gustav iba al camarín que le correspondía y este no los miraba, solo les daba la espalda. En eso escucha la voz de Dulce que dice.

–  ¿No crees que hace calor en este pasillo? –Alexis se da vuelta hacia ella y le dice.

–  Bueno si, un poco. –En sus pensamientos algo lo inquietaba, ¿Esa mirada de Gustav hacia donde estaba dirigida?

Al llegar al pasillo donde se tenían que separar, se quedan mirando uno al otro. Dulce, algo inquieta le dice.

–  Prométeme que pase lo que pase vas a ganar. –Alexis no entendía las palabras de su amiga pero igual le dice.

–  Está bien, lo prometo pero tú también tienes que ganar. –Dulce sonríe y le dice.

–  Obvio que ganare. –Luego se quedan viendo, hasta que ambos se abrazan y mientras están abrazados se desean buena suerte. –Luego se separan pero Alexis hace algo inesperado para Dulce. Este le besa la frente y luego se va corriendo, dejando a Dulce anonadada y solo viéndolo alejarse hacia el lado izquierdo. La chica se toma la frente con la mano, aun sintiendo el beso de su amigo. Luego se queda pensando y solo una palabra sale de sus labios.

–  Tonto. –Y luego corre hacia su desafío.

Alexis sale a la cancha siendo recibido por un gran estruendo. Al lado contrario de la cancha sale su adversario. Alexis pensaba que era alguien conocido pero no era así. Anteriormente había conversado con quienes supuestamente serían sus adversarios pero el tipo que estaba ante sus ojos era distinto. Parecía tener unos 15 años, de cabello negro, piel pálida, ojos grises y vestido de colores gris con negro, y zapatillas rojas con negro. Por los fonos del estadio escucha el nombre de su adversario.

–  Ismael de los Santos Ramírez de quinto año.

–  ¿Quinto año? ¿Y es un novato?– Se preguntó y mientras se alistaba, sacando su aura raqueta, lo miraba de reojo. Realmente nunca lo vio en los partidos o en alguna otra parte. ¿Dónde abra salido este tipo? Se preguntó nuevamente. En eso escucha por los fonos lo siguiente.

–  Esta semifinal será un partido oficial de Aurinnis a definir en 5 esferas. –Alexis mira su aura raqueta y luego ve que es hora de saludar a su adversario. Ambos chicos se acercan a la malla y mientras lo hacen. Alexis estudia la cancha, la gran cancha de Aurinnis de color azul, una cancha rápida, primero los chicos saludan al árbitro que era un estudiante de octavo año que según él se llamaba Raimundo Montes. Luego los chicos se saludan entre sí, estrechan manos y se miran. Alexis lo estudia al igual que Ismael quien, en eso, le dice con un gesto de simpatía.

–  Espero sea un buen partido. –Alexis espera lo mismo y así se lo hace saber. Luego es el sorteo y Alexis ofrece que su adversario comience. Y cuando se iban a sus puestos, de Ismael, levemente, escucha.

–  Ojalá puedas seguirme el ritmo. –Alexis algo sorprendido por lo que escucho se queda viéndolo y luego camina hacia su lugar. Mientras lo hace piensa.

–  Así que quieres que te siga el ritmo. –Al llegar a su lugar de la cancha, comienzan a precalentar un poco usando la malla normal de la raqueta y lanzándose pelotas fáciles de devolver. Luego de unos minutos Raimundo, el árbitro, da el vamos al comienzo del partido de semifinales de Aurinnis. Alexis se coloca en posición de espera mientras su adversario activa su aura raqueta la cual asomaba una malla áurica de color amarillo. Alexis en cambio no la activaba y solo esperaba sonriente el saque de su adversario mientras pensaba.

–  Vas a ver como sigo tu ritmo. –Ismael se presta a hacer su servicio, mira a su adversario que esperaba paciente el saque. Este lo hace, impulsando la pelota a una gran velocidad que no inmuta al adversario, es más, Alexis se mueve en dirección a la pelota y mientras lo hace, su aura raqueta se enciende de un azul radiante y ya cuando está en su máximo brillo, con velocidad y fuerza devuelve el saque hacia un lado dejando a Ismael sorprendido por tal devolución. Alexis no celebra el medio punto, solo vuelve a esperar el segundo saque que no se hace esperar. Ismael vuelve a sacar pero esta vez con más violencia, esta vez, a Alexis le cuesta un poco devolver pero lo hace a tal manera que Ismael no soporta la devolución y se le suelta la aura raqueta dejándolo estupefacto. y así un punto para su adversario quien vuelve a esperar otro saque. Ismael aunque estaba algo molesto aparentaba tranquilidad y con esa misma tranquilidad hace el saque que fue más potente que el anterior y que para Alexis, esta vez, no pudo devolver ya que no soporto la fuerza y su aura raqueta salió de su mano directo al suelo. Punto para Ismael y así los chicos siguieron y siguieron luchando con violencia cada punto hasta que una hora después Ismael gano la primera esfera en un duro partido. Cuando los chicos descansaban, se escuchó un leve griterío a lo lejos. Alexis supo de inmediato que provenía del estadio donde Dulce estaba jugando.

–  Parece que el partido estaba muy bueno. –Pensó, así que se tranquilizó pese al cansancio y a los dolores de muñeca que sentía por la rudeza del juego. Después del descanso comenzó a jugarse la segunda esfera y aunque se jugaba con la misma rudeza, la potencia era distinta, pero se presionaba más en la habilidad con la muñeca y en eso Alexis ganaba claramente quien, intencionalmente hacia la disputa de los puntos en un tiempo muy largo, haciendo correr a Ismael de un lado a otro y también lo sorprendía con devoluciones que solo un zurdo podía hacer. El juego se equilibraba cuando Ismael le tocaba servir ya que su servicio seguía siendo potente y Alexis apenas lo podía devolver aunque igual pudo quebrarle el servicio unas dos veces. Después de una intensa hora, Alexis gana la segunda esfera, empatando el partido a una esfera cada uno.

En el descanso, Alexis estaba agotado pero más lo estaba Ismael que, además, estaba un poco molesto ya que su adversario era zurdo y poseía una muñeca muy habilidosa y esto le incomodaba de sobremanera. Alexis, en tanto, estaba sentado con su cabeza hacia atrás y la toalla sobre su rostro dejándose abrazar por la humedad de la toalla para calmar el calor que sentía. En eso escucha unos sollozos femeninos, los cuales estaban invadidos  de una tristeza enorme, se saca la toalla y no ve o escucha a nadie cercano que este sollozando. Quizás sea su imaginación, pensó. En eso llego el momento de jugar, le tocaba iniciar el tercer set pero cuando iba a la cancha le da por mirar a la galería y ve a Nicolás llegar y acercarse donde estaba Abraham y Miriya. Esta última al verlo se pone de pie y camina hacia Nicolás, quien, al parecer, le dice algo a la chica que  se coloca las manos en la boca y se retira del estadio, pero en eso Abraham lo saluda con la mano como si nada pasara. Alexis no sabía que pensar pero después decide concentrarse en el juego. Y lo hace comenzando de una manera sorprendente ya que Ismael estaba muy agotado y su rapidez había decrecido enormemente y Alexis sabiendo esto, seguía haciéndolo correr de un lado a otro  y haciendo los puntos muy largos. Para los espectadores esto no era más que una fría táctica para destruir al adversario, haciéndolo correr de un extremo a otro, hacerlo subir, cambios de ritmo, todo lo que Alexis hacía era para simplemente destruir a su rival e Ismael sin darse cuenta había caído en la trampa. Casi finalizando el tercer set, Ismael al tratar de alcanzar una difícil pelota cae abruptamente al suelo sufriendo un calambre en su muslo derecho y se hace una pausa en el partido pero luego de unos minutos se declara el retiro de este con lo cual se declara ganador a Alexis quien en el fondo no quería ganar por retiro sino ganando a su adversario en el juego y es por eso que no goza la victoria y solo se limita a retirarse en silencio. Cuando se retiraba de la cancha ve a Abraham bajar rápidamente las escaleras y acercarse hacia él quien estaba pronto a entrar a camarines. Alexis se detiene y lo espera y cuando su amigo llega, se fija en el rostro de él que acusaba preocupación mientras lo escucha.

–  Es mejor que te cambies de ropa lo más pronto posible. – ¿Por qué? Le pregunta Alexis y su amigo contesta.

– Después te digo, te esperare aquí. –Alexis se va al camarín lo más rápido posible. Presentía que algo había pasado, más que mal pocas veces su amigo tenía esa cara de preocupación y solo era cuando había pruebas pero en este caso parece que no era ese motivo. Por lo cual se ducha rápido, y se cambia ropa, todo en media hora y cuando sale hacia, las ya, vacías galerías ve a Abraham mirando hacia la cancha, se acerca a él y a pocos metros le dice.

–  Ya estoy listo pero dime qué pasa. –Abraham se da vuelta y una lágrima corría por su mejilla que con una pasada de su mano en el rostro borra y luego dice.

–  Dulce perdió. –Alexis tomo la noticia como un suave golpe en el pecho, ¿Que Dulce perdió? Se preguntó mirando hacia su lado izquierdo contemplando la vista del estadio y del cielo pero en eso escucha nuevamente a su amigo que le dice. –Pero no por juego sino por retiro.

–  ¿De qué hablas? –Pregunta Alexis con un rostro lleno de sorpresa y Abraham le contesta.

–  Es mejor que vayamos para allá. –El chico algo confuso le pregunta donde, pero Abraham se limita a decirle que lo siga y sin más, los dos chicos se dirigen hacia el castillo. Alexis trataba de preguntarle algo pero su amigo mantenía su silencio o solo le decía “Ya sabrás todo, ten paciencia” Al final entraron al castillo, al hacerlo había unas estudiantes que estaban alrededor de una mesa pidiendo firmas para su grupo de porrista para obtener un nuevo equipo y vestimentas nuevas. Ellas al ver a Alexis entrando al castillo, corren hacía él y le piden que firme y también si puede, firmar unos autógrafos para ellas. Alexis ve a Abraham y este solo sonríe quedándose a un lado. El chico decide firmar el libro de firmas además de firmar uno que otro autógrafo pese a que estaba muy ruborizado y nervioso. Mientras las chicas, de edades varias, lo felicitaban por la victoria o le decían lo mucho que lo admiraban. En eso se acercan chicos y chicas de otras alianzas o de su misma alianza que también le pedían autógrafos con algún mensaje dedicatorio. Para Alexis esto era una sorpresa, pero una sorpresa agradable. Sabía que mucho lo conocían como el chico que sobrevivió a un ataque de un Emuloide Trillizo pero no pensó que fuera admirado como jugador. Le sorprendía, además, que chicas de 17 años le pedían autógrafos y que al dárselos, recibía un beso en la mejilla o en la frente y esto lo ruborizaba mucho pero para las chicas esto era como algo muy dulce de su parte. Pasaron quince minutos y por fin Alexis y Abraham pudieron seguir. El primero no se le quitaba el rubor de su rostro y se arreglaba un poco la camisa mientras Abraham solo se reía en silencio pero todo cambio cuando llegaron a la sala de espera en las afueras de la enfermería, ahí estaba el resto del grupo en un silencio muy denso, al verlos, se les acerca Miriya y Amy, esta última, molesta y con los ojos llorosos le recrimina a Abraham.

–  ¿Por qué te demoraste tanto en traerlo? –Luego ve a Alexis y le dice.

–  Y tú Alexis Astorga ¿Qué te pasa que estás tan ruborizado? –Alexis no le dice nada y Abraham es quien dice.

–  Nos demoramos un poco no más, no me retes. –Alexis le pregunta que pasa a lo que Amy solo lo recrimina con la mirada y se va mientras Miriya le dice.

–  Veo que Abraham no te dijo nada.

–  O sea sí, me dijo que Dulce perdió pero no por juego. –En eso Jorge se acerca y le dice.

–  Es mejor que Dulce te lo diga. Solo quiere verte a ti. –Alexis no entendía mucho pero por solo ver su cara de funeral, podía entender la gravedad del asunto. Haciendo caso a su amigo, decide entrar a un lugar que él conocía muy bien. Extrañamente ahora no entraba como paciente sino como visitante. Cuando entro vio varias camas, y ve que al fondo estaba alguien que parecía estar durmiendo, en eso escucha una voz conocida que le dice.

–  Alexis puedes pasar, esta despierta, descansando, y esperándote. –La que le hablaba era la enfermera Doña Ana quien estaba muy tranquila pero algo cansada. Alexis aprovecha de preguntar qué paso, a lo que Doña Ana le contesta.

–  Tuvo una descompensación producto de la subida repentina de temperatura que tuvo y eso la hizo desmayarse en pleno juego. Cuando despertó y se entero de la derrota por retiro estuvo fuera de sí, con mucha pena y tristeza pero ahora está más tranquila.

–  ¿Esto tiene que ver con haber sido intoxicada a propósito? –La enfermera le contesta que si, además le explica.

–  Sea cual sea lo que la intoxico, la disminuyo temporalmente con sus poderes a tal punto que cualquier esfuerzo físico o mental su temperatura corporal sube sobre los 39 grados, con la medicina que le di estará sana antes del término del año escolar.

–  ¿Pero, eso quiere decir que estará en cama en todo ese tiempo? –La enfermera le contesta.

–  Las dos primeras semanas estará en cama, después ya podrá seguir haciendo su vida pero sin hacer esfuerzo físico alguno. –La enfermera lo deja y luego Alexis se acerca a la cama y ve a su amiga acostada y bien arropada con las sabanas. Se coloca al lado de la cama y se sienta en una silla y luego le dice.

–  Sé que estás despierta Dulce, lo sé porque te conozco. –Alexis espera pacientemente que su amiga le dé la cara y en minutos ella lo hace. Esta, presentaba una cara inundada en la tristeza con lágrimas en los ojos y mirándolo le dice.

–  ¿Ganaste? –Alexis sonríe como si tal pregunta no la esperaba y una pequeña sonrisa sale del rostro de Dulce y Alexis ahí contesta.

–  Claro que gane pero no como me hubiera gustado. – ¿Cómo eso? Le pregunto su amiga a lo que, de inmediato contesta. – Porque gane por retiro, se acalambro mi adversario y se retiró.

–  ¿Usaste la estrategia de agotamiento? –Alexis le explica.

–  No la use en todo su esplendor, quería cansarlo para que su servicio decreciera en potencia pero aun así no lo logre y sus piernas acabaron primero antes de lo que yo quería. Pero basta de hablar de mí, cuéntame de ti. ¿Qué te paso? –Dulce se mueve en la cama, hasta estar de espalda y con la vista al techo y después le contesta.

–  Estaba jugando tan bien, mi adversaria no tenía oportunidad contra mí, gane con facilidad los dos primeros set y cuando jugaba el tercero, algo pasó… Sentí… Sentí que una brisa paso y traspaso mi cuerpo y… lo dejo débil, cansado y mi temperatura corporal subió con cada minuto que pasaba… perdí el tercer set por poco. Soporte… soporte el cuarto pero me sentía cansada y de pronto todo se me vino a negro… desperté y estaba fuera de sí cuando me di cuenta que había perdido el partido por retiro. Alexis… Tengo tanta rabia y frustración… Realmente quería llegar a la final… quería… quería y anhelaba hacerlo pero…pero… yo… no… –Alexis veía como Dulce se cubría su rostro con su brazo, la pena que ella sentía era tal que las palabras costaban salir de sus labios y las lágrimas se escapaban por los costados de su rostro. La impotencia que ella sentía, que ella le transmitía, solo hacía que él también se sintiera impotente, impotente de no poder ayudarla, de no poder aliviarla de sus penas y solo sus manos empuñadas encima de sus piernas y su cabeza cabizbaja eran signo de su dolor mientras Dulce lloraba desconsolada, postrada en la cama y él sentado a su lado sin decir palabra alguna.

Capítulo 28

“Recuerdos y Misterios”

Calama es una ciudad del Norte Grande de la Capital Chile. Capital de la Provincia de El Loa, en la Región de Antofagasta. Esta ciudad resurgida de sus cimientos después del cataclismo fue convertida en una ciudad empresarial de la minería, de altos edificios empresariales, y una población cercana a los 4 millones de habitantes. En esta ciudad, que poseía un gran atractivo turístico, habían dos bases de la Armada que son: Atacama y Bachelet; la ultima era la más imponente, por su altura de unos 400 metros y un tamaño similar a 4 canchas de fútbol. Su nombre provenía de la primera presidenta mujer de 3 que fueron Presidentas cuando Chile era un país democrático. También fue reelegida una vez.  La base Bachelet iba a ser el punto de llegada de los 16 mil soldados seleccionados para la batalla cuya misión es recuperar la mina a tajo abierto de Chuquicamata que esta a manos de los Emuloides. De esos 16 mil, solo habían llegado 8 mil proveniente de todo el continente Americano, el resto iban a llegar en los días siguiente, provenientes de todo el mundo.

Un súper helicóptero militar llamado Scorpius. Llamado así por su forma que semejaba a un escorpión, se acercaba a la base. En este helicóptero estaban los últimos 100 soldados provenientes de toda América. Uno de esos cien soldados es Susana Alvarado quien se sentía muy intimidada por estar con tipos que parecían simios por su desarrollo físico o con cicatrices en sus rostros o manos, de cara de pocos amigos. Ella conocía o sospechaba conocer a algunos pero su timidez era tal que no quiso decir nada. Además, aunque no era la única mujer del grupo, era la única niña. Todos tenían alrededor de 18 a  35 años y aunque igual sentía miradas intensas sobre su persona ya que como ella sabía, también otros sabían que, ahora, los niños son los mejores guerreros que hay. Cuando el helicóptero aterrizo y la compuerta principal se abrió, los soldados comenzaron a bajar uno por uno y siendo dirigidos por unos oficiales para que formaran filas de 20 en 20. Susana le toco estar entre los primeros 20. Ella distaba mucho de los demás ya que era la única que estaba vestida con el uniforme azul de cadete de la Armada y su pequeña estatura distaba mucho en la fila.  Cuando ya estuvieron formados, una voz se escuchó por el sitio, una voz conocida para ella aunque no en forma directa, más bien indirecta. La voz les decía a todos los presentes.

–  Buenas tardes a todos mis compañeros de armas, quienes pelearan junto a mí para recuperar algo que es nuestro de la mano de nuestros enemigos. Yo soy el General del Ejército del sur, Joe Daniel Solabarrieta, seré su superior, su comandante en esta batalla que se nos avecina a principios de mayo. –Susana logra verlo y ve que esta vestido con el uniforme blanco, característico de los Generales más una capa de fondo azul, ese pelo negro azabache que poseía estaba hasta cerca de los hombros, no usaba barba, estaba bien afeitado y sus ojos azules daban a su mirada una intensidad que la colocaba nerviosa. A su lado lo sigue una mujer, joven, bastante joven, de largo cabello rubio amarrado en una hermosa cola de caballo, que llegaba hasta un poco más abajo de sus hombros. Estaba vestida con un uniforme negro con ribetes rojos y una capa cuyo fondo era rojo. El uniforme lo completaba un pantalón negro muy femenino que denotaba su buena forma física. Susana sabía que la conocía pero no recordaba donde, en eso el General seguía con su discurso.

–  Los he citado un mes antes para que conozcan al soldado que tienen al lado, para que hagan lazos y así puedan entenderse y sincronizarse mejor en batalla. De los 8 mil soldados que hay hasta ahora, 4.645 pertenecen a uno de los 563 escuadrones que hay presentes, el resto, (3.355) se dividirán entre uno de estos escuadrones. Los comandantes de cada escuadrón buscara al elegido y el mismo los presentara con el resto del grupo. Ustedes, me refiero a los que no tienen escuadrón no tienen el deber de buscarlo ya que ellos lo deben hacer. Como ustedes saben acá solo están los mejores de lo mejor de América por lo tanto no se preocupen, todos estarán al final del día en un escuadrón para esta batalla que se nos avecina. Por último los dejo con la Capitana Lynna Aguirre quien les dará unas informaciones. –La Capitana mira al General. Susana sentía conocerla. Lynna comienza a hablar, su voz aunque bella, se hacía escuchar con carácter y sin una pizca de nerviosismo.

–  Antes de abordar el helicóptero, a cada soldado se le entrego un sobre con su nombre escrito. Dentro de él encontraran una tarjeta de identidad la cual tiene sus datos personales y atrás, tiene un código de barra, un número de 4 o 5 dígitos y una letra que puede ser A o B. A los que le toquen la letra A deben ir a la Base Atacama y a los que les toco la B se quedan en la Base Bachelet. Los que tengan que ir a la Base de Atacama serán llevados en un bus especializado. Ahora, en cuanto al número de 4 dígitos, si por ejemplo es 0105, quiere decir lo siguiente. Piso 1 habitación 5, ahora si les toca un número como por ejemplo el 12345, quiere decir piso 123, habitación 45. Y el código es su llave para entrar a la habitación correspondiente. Cualquier duda será atendida en el primer piso de cada base. Lynna termina de hablar y el General da la orden de romper fila. Los soldados rompen fila y de inmediato se forman grupos o algunos se dirigen hacia la salida del helipuerto. Susana se le queda viendo a Lynna y de pronto la recuerda y su rostro muestra una sensación de rechazo y luego se retira lo más rápido posible, de su bolsillo dentro de su chaqueta saca el sobre que le habían entregado antes de subir al helicóptero, lo abre y ve una tarjeta con su foto y sus datos y de fondo el sello de la Academia de la Armada y entrelazado con el escudo de la Armada de la Tierra Unida. Da vuelta la tarjeta y ve el código de barra, después un número, el 4570, o sea le toco en el piso 45, habitación 70 y la letra que le toco es la B, por lo cual no tenía necesidad de irse de la base. Estaba por salir cuando en eso, escucha su nombre a lo lejos. Se da vuelta y ve a alguien, que también le era conocido pero no sabía de dónde. El chico, vestido con el uniforme negro de la Armada, poseía unos ribetes de color celeste. Cabello muy corto y de color castaño claro y ojos también claros, se le acerca a la chica y le pregunta.

–  ¿Eres Susana Alvarado? –Susana le contesta que sí, que ella es, a lo que el soldado se presenta, diciendo.

–  Soy el Teniente Segundo Hans Salvador, vengo a buscarte para ir al gimnasio de la base para presentarte hacia tus nuevos compañeros.

–  ¿Pero ahora así tal cual estoy? –Hans le sonríe y le contesta que si, entonces Susana no le queda otra que aceptar y lo sigue hacia el lado contrario de donde ella iba a salir. Caminaron hacia el otro extremo del helipuerto, pudo aprovechar de ver algunos otros helicópteros que habían llegado antes que ellos, los cuales eran revisados por técnicos y mecánicos aéreos. Corría mucho viento además, por lo cual tenía que despejarse los ojos por el cabello que le tapaba momentáneamente el rostro. La caminata era silenciosa pero no había tensión alguna. Hans no decía nada ya que estaba concentrado en llegar al gimnasio y Susana tampoco le decía nada ya que estaba viendo los helicópteros, la grandeza del helipuerto y también moverse constantemente el cabello que tapaba su rostro debido al viento que pasaba por el lugar. En minutos llegaron al otro extremo del edificio y luego entraron hacia el edificio. Tomaron un ascensor y descendieron al piso 145. Al salir del ascensor Susana quedo boquiabierta ya que el piso en sí, es un inmenso invernadero cuya entrada era al salir del mismo ascensor.  Una media luna de arcilla y dos puertas de vidrios que estaban abiertas, era lo único que estaba entre el ascensor y el invernadero. Las grandes puertas de vidrio dejan ver un camino de arena y en ambos lados, unos frondosos árboles. Caminaron, adentrándose en ese camino hasta llegar a un prado verde, inmenso, quizás del tamaño del edificio en su ancho, con una bajada la cual dejaba ver a lo lejos una catarata, un lago y la luz del sol iluminando el agua. ¿Cómo la luz del sol podía entrar si estaban en el piso 145 de 200? Se preguntó Susana pero ni el Teniente Hans supo responderle. Bajaron por la planicie verde y a lo lejos un grupo de no más 4 personas,  reían o miraban a su alrededor hasta que uno de ellos los vio y llamo la atención de los demás. Cuando se acercaron a ellos, Susana se puso un poco nerviosa ya que eran puros hombres que a la distancia provocaban imponencia pero al verlo de más de cerca, los conocía o al menos eso sentía. De pronto vio a la persona que parecía ser el Líder quien al verla hizo un movimiento de manos y el que estaba a su izquierda, un tipo que presenta una cicatriz que le cruza el ojo derecho, se lanza velozmente al ataque en contra de ella tomandola por sorpresa.

CONTINUARÁ…

El Capítulo 28 “Recuerdos y Misterios” continuará  en la semana del 27 de junio del 2016.

Dejen sus comentarios y sugerencias. Esto sera de gran ayuda para mejorar el blog. No sean tímidos. Espero les guste la lectura escrita por mi. Sigan leyendo e invitando a quienes les guste una buena lectura.

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Crónicas del Magín Milenario episodio 1 (c)
2014

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