(455) mujeres quemadas y desfiguradas: el machismo en su peor expresión

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Mujeres quemadas con ácido, una modalidad de violencia que busca consecuencias permanentes y que crece en América Latina

·En Argentina, una joven de 18 años gritaba pidiendo auxilio mientra descendía las escaleras corriendo, envuelta en llamas porque su pareja de 38 años la había prendido fuego. Hoy, Daiana está en peligro de muerte.

·Horas antes de este dramático suceso, Paula González (21) moría en el hospital tras las gravísimas quemaduras que su pareja le había provocado. La joven estaba embarazada de 3 meses, había perdido al bebé y luchado durante 8 días hasta que falleció.

·En Colombia, Gloria Piamba había terminado su relación de pareja. Un desconocido le roció ácido en plena calle. La sien, su pelo y su ojo sufrieron las quemaduras y dejaron su marca. Su ex pareja no ha sido condenado ni detenido.

·Al sur de Miami, el 11 de junio pasado, una mujer de 34 años esperaba a su ex pareja, con quien tiene un hijo de cuatro años. Iba a retirar al niño para llevárselo con ella. Su ex pareja llegó solo, roció a la mujer con gasolina y la prendió fuego.

·En Madrid, España, María Ángeles, una joven de 29 fue atacada por un desconocido con ácido sulfúrico que le quemó la cara. La joven está internada en el hospital de La Paz, y la Policía investiga a su ex pareja.

Estos casos muy recientes dejan en evidencia que el daño que se intenta infligir a una mujer excede la violencia machista tipificada como maltrato e incluso la violencia de género.

El objetivo de estos ataques es dejar una huella imborrable en el rostro y el cuerpo de una mujer.

"Los motivos más frecuentes para estos ataques son el rechazo por parte de las mujeres a las insinuaciones sexuales o a las ofertas de matrimonio", dice John Morrison, director de ASTI (Acid Survivors Trust International), una organización que investiga estos casos dramáticos, que en el mundo alcanzan los 1.500 al año.

El 40 % de los casos tienen como víctimas a mujeres menores de 18 años, y los ataques no sólo tienen que ver con problemas de pareja, sino también con casos de venganzas familiares o de clanes, por eso es frecuente que sean niñas o adolescentes a quienes se les quiere arruinar la vida.

En días pasados, el caso de Patricia Lefranc, atacada en 2009 con ácido sulfúrico y que dejó consecuencias permanentes en su vida, tuvo un final esperanzador: su ex pareja, Ronald Remes, autor del ataque, fue condenado a 30 años de cárcel.

Las consecuencias físicas y psicológicas que estos ataques dejan, exigen que la legislación de cada país debe contemplar la crueldad de esta forma de violencia que excede todos los límites.

Como explica a ElPaís.com Linda Guerrero -directora en Bogotá de la Fundación del Quemado- las víctimas de estos ataques "necesitan muchas operaciones de reconstrucción e implantes de piel. Todas han sido agredidas en la cara, donde las marcas son muy visibles; muchas, además, han perdido un ojo".

Y quedan afectadas para siempre, a tal punto de que tienen pánico a salir solas, viven una depresión permanente y por su aparicneia padecen el rechazo de distintos sectores de la sociedad.