Revista Diario

8: La edad perro...

Publicado el 02 agosto 2012 por 160

8: La edad perro...

Mis Padres

Mis padres llevan casados más de 25 años. Son desde siempre la relación perfecta. Se aman, se enamoran, se abrazan, se dicen lo mucho que se hacen falta y a las justas discuten. En conclusión: mis padres me deprimen (T_T). No es broma, no es pose, simplemente prefiero no tenerlos como modelo a seguir.Y es que de alguna forma, ellos toda la vida me han hecho creer en un ideal de perfección amorosa que de seguro llevo muy metido en mi cabeza y es gracias a ello que me he ganado las más grandes decepciones en la vida.
Casi siempre escucho decir a mi entorno hetero que los niños que crecen con padres homosexuales tienen severos problemas de identidad sexual. La verdad, no sé ni me interesa saber si mis padres me provocaron la vaginofobia que padezco, pero sí estoy seguro que me han convertido en un heterosexual con poses de gay. Me han hecho tener esa necesidad del hogar perfecto con hijos y espos@, (con la arroba bien puesta), me han hecho pensar que el amor debe ser así de lindo, puro, incondicional, sin problemas, o con problemas, pero que no trascienden más allá del "Por qué nunca aplastas bien la pasta dental, ¡mira cuánto se desperdicia por tu dejadez!". En conclusión, me han creado altísimas expectativas del amor.
Y claro, cada vez que bajo de mi nube llamada "hogar", caigo en una realidad en la que el más cuero es el que gana y el más feo es el que termina desojando margaritas o publicando eternamente su foto en el Man Hunt hasta "pescar" una pareja de 3 meses, 2 meses, 1 mes, o 20 minutos (lo que dura comerce un anticucho o anticucharse a alguien O_o ).  Esa es la realidad inmediata que he conocido desde mi aceptación como homosexual. Y claro, cada vez que se me ocurre sacar a la luz las enseñanzas aprendidas en casa, termino siendo escupido por cupido. No era de extrañar entonces que haya empezado a creer que el amor verdadero era un privilegio exclusivo de la heterosexualidad.
Pero este día tuvo algo especial. Este día es uno que debía publicarse en mi historia. Había quedado en encontrarme con unos amigos en el bar del Hotel Bolivar, para tomarnos unos tragos e ir a disfrutar de la víspera de las Fiestas Patrias. Estaba todo fríamente calculado. Primero, quedé en encontrarme con un amigo llamado Miguel de 4 a 7 de la noche, y luego me vería a las 7:30 con mis otros amigos. Aquí es donde debo confesar que era la primera vez que conocía a Miguel, él era un colaborador mio de una radio online que creé hace un año atrás, la cual me permitió conocer gente en toda Latinoamerica. Ambos eramos locutores y en verdad que disfrutamos mucho de esa experiencia, y dado que la radio era sobre música de glee, nuestro Público Objetivo era un 80% gay, por eso no me sorprendió cuando Miguel me confesó vía Skype sus preferencias sexuales.
Él era el único peruano que formaba parte del equipo de la radio y que vivía en Lima, pero nunca había podido conocerlo en persona. En parte porque andaba ocupado, y en parte porque no me daba la gana de conocer a nadie. Lo había visto sólo por foto, pero esta tarde lo tenía allí, en vivo y en directo. Decidí salir con él pues hace unas semanas, mientras caminaba por el mall junto a Renato, de manera inesperada, Miguel me reconoció y me pasó la voz. Me bloqueé por completo, no reaccioné, y se puede decir que fui un imbécil. Renato se burló todo el resto de nuestra cita por mi actitud pues se dio cuenta que me quería morir de la vergüenza. No soy mal educado, simplemente me tomó por sorpresa, por dos motivos: el primero, no sabía muy bien quien era pues no lo reconocí. El segundo, estaba agarrado de la mano de su pareja, otro chico igualito a él.

8: La edad perro...

Miguel Doriad


Debo confesarlo, me sentí muy mal luego de eso, por supuesto que debió pensar lo peor de mi, pues prácticamente huí de la escena, es imposible que yo sea homofóbico, pero soy consciente que aún tengo ciertos temores a expresarme o a ver a otros expresar su amor. Fue por ello que para remediar mi error, lo invité a tomar un café conmigo y la verdad que me divertí mucho conversando con él, es muy locuaz, tiene mil cosas de qué hablar y nunca parece detenerse. Todo bien hasta allí, pero luego, cuando le pregunté cómo iba su relación, comenzó lo bueno. Pasamos hablando de las maravillosas cualidades de su novio, por lo menos, 1 hora entera. Sólo respiraba cada vez que recibía un mensaje o una llamada (4 veces, en total) de su Andrew en la cual se decían "lindo", "amorcito", "precioso", "mi vida". En serio que me dejó sorprendido. Mucho más cuando me contó que ya tenían 1 año. Esperen, esto debo escribirlo con mayúsculas: ¡UN AÑO!,  no sé si lo saben pero el tiempo en una relación homosexual, se mide en "Años Perro", es decir, 1 año equivale a 7 años (ok, al menos yo lo veo así).
Y aquí viene mi reflexión hueca pero que no pude evitar hacérmela cuando hablaba con él. Miguel no es un tipo guapo; Miguel no es un tipo con plata; Miguel juega cartitas magic y participa de torneos de Yu Gi Oh; Miguel tiene una figura que dista mucho de un tipo Mens Health; Miguel babosea mientras habla, y hace ruiditos con la boca mientras toma café. Miguel definitivamente escapa al patrón de belleza física, pero Miguel tiene alguien a su lado; Miguel lucha por su amor a diario, sus padres lo insultan, lo tratan mal ( mucho más desde que supieron que es gay), pero Miguel, no se amilana y continúa apostando por el amor, ¿y su pareja? es igual, y hace lo mismo que él. ¿Soul Mates? probablemente sí. Una clara muestra de que el amor trasciende cualquier lógica de la física, o del físico. Una vulgar cachetada a mis prejuicios sobre la sexualidad del amor.

8: La edad perro...

Ella y Él

Terminada nuestra cita, me fui al encuentro de mis amigos en el bar, sentí que tenía algo pegado a los zapatos. Era un horrible chicle. Trataba de sacarlo rozando mis zapatos en el filo de la vereda cuando de pronto escuché una carcajada intermitente que supe reconocer de inmediato. Era una chica de la universidad que tenía la particularidad de llevarse el record guiness a la risa más escandalosa de toda la San Marcos. No sólo era eso, todos la fastidiaban a diario, era el blanco de burlas de muchos (por suerte para ese momento yo ya tenía cerebro y no me unía a la mancha hueca que le hacía bullying y alguna vez tuve la suerte de defenderla) en fin, la pobre definitivamente no tuvo la mejor experiencia universitaria. Pero ahora la tenía allí, con la misma risita de siempre, nada había cambiado en ella. La diferencia era que ahora iba de la mano de su chico, él la abrazaba y juntos se reían, parecían estar viviendo sobre la nube en la que viven mis padres. Se les veía realmente enamorados. Dejé de lado el chicle pegado a mis zapatos y les tomé una foto. Y me di cuenta una vez más, que eso era exactamente lo que debía hacer en adelante. No puedo continuar con mi vida, sin antes quitarme esos chicles molestosos que siguen jodiendola. El amor no tiene sexo y es perfectamente imperfecto. ¡Punto!
Gracias Miguel, Gracias Chica feliz, ¡Gracias Chicle infeliz! :)
Los tres merecen un lugar especial, pero esta vez Miguel ha ganado:
#155: Miguel Doriad

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas