(9) Apología de Luis Cernuda

             A Gaspar Campuzano.   Todos deberíamos estarte agradecidos, al menos todos los que en nuestra lengua vivimos.Aunque no sea ésta tierra de agradecidos.Más bien es tierra que fácil olvida.Y así a ti, como a otros, te fueron olvidando...  Yo no, que ni un sólo día he podido olvidarme,Luis Cernuda, de tus versos y de tu nombre,al contrario, los digo sin cesar, en amor dando lo de tanto amor recibido,eco lleno de hermosura que va y vuelve.   Porquea veces no tengo quien me consuele, y encuentrodescanso sólo si tus versos leo...Eres bálsamo cuando el alma duele. La fuenteen donde mi espíritu calma sus soledadesy quebrantos. Y es que tiene tu verso ese mágicopoder de envolvernos y protegernos,como la noche cuando nos envuelve con sueños,plumas de sus doradas alas, y nos descansadel peso y de la fatiga de lo cotidiano,dándonos nueva fuerza, y nuevos ánimos.  Pues que no sólo eres retiro, también enseñascon tu ejemplo, sin dogmatismos o magisterios, sino con amor irreductible, insobornableen tu actitud, fiel a tu pensamiento.Muy pocos tesoros tiene el hombre para el hombresi no eslos de transmitir la herencia recibida,así tú dejaste la pureza y lo divino al alcance de quien cogerlos quiera,así en tu verso como en tu prosa, haciendo al hombresubir en la escala que va de la fiera al dios,por esto la hermosura presentida la distecomo el pájaro, sin esperar nada.Acaso amor, aunque más bien eso pertenezcaal amor mismo, pues amor con amor se paga.Tu verso dando testimonio de lo que digo.En definitiva, nada nos muevetanto, ni los rencores, el temor, la tristeza, el odio, como el amor hace que nos movamos,única fuerza insalvable, única luz del mundo.    Cómo no agradecerte todos estostesoros que tú me ofreciste, y que yo conservohaciéndolos míos, como tú hiciste los de otros,con amor y ternura entregándolos de nuevo,agua del río universal que somos.Si es el olvido sólo lo que al hombre le espera,que el tuyo sea uno de los últimos, suertedestinada a los que de tanto amor proveyeronal resto, que en eternidad se paga.  Sea pues tu nombre y tu verso eterno,símbolo de la luz y de la noche del hombre.