A la búsqueda de personajes

A veces me doy cuenta de que muchos de mis personajes se parecen. Quizás sea inevitable hasta cierto punto, y hasta otro punto puede que sea incluso bueno. Después de todo, en todas las grandes historias, se reencarnan los mismos arquetipos.

Pero un rey no es una corona, ni un esclavo unas cadenas. Son personas que trascienden nuestras expectativas y escapan de nuestras definiciones. Por mucho que lo encarnen, por mucho que sus roles y relaciones los influyan, los personajes —al menos aquellos que merecen recordarse— son mayores que el esqueleto que forma sus arquetipos. En otras palabras: ni todos los esclavos son iguales, ni un rey es lo mismo que otro rey.

Sé que mi imaginación tiende a ir en busca de personajes a las historias que he leído, a las experiencias que he vivido y a las personas que he conocido. Puede parecer todo un caudal gigantes, salvo si tenemos en cuenta que la memoria, con el tipo, tiende a difuminar todas las cosas, precisamente convirtiendo todo en arquetipos y así difuminando la riqueza, la complejidad y la frescura de la verdadera carne y el verdadero hueso.

Una solución que de vez en cuando exploro, es ir a buscar modelos de la vida real, como un pintor, salir de mi cuarto y, cuaderno en mano, explorar la vida real a la búsqueda de personajes. Así observo, tomo alguna nota, y me llevo en palabras un poco de esa impronta de las personas que me salen al camino. Luego las dejo madurar en mi inconsciente y así están listas para brotar como historias.

Hoy me gustaría proponerte una cosa.

¿Te gustaría ser uno de mis personajes?

Si es así, mándame una foto, o índicame algo tuyo, un blog por ejemplo, o comparte una anécdota. Si me llamo miguel y mi blog es sabiavida.com ya adivinarás cuál es mi correo. O también puedes alcanzarme en mi nuevo twitter @sbvda. Posiblemente ni te reconocerás con lo que haga, te lo advierto. Ni yo mismo sé cuál será el resultado de este experimento, solo espero que sea divertido.

Foto CC –by An Untrained Eye