Revista Diario

Amén

Publicado el 12 abril 2017 por Evamric2012

Se vomitó el esperma en la cera derramada entre mantillas negras y olor a incienso.

AMÉN

Los pasos retumban en la memoria y en la sien, en los cristos crucificados con olor a madera de añeja pátina, tambores martilleándonos a mí la niñez, la adolescencia, y a ti, tu agnosticismo y a aquel otro su ateismo, y a muchos otros su laicidad. Más incienso. Más mantillas y con la puntilla en la nuca del deseo mutilado en un vía crucis. La procesión de la vida nos enseñó a ser más incrédulos, menos nosotros.
A jugar con las rejas clavadas en la frente, y a cubrirnos de tiza y pan negro los guardapolvos. No sé de qué sirve transmitir tanta miseria, fanatismo y dogmas.

No pude creer en ti, pero es que ya hace tiempo que dejé de creer en todo.

Hartazgo de cirios, hartazgo de disfraces, de hipocresía que camina para, al final encontrarse con lo más ruin del ser humano: el secuestro de la razón y el dominio del corazón.

¿Hasta cuándo? Hasta que excomulguemos y nos den la excomunión por tanta suciedad con la que nos cubren cada día. El escepticismo es un regalo que nos dieron, sin nunca esperar nada. Creo sólo en lo que siento, cuando lo siento, pero tampoco apostaría ya por ello.

Fueron 40 largos años de analfabetismo, y aún seguimos sumidos en cierto letargo.

Es arte, y como arte de crucificarnos la sangre que aún corre por las venas, lo vivo, lo contemplo, y lo siento.

Con todo mi respeto a los creyentes.


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