Amor culpable.Capítulo 2

Capítulo 2

Genaro ya había sido testigo de la misma escena decenas de veces pero no por eso dejaba de sentir una rabia que amenazaba con explotar.Si fuera por él tomaría a Leandro y lo golpearía para que jamás volviera a tener en sus brazos a Luján.Celos irracionales, pensó.Nunca tendría derecho sobre ella debido a su silencio y la traición.Ella se negaba a escucharlo por más que él insistiera.Durante el primer año fue incansable y luego ella lo ignoraba.Demasiado para un hombre que cometió muchos errores.Además tenía una niña de siete años a quien cuidar.No podía correr tras ella y olvidar todo así lo deseara con toda su alma.
—Disculpen pero tenemos una reunión urgente con Adrian —dijo él y salió con un nudo en la garganta.
Ya en su oficina se sirvió una vaso de agua aunque una bebida fuerte hubiese sido mejor.El nudo en la garganta pasó lentamente pero sus recuerdos volvieron siete años atrás cuando el infierno comenzó.Nadie tenía derecho a culparlo ¿Quién se creían? Estaba harto de justiticarse en el pasado y ahora.Había sido un buen marido lleno de atenciones hacía su esposa pero eso no bastó y no conforme tuvo una hija con su amante.No, negó mentalmente.Luz era su hija y siempre lo sería.
Unos meses después de casados la sorprendió con su amante.Luciana era una mujer hermosa y fría, exigente.Él la había amado pero su traición, el accidente que la dejo en coma hasta dar a luz y su muerte eran cosas que pesaban mucho.En medio de ese caos Luján fue un oasis hasta que todo se derrumbo.Cuando la conoció Luciana estaba en coma pero su pequeña hija seguía creciendo en el vientre.Todo se precipitó y se fue al diablo.
La puerta se abrió y su amigo Adrian entró soriendo.
—¿Cómo estás? —dijo saludándolo con un abrazo.
—Bien supongo —dijo suspirando.
—Hace dos años que estás así ¿Cómo van las cosas con Luján? —preguntó Adrian.
—Mal.Se niega a escucharme y cuando ve a Luz es como si viera al diablo.
—Dale más tiempo y sino olvidala.No tienes más opciones amigo—dijo Adrian visiblemente preocupado por él.
—Si fuera tan sencillo lo haría pero no puedo ¿Sabes qué? Ella me ama, lo sé.
—Todos lo sabemos y Evelyn pensaba que sería la próxima en entender la situación.
—Lo bueno es que no sale con nadie.Pero siempre esta Leandro revoloteando a su alrededor.Cada vez que los encuentro están abrazados —dijo furioso.
—¿Tienes celos de Leandro? —dijo riendo.
—No te rías que yo quiero matarlo —dijo bajando la cabeza al escritorio.
Adrian no dejaba de reírse.
—Genaro pero si a Leandro le gustan los hombres ¿No te diste cuenta? Claro cómo estás cegado de los celos ni cuenta te diste.
—No es posible, no parece…
—Además sale desde hace años con Nahuel Galeano.
—¿Nahuel Galeano? ¿El empresario hotelero?.
—Exacto así que como vez sólo son amigos —explicó Adrian tratando de hacer que su amigo entienda.
—De todas formas eso no cambia nada.Ella no quiere escucharme y estoy cansado Adrian.Desde hace siete años que no tengo paz.Mi único respiro es Luz.
—Sabes que te entiendo pero como te dije tienes dos opciones y es hora de que elijas.Eres joven con treinta y cinco años estás en la obligación de rehacer tú vida por ti y por tú hija.
—Gracias amigo ¿Desde cuándo te volviste tan sabio?
—Desde que Evelyn volvió a mi vida y me hizo entender muchas cosas.Ahora bien, tienes ese problema ya que eres Don perfecto sabrás solucionarlo —dijo Adrian riendo.
—No para Luján ¿Cómo va a perdonarme? No sólo no le creí cuando las acusaron de fraude sino que le mentí y no le dije que estaba casado.No sé que hacer.
—No te preocupes.Por suerte Evelyn y yo si tenemos ideas.Te esperamos esta tarde en casa a eso de las siete ¿Te parece? — preguntó Adrian.
—Son mi última esperanza — dijo sonriendo a medias.
Adrian lo abrazó despidiéndose y Genaro respiró profundo y volvió a los papeles para la reunión.Debía concentrarse y rogar a Dios que sus amigos tuvieran buenas ideas porque él estaba desesperado