Aprende a escribir

Chiapas, una escuela en ninguna parte CC –by Blanca Pandora

A escribir se aprende escribiendo, todos los días; también cuando hace frío o llueve, cuando “¡esto es una basura!”, cuando las palabras fluyen, cuando ningún verbo se encuentra y la inspiración nos rehuye. Pueden pesar los ojos, las manos están cansadas, nada de lo que hagamos va a valer para nada.

Da igual, escribe.

La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando. ∫ Pablo Picasso

Se escribe y se disfruta de cada momento, o por el contrario tienes ganas parar y dejarlo todo, y no empezar, y borrarlo todo, porque en realidad “es que soy tan malo”. Da igual, “no se me ocurre nada”, se escribe. “Esto nadie se lo va a leer”, pues peor para ellos los muy idiotas, porque vas a escribirlo y ya lo corregirás después. O no. Lo único que importa es que las palabras sigan naciendo, sí hoy, también hoy. Puede que seas imbécil, puede que no valgas para nada, puede que todo se quede en el olvido, a otros les ha pasado, ¿por qué no a ti? Sí, todo eso puede ser, pero a pesar de ello vas a seguir escribiendo. Si te has de hundir que sea con todos los cañones disparando y la bandera ondeando orgullosa del palo mayor. Puede que seas muchas cosas, pero no vas a vivir sin intentarlo. Hoy, sí, hoy también vas a escribir.

Aunque sea de escribir sobre escribir, aunque sea escribir sobre que no se te ocurre nada, o todo, da lo mismo. Lo único que no vas a hacer es dejarlo, ¡imposible rendirse! Que les den mucho y malo a todos los derrotistas. Seguir adelante es vivir amando la esperanza, sino en uno mismo al menos con esperanza en el arte y en el esfuerzo. Otros han triunfado, ¿por qué no tu? ¿qué pasa tienes defectos? Ellos también. ¿O qué te creías? A muchos laureados escritores de hoy y de ayer no les invitaría sino a marcharse de mi casa. Pero siguieron escribiendo aunque a muchos no les gustaba. Harry Potter lo rechazaron siete veces, ¿lo sabías? ¿Y te crees que fue el único? Pregunta a Van Gogh, que triunfó después de muerto, y tampoco es el único triunfador zombi.

Sólo vale escribir hasta que tus heridas tengan sangre de tinta, y el sudor negro, o azul, pero siempre de tinta. Y luego un poco más. Aunque el sol luzca muy bonita en la ventana, y en la televisión pongan nosequé de el capítulo final definitivo partido del siglo, nuevo, irrepetible, en primicia universal hasta el final de los tiempos, y que repetirán mañana; siempre escribir.

¿Has roto las reglas?

A veces hay que hacerlo para intentar mejorar tu arte. ¿Cómo puedes llegar a donde nadie ha llegado si sigues los caminos marcados? Se ríen de ti porque confundiste un adjetivo con un verbo, pero ellos sólo saben que eso fue un error y tú sabes que estuviste a un punto, a media vírgula, a nada de la Belleza. Ya la estabas viendo, mañana cenarás con ella, ellos seguirán comiendo con la vieja mediocridad y la barriga con la que pagan los impuestos de su sillón.

Siempre escribir aunque parezca que ya has escrito mucho, que te duelen las yemas de los dedos de tanto aporrear el teclado, de que parezca que te estás repitiendo, y aunque de verdad te repitas y creas que aburres hasta las musarañas dormidas; tú sigue escribiendo. Sigue soñando tinta, sigue esperando en el arte, pero espera con la esperanza del trabajo y de la dedicación; recordando que cada día, sí, también hoy es día de escribir.

Y así, a lo mejor, serás escritor.

Sino,

quizás,

cuando mueras,

junto a tu lápida habrá una tele,

apagada,

muerta,

seca,

como tú.

Ser artista es creer en la vida. ∫ Henry Moore