Revista Talentos

Asador

Publicado el 15 diciembre 2015 por Pablo Ferreiro @pablinferreiro
AsadorEstaba el cielo lleno de estrellas, yo estaba con el perro en la puerta de calle, matecito en mano, pava en el piso. Era una de esas noches de frío en las que no hay ni el loro, a mi me gustaba cuando era así, sino ni en broma iba a la puerta. Acariciaba al chucho cuando una luz alumbró toda la callecita empedrada. Cuando me volvió la vista, había una especie de Volskwagen Beetle plateado, sin ruedas, con un anillo que lo rodeaba. La parte de arriba se abrió y apareció un flaco largo y cabezón. Usaba un uniforme trabajo de una pieza, como el de los electricistas. Llevaba un casco violeta que no combinaba para nada con el resto del uniforme, mostrando su mal gusto de antemano. El tipo se me acercó mientras el perro se le iba al humo.
- ¿Usted es Don Rubén?
-El mismo
-Me va a tener que acompañar
- ¿Porque señor? Yo no he hecho nada indebido
- Acompañeme por favor y no haga ninguna escena. Mire, le permito despedirse de su señora si quiere, pero usted viene conmigo.
Le metí un sorbo al mate y me subí a la nave. Ni hacía falta despedirme de la bruja, me iba a putear igual pase lo que pase. El chucho se quedó labrando a la nave, que al levantar vuelo hizo pelota el árbol de la puerta de casa. Seguro los vecinos iban a llamar a la municipalidad y me iba a tener que poner con unos buenos mangos porque con los álamos no se puede joder.
Ojo que estaba relajado yo, me lo tomé con naturalidad, el tipo me sirvió un fernet con Cinzano para amenizar el viaje porque me dijo íbamos a tardar. Dijo que la nave era modelo 66, que era confiable, lo llevaba y traía pero que no se la podía exigir mucho,para llegar a Urano íbamos a tardar. Igual teníamos que pasar por Fobos, a cargar nafta. Se quejó porque en Júpiter le querían cobrar cualquier barbaridad y que en Fobos, salía más barato porque era medio peligroso por la oscuridad. Yo aproveche la confianza que se había generado para preguntarle porque me estaba llevando, le pregunté si me iba a hacer estudios, si me iban a torturar y esas cosas de las películas. El tipo rascándose la cabeza de mandarina( pero mandarina mandarina eh, de esas arrugadas, bien naranjas):
- Lo traigo a que haga un asado. Nuestros estudios dicen que usted es el mejor asador de todo el Universo y ahora con mi señora cumplimos 50 años de casados,vienen familiares de todos lados, usted sabe. Si todo sale bien no le haré ningún daño, pero a la primer cosa rara lo achicharro con mi arma desintegradora.
- Faltaba más. Hubiera empezado por ahí.
Después de nuestra parada en Fobos ya éramos como chanchos con el alienigena. Se llamaba IPOC23 pero le decían Chacho. Le pregunte por otros alienígenas famosos y me dijo que no conocía a ninguno, tuvo una duda con Alf, pero al enterarse de que comía gatos dijo que nada que ver con el tipo que conocía él. Le pregunté por su ciencia avanzada y me dijo que era puro marketing. Le pregunté por su presencia en la Tierra, respondió que él tenía un tío que trabajaba en el Ferrocarril Belgrano Cargas pero que había muy pocos de su raza acá , los discriminaban enseguida diciendo que tenían una enfermedad y los sacaban en la tele. Le pregunté si conocía algún plan de seres del espacio para invadir la Tierra, lo cual negó rotundamente, dijo que era imposible, no convenía por una cuestión de costos ni porque no había nada interesante en la Tierra más que el asado. Las vacas ya se las afanaban sin tener grandes líos así que no había motivos de invasión. A mi esta ultima frase me dejó tranquilo, estaba preocupado por la carne con la que iba a tener que lidiar, había pensado pedirle que peguemos una vuelta para ir a lo de mi carnicero.
Chacho me mostró un par de cosas curiosas del Universo, un planeta habitado por unos tipos de metal con forma de arandelas que lo único que hacían era girar y estar apoyados en el piso sin poder levantarse la mayoría del tiempo. Otro planeta parecía deshabitado pero no lo estaba, eran todos cagones y vivían bajo la tierra esperando a que alguien llegue para tirarle piedras y comérselo. Después de un rato dejé de prestarle atención y me concentré en lo grande que era todo el universo, una pena que no me traje la cámara para mostrarles a esos de la NASA lo que es bueno.
LLegamos a Urano. El tipo me dió un poncho y un casco. No pegaban para nada, el poncho celeste con el casco violeta flúo.Yo pensé que iba a hacer más frío, pero con el ponchito estaba bastante pasable. Me presentó a la señora que iba con una pollera larga y una remerita con bordado y me dirigí directamente a la parrilla para el asado, que era esa misma noche. Esto me enojó un poco porque esperaba conocer más de la cultura de estos cabeza de mandarina. Lo único que puedo decir es que las casas eran casi todos chalecitos, que había mucho árbol seco y que en cada casa había uno o dos de estos volkswagen voladores. Igual creo que esta era la zona de plata porque cuando estábamos aterrizando me pareció ver algún rancherío por ahí, se ve que me lo quería ocultar el Chacho vaya uno a saber porque.
El carbón era excelente, nada que ver con estos que vienen ahora que enseguida se apagan y no sirven para nada. Aguantaba un montón, Chacho me había traído un lanzallamas para prender el fuego pero yo le enseñe de manera criolla que con un poquito de diario prendía enseguida. Le expliqué paso a paso mientras me miraba atento:
1.Tirá la bolsa de carbón como viene. En el medio hacé un huequito.
2. Meté papel de diario arrugado en el medio (hay diarios que le dan mejor sabor que otros)
3. Cerrá un poquitito la montaña arrimando algunos carbones al papel. No llenés de carbón arriba de los papeles, el fuego necesita aire. Sino fijate que pasa si tenés un principio de incendio en tu casa y abrís la ventana.
4. Prendé el papel con un fósforo.
5. Esperá que agarre, una vez que se prende el primer carbón el fuego se mueve sólo, la naturaleza es sabia. Si sos ansioso hacé viento con una revista o una espátula
6. Si ves que te queda algún carbón muy guacho arrimalo un poco, no te pasés porque te podés quemar.
7. Una vez que están prendidos, se van cayendo solos. Ahí esparcirlos por la parrilla y notocarlos màs
Al ser un planeta gaseoso el fuego prendió de novela. Chacho me trajo la carne y se fue adentro con la jermu a recibir los invitados. La carne era buena, había Asado, Vacío, Matambre, falda,un pajarraco que parecía pollo. Había chinchulines, Riñones, también morcillas y chorizos que vaya a saber uno como los habían hecho. Tuve un poquito de quilombo para meter todo en la parrilla que quedó chica. El fuego era medio incontenible, si no regulaba se me iba a arrebatar la carne, para colmo me cayó un hermano de Chacho a la parrilla que me lo banqué hasta que me dijo que le ponía leche al matambre para tiernizarlo, ahí nomás casi nos vamos a las manos, la señora nos separó evitando un desastre.
Todo ocurrió sin mayores inconvenientes, un animal parecido a un gato quiso afanarse una tira pero lo espanté enseguida al grito de “juira bicho”. Había cincuenta de estos cabeza de mandarina, todos charloteando de lo lindo, a los gritos, algunos con la panza afuera. Serví primero las achuras que devoraron ferozmente, casi sin masticar. El momento de la verdad fue cuando serví la carne. Todos esperaron que esté servido en todas las tablitas para empezar a comer. Se hizo un silencio, esto lo masticaban despacito, yo ví gestos de aprobación y esperé el aplauso consagratorio pero antes de emitir juicio todos miraron a Chacho que tragó y se mandó un cuarto de vino con soda para después decir:
-Está pasado, la puta que te parió, está pasado.
Los demás asintieron,empezó el murmullo, miradas de bronca. Incrédulo lo probé y vos sabés que tenía razón Chacho, lo que nunca eh. Estaba pasado. Ni siquiera me animé a traer el matambre y los dejé que se sirvieran solos. Salí al patio, esperé el final. Me dije, la puta, que lindo hubiera estado contarle a los muchachos y a la bruja todo este viaje. Venir a morirme yo en Urano, tan lejos del barrio y del chucho. Ahí apareció Chacho con el bufoso.
-Perdoname Chacho, la atmósfera, la nostalgia, no tener un tanguito de fondo, que se yo que me pasó. Hacé lo que tengas que hacer, gracias por todo.
El cabeza de mandarina hizo un gesto de lamento.
- Bah bah, basta de vueltas. Tomátela, no te quiero ver por acá. Tenés una hora para rajar, agarrá la nave, tenés una hora, si te encuentro otra vez te cocino chanta.
Casi lo abrazo por su piedad. Agarré la nave, comencé a volar, era fácil de manejar el Volkswagen. Cuando estaba por atravesar el cielo me agarró la culpa. Más allá del secuestro Chacho había sido amable y yo le había arruinado un asado, no me podía ir así. Aterricé y fui directo para la casa.
- Chacho, escuchame yo te quería decir.
- Te lo advertí pelotudo.
Ahí nomás a lo James Bond me dió con un lanzarrayos y me hizo polvo. Ahora doy vueltas por el universo en forma de aire. Volví a la tierra después de millones de años de dar vueltas por todos lados.  Después de andar por muchas narices me enteré que la bruja me hizo cornudo cuando no estuve, que mina de mierda resultó ser.

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