El Minotauro, que contemplaba asombrado el hilo, no vio la espada.
Revista Talentos
Oyó entrar al extranjero. Cauteloso, se acercó a él y le observó. No era diferente a los otros: pequeño, débil. Estaba pensando cómo le mataría cuando advirtió que el intruso sostenía algo en la mano izquierda. ¿Qué demonios era?
El Minotauro, que contemplaba asombrado el hilo, no vio la espada.
El Minotauro, que contemplaba asombrado el hilo, no vio la espada.