Aturdido

Nunca le habían gustado las estadísticas, pero la incursión en las nuevas tecnologías le hizo ver que durante un tiempo serian sus inseparables compañeras de viaje, no le quedaba más remedio que acostumbrarse a ello, a pesar de que siempre recordaba que todos los números pueden manipularse o interpretarse según convenga. Los números para el eran un universo a evitar, nunca había logrado llevarse bien con las exactas desde su época estudiantil. Durante un tiempo con la ayuda de las calculadoras sorteo la cuestión con dignidad, pero ahora llevaba un año entre conceptos como porcentaje de rebote, visitantes únicos, impresiones, únicas y demás cuestiones asociadas al extraño mundo de las estadísticas en internet que no sin esfuerzo, habían empezado a no sonarle a sanscrito. Todo por intentar monetizar sus espacios en la red que aunque modestos empezaban a dar sus frutos a nivel de público, cuestión que le motivaba para seguir luchando. En ocasiones se sentía abrumado por aquel cosmos de conceptos que se desarrollaba a gran velocidad y que le exigía estar al día de todas las aplicaciones que nacían en cada instante, e interpretar el comportamiento de quienes visitaban sus espacios en la red, para saber si iba por el buen camino. Documentose mucho sobre cómo se comportaba la gente que consumía contenidos en la red, con el firme propósito de darse a conocer como profesional. Todavía no lograba entender, cómo saber si los tiempos de visita eran los correctos, o debía modificar algo, de ahí sus constantes luchas con los números de las aplicaciones generadoras de estadísticas, las cuales parecían resistírsele. Desde su incursión en la red, no había logrado sacar ningún beneficio económico de los proyectos que había iniciado.
Leyendo sobre ese aspecto, todos los manuales teóricos hacían mucho hincapié en que el retorno económico siempre era lento, cuestión que le libero de una gran ansiedad, había llegado a plantearse que no servía para ello...
Nadie le dijo que ser gestor de redes sociales exigía grandes dosis de paciencia y un sistema nervioso de acero.