Revista Talentos

¡Ay de los viejos!

Publicado el 27 octubre 2012 por Perropuka

¡Ay de los viejos!¡Ay de los vencidos por el trajín de la vida! Parece que la experiencia ya no vale nada. Como si las canas y las arrugas deslucieran el paisaje de los jóvenes. No basta que la prole se dispute la herencia antes de que los abuelos hayan partido a mejor vida. Los hijos olvidan de pronto que crecieron juntos y por unos intereses mezquinos riñen como enemigos encarnizados, aun delante de los viejos como si estos ya no existieran, como si fueran parte de la vieja casa familiar o del mobiliario.  Algunos vástagos son tan miserables que no les tiembla el pulso para dejar tirados a sus ancianos en alguna gasolinera o a la puerta de un centro de asistencia. O abandonados en su propio domicilio en condiciones inhumanas, a la espera de que se mueran. Los viejos antes de dar con sus huesos en algún camposanto, estorban. 
En un mundo acuciado por vivir a toda prisa; los mayores, pasando cierta edad estorban. En la calle con su paso cansino. En los autobuses sacando de quicio a los conductores impacientes. En la casa con sus viejos hábitos y olores. En la vida con sus carraspeos y consejos que ya nadie quiere oír. Como si el paso inexorable del tiempo no fuera suficiente para cortar de cuajo ciertas actividades físicas como los deportes, ahora paulatinamente se los aleja de actividades públicas, como el derecho a ejercer la ciudadanía, cual si fueran inútiles coches sacados de circulación. 
Para nuestro “visionario” e insatisfecho presidente, los viejos ya no son sinónimo de templanza, madurez y sabiduría. Simplemente ya no sirven para la administración pública. A pesar del verso de que en la cultura aymara, los ancianos son los más respetados y que ancestralmente, ellos eran la autoridad máxima de la comunidad. A pesar del lindo cuento del canciller de su capacidad de destilar sabiduría de las arrugas de los ancianos. A pesar de todo ello, Evo Morales tuvo la feliz ocurrencia de que los mayores de 65 años ya no deberían candidatear ni para presidentes, diputados, alcaldes y otras autoridades: "Yo digo, máximo 65 años para ser autoridad electa. Si uno ha cumplido 65 años, yo digo, no debería más elegirse como autoridad". Dando a entender que ya no tienen las suficientes fuerzas y energías para los cargos públicos. Es que para algunos, gobernar equivale a efectuar viajes maratónicos en avión para inaugurar canchas de pasto artificial y ser más originales que otros gobernantes jugando fútbol cada ocasión. Y de paso ejercer la autoridad a punta de rodillazos.
Los viejos ya no están para gobernar a rodillazos. Ni para jugar en el equipo presidencial. Ni para bailes y coplas con los movimientos sociales. Ni para cenas opíparas al son de trovadores revolucionarios y danzas folclóricas. Ni para tremendas concentraciones de gente arreada a oír los discursos interminables del jefazo, como una de las más recientes, ante una reunión de jóvenes, donde Morales expresó su deseo de ningunear a la gente mayor, reclamando por una mayor participación de la juventud en las decisiones políticas. Tal fue su paternalismo -con la impronta de yo pienso por ustedes- que abiertamente dijo que le haría muy feliz que los jóvenes presentaran este proyecto como suyo ante el parlamento.
Eran otros tiempos cuando un imberbe dirigente cocalero hacía sus primeras armas en la arena política. La arrogancia ha crecido pero la barba no. Nunca estuvo solo ni mal acompañado, tuvo viejos maestros de la lucha sindical que siempre lo asesoraron. Evo Morales, como figura política es hechura de esos viejos a los que ahora desprecia. Fue don Filemón Escobar, viejo dirigente minero y uno de los ideólogos del mentado Proceso de Cambio, quien lo fue formando sindicalmente. Ahora reniega públicamente de su vástago político: ¿Qué sabe el yocalla de democracia, de las luchas contra las dictaduras? -yocalla, del quechua, en sentido despectivo: muchacho irrespetuoso, altanero-brama fiel a su estilo de paisano en un tono que a cualquier otro político o crítico le significaría un juicio o la cárcel. El viejo dirigente conoce muchos secretos de Evo, por eso se permite tanta libertad y ascendencia moral sobre él y sus correligionarios. El pobre viejo setentón reniega y reniega con la amargura de saberse que ha criado cuervos, y de paso, sufrir la respuesta avinagrada de la muchachada imberbe que es la mas ágil para subirse al carro del triunfo y que no ceja de decir que “el viejo esta chochando o es un resentido político”. No es casualidad que casi todos los “viejos” dirigentes del partido oficialista ahora estén fuera por renuncia personal, en la mayoria de los casos, o hayan sido expulsados por cuestionar las decisiones del jefazo.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Perropuka 231 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Dossier Paperblog

Revista