Badoo le da por culo a Kimberly

Querido amigo lector. El otro día una compañera de trabajo me regaló una botella de vino de la modesta Bodega El Fabulista, en Laguardia (Álava). Y aquí estoy yo, bebiéndola, consumiendo cual Ortega Cano antes de jugar al Carmageddon o como coño se escriba. Ya va media botella en mi organismo y empiezo a reirme solo. Y ya si pienso en lo que voy a contarte hoy, me despotorro. 
En San Valentín te contaba lo aficionada que era mi amiga Kimberly al Badoo, ese centro de la perversión hecho página web. El Bakala.org en comparación con eso es un jardín de infancia (vale, con Michael jackson como profesor del parvulario, pero jardín de infancia al fin y al rabo). Siempre me he preguntado por qué ponerle el .org a una web como el Bakala, si el único fin de esta "organización" es que varios homosexuales acojan (de cojear) al mismo miembro viril en su recto, a riesgo de pillar un anourisma. JAJAJAJA. Qué ingenioso soy. Puto vino.

Kimberly, ¡¡esa mirada de guarrona buscanabos!!

Bueno, te cuento. Kimberly acaba de llamarme por teléfono y me he quedado en shock. Ella es muy de hablar con caballeros en esta web, en el Badoo. Y digo caballeros porque la mayor parte de los tíos que pululan por esta web son melosos y conquistadores sudamericanos que con tal de azotarte la cara con su brazo gitano son capaces de regalarte un Lamborgini. Eso es algo que yo nunca he entendido. Lo españoles van de frente, les ves venir. Sabes que quieren llegar a tu píloro con su torre Agbar o que quieren sentarse sobre tu lámpara de lava, lo disimulan más bien poco. Éstos otros no... Te dicen cosas como "qué cosa tan presiosa" o "eres un angelote kaido del sielo, amorsote".
Ay, que me enrollo. La cuestión es que Kimberly conoció a un chico majete, profesor de gimnasia. Bueno, cada uno de sus abdominales podían penetrarte por sí mismos. Qué barbaridad. Parecían escaleras para la Barbie. Vérgame Dios. Arsa. Ocurrió lo que era de esperar, Kimberly se puso brutota con las fotos que le envió por correo electrónico. Cada foto, era una gota de flujo vaginal que brotaba como a uno que yo me sé le brotaba la gonorrea. Pero esa será otra historia.
Kimberly al principio era muy de desconfiar de estos fuckers. De estos chicos que van de amiguitos, pero que cuando les das tu whatsapp y te escriben un día de fiesta, te dicen que quieren sembrar Edelwises en tu culo. Pero mira, llegó un día en que aquello le picaba y cedió.Voy a escenifuckar la conversación. Al profesor de gimnasia buenorro le llamaremos Stefan (pronúnciese Estéfan, de toda la vida de Dios). Ahí va la conversación por whatsapp:
S: Hola guapa. Estoy por tu barrio. K: ¡Hola! Yo he salido de trabajar hace un ratillo. Estoy yendo a casa ya.S: ¿Quieres que te espere por aquí y nos vemos en un rato? O rata, que es lo que te voy a comer. Toda la rata. K: Jajajaja. Pero es que me tengo que asear.S: ¿Asear?K: Sí, lavarme el coño, de toda la puta vida. Y cambiarme de bragas, sería de coña.S: No lo hagas. Sabrá a Starlux.K: ¡¡Qué asquete!! Bueno, te veo en 20 minutos en mi casa. la dirección es...S: OK. Yo pico a tu puerta. Subo, y me comes.K: No estoy familiarizada con estas prácticas. Un poco frío, ¿no?S: Yo pico a tu puerta. Tu haces lo que quieras.
En resumidas cuentas (o pollas), Stefan picó al poco rato al interfono de mi amiga Kimberly. No hubo escena de "entro a tu casa y me comes". Al contrario. Hubo "holas", "quieres tomar algo", "no, prefiero follar ya"... De todo un poco. Eso sí, a Kimberly le dio tiempo a lavarse el chichi y a cambiarse de bragas. Poco tiempo después, ya estaban dándose amor... O embestidas, no sé. Compartieron una noche loca, de palabras sucias y movimientos obscenos.
Sin embargo (o embrago), el principal movimiento fue aquel en el que Stefan se equivocó de orificio. ¿Dolor? No, querido amigo. Kimberly lo flipó en colores. Vio pulular por la habitación a Koby, Naranjito y Montserrat Caballé en amor y compañía por la habitación. Su cara de Betty Hinchable hablaba por si sola. Un desgarro anal en toda regla. Se escuchó en la habitación una voz asemejable a la de la vocalista de La Quinta Estación entonando el "Me muero por bersaaaaaaaaaaaarte, dormirme en tu booooooooooca". 
Y ahí está la pobre. Aplicándose sendas gasas con Betadine en el culo. Una detrás de otra. Sufre el clásico Síndrome del Esfínter Garrapiñado. Pero, ¿qué pasó con Stefan, el desgarrador de anos? El "Ass Breaker" se dio a la fuga. Tal cual. Ni durmió allí. Después de "la lesión", el muchacho salió de la vivienda de mi amiga como rumano tras atracar la casa de José Luis Moreno. Allí dejó a mi amiga. Tumbada boca abajo y con la piernas abiertas, intentando airear su rosquilla recién frita, esperando a que aquello dejara de quemar. ¿Moraleja? "La verga, con sangre entra" se queda corta. Estas historias te alimentan la vida, hombre. Aprendes de las malas experiencias. En esta vida todo es compartir. Kimberly comparte sus historias conmigo, y yo comparto mi flotador con ella.