Billete

Domingo,hacia frío decidió ir como un perro buscando el sol.Se puso los guantes y encendió su lector de libros electrónicos centrando se nuevamente en el libro de aventuras ambientadas en la Roma antigua ,la única caricia que había recibido a modo de buenos días como siempre eran las de su perra.Cada día tenía menos fe en los bípedos implumes llenos de manías y rencillas por lo general poco confiables según su experiencia.Los canes tenían y tienen muchos amigos ,mueven mucho la cola y poco la lengua ,dicho de otro modo no poseen la facultad del habla y no pueden herir a nadie con ella.De un tiempo a esta parte el sólo gustaba de hablar para poner voz a algún texto ,llevaba veinte años intentando demostrar al mundo que no sólo a nivel teórico podía ejercer de locutor ,aunque nadie confiara en el y llevara algún tiempo dando palos de ciego para volver a la radio.Cada jornada lo veía más difícil ,pensar en ello le desazonaba y llenaba su corazón de pesadumbre ,aún tenía pasión por su vocación pero cada vez la veía más lejos de el.Se refugió en la lectura y su escritura cosas que le daban paz y no le hacían depender de nadie ,su existencia no se desarrollaba como había soñado ,sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más empezaba una jornada domincal.Saco un pañuelo y decidió empezar a leer ,le salía más cómodo que ponerse a pensar ,no tenía ganas de darle vueltas a su mente ,los alegres ojos de su perra le observaban desde lejos ,de nuevo su intuición le hizo acercarse lamió sus rodillas y discretamente se retiró a su sitio.Sus ojos se centraron en las primeras páginas del libro de romanos que le llevaría toda la jornada ,mejor los pasajes de un pasado que no vivirá jamás que pensar en un presente complicado donde no se sentía feliz ,ni comprendido por nada ,ni por nadie, por eso cada día empalizaba más con los animales que con las personas ,eso no significaba que odiara a los humanos simplemente no le inspiraban demasiada confianza.Los perros y los libros eran sus fieles confidentes y ambos tenían algo que a el le reconfortaba ,ninguno de esos dos elementos le generarían jamás una situación emocional complicada, ni le darían de lado cuando los necesitara ,teniendo siempre tiempo para el.Mientras leía evitaba pensar nada que turbara su mente y con ello su alma.Los libros se daban paz.Ya tenía billete para viajar a la Roma de los emperadores ,no pensaba perderse las carreras de cuadrigas,sería un discreto espectador.