Black friday: viernes negro, jueves blanco

El Viernes Negro es “el día que inaugura la temporada de compras navideñas con significativas rebajas en muchas tiendas minoristas y grandes almacenes en Estados Unidos” (Wiki), tiene su origen en Filadelfia y se ha extendido a varios países en el mundo. Es un día de “grandes ofertas” y es básicamente una campaña para estimular el consumo que en España se está popularizando.

No me gusta la idea de que haya un día para una celebración específica que esté asociada a regalos o consumismo desmedido. San Valentín, padres o niños suelen ser los motivos para desembolsar dinero aunque hay una razón. Me gusta menos que haya un día sin una causa específica para ir a gastar.

Para mi y muchos otros venezolanos, el Viernes Negro tiene una connotación nefasta por razones económicas. El 18 de febrero de 1983, se devaluó el bolívar, nuestra moneda y empezó una etapa marcada por la inestabilidad, devaluaciones, control cambiario y una corrupción galopante cuyas consecuencias han llevado a la penosa situación que vive actualmente Venezuela.

Así que no me gusta mucho el término Viernes Negro. Volviendo a Madrid, este jueves 27 fue curioso porque de manera causal llegaron a mi dos piezas audiovisuales relacionadas por un mismo punto, la forma de consumo de la sociedad y el dichoso viernes…

Vivir mejor con menos. Por un consumo más responsable.

VIVIR CON MENOS

Como decía, revisaba Twitter y Carlos G. de Juan en su cuenta recomendaba el libro “Vivir mejor con menos: Descubre las ventajas de la nueva Economía Colaborativa” escrito por Albert Cañigueral, experto en consumo colaborativo.

Lo descargué y lo leí. Es más bien una quía de plataformas colaborativas y el desmedido entusiasmo que tiene al autor por este mundillo así como su gran experiencia en el mismo. Como siempre se deja lado el mundo artístico y cultural. ¿Cómo encajamos los creativos en este nuevo modelo? ¿Cómo creamos, producimos y distribuimos nuestras obras, cómo es la nueva relación con el público? A veces la alegría desmedida hacer perder de vista la realidad.

¿CUÁNTAS COSAS NECESITO?

También en Twitter vi que anunciaban el documental My Stuff en el ciclo Semana del No Consumo organizada por Economistas sin Fronteras en la que un chico guarda todas sus cosas en un trastero y sólo puede usar una al día durante un año, para reflexionar sobre la acumulación y el consumismo.
Al principio es divertido, sus amigos y madre piensan que está loco y su abuela lo apoya. Luego pierde la profundidad y ya es sólo un experimento gracioso de un niño bien que puede permitírselo.
Conozco gente, incluido yo mismo, que viven con menos de 100 pertenencias. Entretenido, no más. Al final hubo un debate sobre el docu que también estuvo flojo pero da gusto ver gente que comparte los mismo gustos que uno.

Docu y libro no son nada del otro mundo pero constituyeron una buena contrapartida al “Black Friday” que incita tanto al consumo… Por eso fue mi jueves blanco

¿MENOS ENTRETENIMIENTO?

¿Deberíamos dejar de consumir cultura así como dejamos de consumir objetos? Es un largo debate, definitivamente hay manifestaciones que deberíamos dejar de lado por nuestro bien económico y emocional como monólogos cómicos o impros. Bueno, ahora más en serio, prefiero no comprar libros, los busco en la biblioteca. Mucha más gente tiene más posibilidad de leer de esta manera.

Ahora bien, uno de los enunciados de Paperformances es trabajar con la menor cantidad de material nuevo posible y generar la menor cantidad de residuos. Por eso trabajo con papel periódico reciclado. Me interesa crear poesía visual sostenible y un espectáculo más accesible a todos. Y a la vez queda ese mensajito de reciclar, reusar y reutilizar.

Un espectáculo del Circo del Sol es sumamente caro porque hay que recuperar una fuerte inversión. También tiene condiciones precarias de trabajo para los empleados del país en el que se instala. Así como hay gente que se preocupa por lo que come o viste, también deberíamos vigilar cómo nos entretenemos.