Revista Talentos

Bolivia, la OEA, y los turistas de corbata

Publicado el 06 junio 2012 por Perropuka

Bolivia, la OEA, y los turistas de corbata

Foto: EFE

No bien empezaban a llegar como cuentagotas los primeros funcionarios de los gobiernos extranjeros, eran recibidos por música autóctona en las puertas del aeropuerto internacional de Cochabamba. Sonaban las zampoñas de los indígenas andinos como preludio a la 42º Asamblea de la OEA. Ponchos multicolores hacían de la ocasión una postal y los visitantes aprovechaban el momento exótico para tomarse una foto en medio de los disfrazados anfitriones. (La última vez que se había visto aire de fiesta en la terminal aérea fue el recibimiento apoteósico al Wilstermann por haber retornado a la Liga, un equipo que se precia de ser grande, celebrando un sufrido y carambolesco ascenso). Si este reciente acontecimiento interamericano, es o no, digno de portadas en medios internacionales, no es de mi incumbencia, pero ha transtornado por un par de semanas la tranquilidad pictórica de todos los cochabambinos. Los ciudadanos nos hemos quedado boquiabiertos al ver nuestra ciudad irreconocible: de la noche a la mañana, muchas avenidas fueron recubiertas con nuevo asfalto, las líneas de cebra que veíamos en las películas se hicieron realidad. Descubrimos que los huecos centrales de las calzadas servían para rellenar de plantines de flores. De los postes de luz, pintados de verde esperanza ahora cuelgan banderitas de papel de todos los estados americanos. Aún seguimos investigando el significado de los nuevos carteles de tránsito plantados sobre la marcha. Como no podía ser de otra manera, las autoridades edilicias ordenaron a los vecinos limpiar sus aceras y pintar las fachadas, pero sólo de aquellos domicilios que están en el trayecto del aeropuerto a la sede de la Cumbre, para que quede claro. Al resto de la población, las amonestaciones de manual: mantener el orden para coadyuvar a la buena imagen de la ciudad. Los borrachines están que truenan, se ha establecido casi una semana de ley seca, incluida la prohibición de fiestas y bailes, ni en Semana Santa se había visto tanta abstinencia.  Una calma chicha envuelve a la ciudad. Por primera vez no me da vergüenza ver a nuestra policía lucir sus harapos, han sacado a relucir su mejor uniforme, con coqueta banda diagonal de cuero y gorra de gala. Y pasean de dos en dos, cerca de los hoteles, con una gallardía que no he visto antes. No me puedo negar, me siento el ciudadano más seguro del mundo con un policía en cada esquina, aunque por unos días.  No se puede objetar nada, la Operación Maquillaje fue un éxito total. Espero que los medios extranjeros hayan tomado nota, y fotos, como siempre. Pero, de qué estamos hablando, ah perdonen, de la insulsa OEA, nunca mejor dicho. Tal es la importancia de esta Cumbre de Cancilleres, que apenas 16 titulares de 34 países llegaron a la reunión, el resto mandó a funcionarios subalternos como quien manda a un burócrata ocioso,  consciente de la magnitud del evento: oye vete a Bolivia, a la reunión esa, solo tienes que leer este comunicado de nuestro gobierno y luego quedarte sentado por una horas escuchando discursos. Nos informas y luego te avisamos si hay que firmar algo. Aquí tienes el pasaje, el nombre del hotel y tus viáticos de rigor, y no te olvides de traer muchas fotos. En esta era de la inmediatez, no es exagerado aventurar que algún funcionario haya tuiteado –respectivamente-sorprendido de la experiencia: Cochabamba bonita ciudad me recuerda a Córdoba, Arequipa o alguna ciudad colombiana de los valles.

Bolivia, la OEA, y los turistas de corbata

Cancilleres de América-ABI

Debe de ser vital para todos los americanos, discutir acerca de la Seguridad Alimentaria con Soberanía; paradójico como iniciativa de uno de los países que más importa alimentos, empezando por la harina del pan que me llevo a la boca. Suena a broma cruel, escuchar a Evo Morales proclamando el derecho de los pueblos a tener una alimentación adecuada y con “soberanía” además, cuando su administración no ha hecho nada significativo para disminuir la desnutrición infantil en Bolivia. En cualquier caso, ¿hacía falta un foro internacional para debatir lo que por mandato natural es una obligación interna de cada estado? El gobierno boliviano y sus amigos del ALBA sacaron a relucir también dos asuntos que sacan chispas: mar para Bolivia y soberanía de Malvinas para Argentina. Como es lógico, la delegación chilena se incomodó amparándose en su discurso de que es un tema bilateral y no regional. Mientras tanto el amigo Insulza, presidente de la OEA, amigo de Morales pero siempre chilenísimo por encima de todo, no dijo nada como era de esperar. Con las Malvinas, sucedió algo parecido, plena solidaridad en los discursos que no llegará a tener implicancia vinculante. En el fondo, todos sabemos que la OEA no sirve para nada relevante, sus resoluciones no tienen el peso suficiente sin la venia del gran país del norte, que ni se preocupó de enviar a Hillary Clinton, ni recuerdo haber oído hablar a su representante designado. De pronto, Evo Morales,  al tenor de su discurso,  se dio cuenta de la verdad de Perogrullo: la OEA debería refundarse o desaparecer, porque solo servía a los intereses del imperialismo y no reflejaba el sentir de todos los países.  Y acto seguido amenazó con salirse de la organización y planteó crear un organismo paralelo o enfocarse en otras entidades regionales como la Unasur. Su lúcida propuesta solo fue saludada por los representantes de Ecuador y Venezuela. El resto, como si intuyera el ojo vigilante del Gran Hermano sobre sus cabezas, apenas le prestó oídos a la bravuconada de Morales. Sabemos que no hace falta  que el monstruo asome la cabeza para demostrar su poder, le basta mover sus tentáculos bajo la superficie. Si hacía falta algo pintoresco para animar la anodina Cumbre, bienvenido sea el bufón de turno, parecía pedir en silencio el salón de la asamblea. Como quien no pinta nada en la cosa, se dejó caer el presidente Rafael Correa de Ecuador, invitado por Morales, dizque para realzar el acontecimiento. El irascible cacique ecuatoriano aprovechó la ocasión para proyectar su guerra personal con la prensa de su país al seno de la reunión, y salpicando a la prensa boliviana con toda clase de acusaciones y adjetivos como acusándola de ser “burguesa y capitalista” y que “ahora los medios ya no tumban gobiernos pero siguen haciendo mucho daño”. Que los medios conspiran contra Evo,  y que solo sirven para manipular y engañar a la población, prestándose al interés del imperialismo y demás retórica que endulzó los oídos de los políticos y sindicalistas invitados.  Y encima, los bolivianos tenemos que aplaudirle por inmiscuirse en los asuntos internos. Para eso sirve la OEA, para dar paso a prepotentes que vienen con discursos incendiarios y no para atender a diputados y dirigentes indígenas que quisieron hacer sentir su voz y presentar extensa documentación sobre la paulatina vulneración de derechos y garantías constitucionales que el régimen de Morales viene practicando sistemáticamente. ¿Diputada dijo? ¡aquí no entra ni mosca sin autorización! fue la respuesta de los agentes de seguridad. Eso sí, fue muy importante agasajar a las delegaciones con bailes folclóricos, sahumerios ancestrales, cenas opíparas y grupos de música local que amenizaban las veladas. No faltaron guirnaldas, bufandas y banderas con los colores de la Wiphala y arreglos florales por doquier, naturalmente si Tiquipaya –sede del evento-es la capital de las flores. En Bolivia, para su conocimiento, todas las ciudades pugnan para ser capital de algo. Y colorín colorado, la fiesta multinacional, esta noche de martes por fin se habrá acabado. Y mañana me preguntaré, preocupado, cuánto dinero a la magra economía del país, todo este circo le habrá significado.

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