Buscando mi energía interior

El comienzo del año fue intenso. No esperaba menos ya que el año anterior fue una mezcla de giros confusos y mi vida parecía pender de un hilo todo el tiempo. Tal vez me perdí un día x el año pasado y simplemente seguí de largo. Tal vez me perdí de a poquito y por eso no me di cuenta. Lo único que sé es que todavía estoy buscando el camino devuelta. Y así empecé el 2019.
Mi motivación contra el mundo. Me llené de positivismo. No recordaba la ultima vez que me había emocionado en festejar año nuevo, no sé si realmente alguna vez me alegre realmente. Pero esta vez sí y me sentí completamente sola. Toda mi positividad contra el universo, contra la corriente. Todo el mundo andaba negativo pero yo decidía estar ahí con una sonrisa.
Aun así, sigo sin entender muy bien nada.
He tenido sueños pesados y raros. Me pierdo, mezclo las calles, me revuelvo en una ciudad onírica de la cual no puedo salir. Así se encuentra mi inconsciente. Me mentalicé por muchos días decidida a crear una lista de metas. Porque la verdad no pienso rendirme. La verdad que no.
Fue muy difícil y todavía de vez en cuando recuerdo algo que me falto agregar. Cambié muchas cosas con respecto al año pasado, esta lista fue más humilde y la moldeé con respecto a los cambios que creó que me golpearan en este año 2019.
Traté de buscar un objetivo en particular y todo se resume a: tener experiencias y aventuras que valgan la pena el resto de mi vida. Me gustaría en este momento que mi objetivo primordial se cumpla y venga acompañado con personas que estén ahí haciendo mi vida brillar, hasta en los peores momentos de las situaciones que espero vivir.
Si tengo que ser sincera, estoy cansada. Es como si el año pasado un tornado se hubiera llevado toda la energía en mi, toda. Estoy vacía intentando recuperar eso que perdí de a poco y sin recordar bien donde lo dejé. Llegué a terminar el año de una forma tan exhaustiva que no recordaba bien que había sido este año y qué no. Todavía suspiro y me cuesta redactarlo en palabras.
Lo único que quiero es recuperar mi energía, esa que creo que es parte de mi esencia y me hace ser quien soy. Vuelvo hacia atrás y aprendí tanto, vuelvo hacia atrás y sin embargo avancé tan poco, me dediqué el año a correr en círculos en una rotonda que no me devolvió nada. Perdí el foco de mis acciones, la luz que hace que brillen mis ojos, la inspiración que quiero ser, la vida que espero tener algún día. Todo lo perdí en la rutina y el tráfico, en los cortos descansos y el sueño, en el insomnio y las preocupaciones, en el dolor de piernas y mis zapatos gastados, en el tiempo malgastado y las noches solitarias.
Ahora solo queda seguir caminando (o aunque sea arrastrarme). Como sea que pueda seguir avanzando. Este año 2019 voy a preocuparme por mi energía y apreciarla. Sin ella no soy nada. Necesito respetarme y amarme un poco más.
No nos olvidemos de dar las gracias.

Así que agradezco haber escuchado a mi corazón cuando me pidió que parara que ya era suficiente, cuando me dijo que aguantará que vendrían mejores cosas y cuando me guió en esos momentos que me encontraba muy sola e incomprendida.
Agradezco a esas personas que se acercaron a hablarme, me dieron consejos o simplemente me daban siempre una sonrisa o un abrazo agradable.
Agradezco a las personas que hicieron que mi comienzo del año fuera realmente una fiesta y un momento de esparcir nuestro amor por otros. También agradezco a las personas que estuvieron con un pedacito de sus vidas en la mía y me dejaron un montón de enseñanzas que jamás voy a poder olvidar. Todos los que hoy permiten que yo pueda seguir floreciendo como persona.
 Agradezco los regalos, las lecciones, las intuiciones, las criticas, los avances y las desmotivaciones.
Hoy soy más fuerte gracias a todo lo que haya pasado, este 2019 seré fiel a mi misma y floreceré todo lo que pueda. Cada vez mejor, cada vez más nutrida, cada vez más fuerte e incamuflable.
No se olviden de sus metas y sus sueños este 2019. Sino uno se vuelve un zombie sin sentido.