Revista Literatura

Café de la Glorieta

Publicado el 01 julio 2011 por Gasolinero

La persiana veneciana y cacofónica le da al espejo un matiz muy cosmopolita, o tal vez no tanto, pero el reflejo resulta, quizá, cinematográfico.

Café de la GlorietaÁlvaro me saluda, o al menos eso espero, con el mismo y apagado tono de voz de los últimos treinta años. Me mira en silencio y deduzco que con el último movimiento de sus labios me ha preguntado lo que quería beber. Le pido un agua con gas de una marca determinada y servida de un modo específico, que obvia acompañado de una sonrisa.

Suena un blues deslavazado, arrastrado y metálico: La voz, al no comprender el idioma del cantante es otro instrumento. Si supiese más inglés podría enterarme de lo que canta, para bien o para mal.

Sobre la repisa los vasos como cubos de los actuales combinados forman una pirámide, también hay copas y una inoxidable coctelera. Vasar es el sitio donde se colocan los vasos.

El blues se transforma en otra pieza con ritmo de tren. Recuerdo inexorables cócteles manhattan con guindas de bote; también amargos y detectivescos gimlets de lima Rose’s.

En el segundo anaquel hay bebidas colocadas por orden. Primero el vodka, Absolut principia, ginebra, güisqui, ron, etcétera. Ninguna de Black & White.

Para todas y cada una de las marcas de licores tengo al menos una historia y más de una borrachera. Menos de Vat 69.

La misma mesa de mezclas y los mismos termostatos con dígitos verdes que indican una temperatura inexistente.

En las paredes exponen retratos de músicos de jazz; están en venta. Parecen acuarelas.

Pago el agua, los recuerdos son gratis.

www.youtube.com/watch?v=H_SdGVvRsgs


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