Revista Talentos

Camafeo

Publicado el 05 junio 2015 por Pablo Ferreiro @pablinferreiro
CamafeoJones, tomaba un vaso de whisky, con hielo a pesar de los -16 grados que tenían a raya a Ushuaia.-He adquirido en un precio módico un artefacto excelente, Tom. Me permitirá viajar en el tiempo, pero no sólo eso: Ser quien yo quiera por un día.Colbridge jugaba escéptico con su bigote, la excitaciòn del ganadero no le permitìa mofarse, optó por asentir y dejar que relate. Las historia sería una  buena compañía, la discusión no.-A quien has comprado tal cosa.-Un forastero, holandés creo. Algo perturbado, aceptó unos pocos cueros y carne salada. -¿No te da miedo terminar como el cuento de Jacobs?-Siempre tú y tu miedo. Además esto no tiene nada que ver con mis deseos, no hay una moraleja y la magia no existe. Esto es ciencia.-MuestrameloJones sacó de su bolsillo un camafeo con el retrato de una mujer, Colbridge lo tocó como si supiera de que se trataba ante la celosa mirada del ganadero. -No veo que tiene de científico, no veo botones, ni engranajes.-Esta es la llave. Uno debe adentrarse en el agua del océano con los ojos cerrados, allí están las puertas del espacio tiempo. El retorno es igual. La ciencia no es engranajes solamente, las reacciones químicas lo son, el contacto del camafeo con el agua salada abre las puertas-Aceptarè que no es magia. ¿Has recibido alguna prueba antes de comprar?

-El hombre me mostró idolos nórdicos, una moneda que le entregó Demòstenes, un mechón de pelo de  María Leszczyńska, muestra viva de la fertilidad polaca. No hay manera que haya conseguido esas riquezas sin haber viajado por el tiempo.

-¿Porque un errante querría regalar tal privilegio?-Anda pareces un policía Tom, sin embargo te contestaré, sólo para que dejes de retorcer tu envidia con preguntas insidiosas. El viaje en el tiempo y la transmutación conlleva la desventaja de arruinar la salud del presente. Las partículas y las células que nos componen envejecen rápidamente por su atomizaciòn  y regeneraciòn corpórea. El holandés tenìa una aspecto horrible, como de leprosoAmbos hombres supieron que no había nada más que hablar. Coldbrige se había entusiasmado al punto de tomar una buena dotación de bebidas para el viaje hasta la costa. El ganadero hacía todo lo bastante lento como para darse cuenta que estaba un poco invadido por el miedo. El viaje fue musicalizado por el silencio de los que respetan. Pertrechado con un saco y camisa bastante elegantes, Jones  se aprestó a entrar al agua con las palabras de su madre sonando en su cabeza “vistete bien por si te pasa algo”.-¿Ya has elegido quien serás?-Siempre he soñado con ser Alejandro Magno, estar en sus pensamientos, saber que sentía por Hefestión, su infancia con Aristóteles, India, tal vez pueda refutar a Manfredi. -Suerte mi querido amigo.Jones se adentro en el agua a paso de duelo western, Colbridge tomó whisky y con dificultad prendió un cigarro. Miró un poco el horizonte, mucho tiempo después de la desaparición de su amigo en el océano. volvió a la ciudad, excitado, esperando con  ansias la vuelta del ganadero al día siguiente, imaginando su aventura siendo Alejandro Magno, especulando qué día habría tocado en suerte.La mañana era lluviosa, había mucho viento pero allí estuvo Coldbrige, botella en mano esperando a su amigo. No tuvo que hacerlo demasiado ya que la marea arrojó el cuerpo inerte de Jones , semicubierto de algas,  hacia sus pies. La piel de su cuerpo estaba manchada, morada, y su palidez era extrema, aún conservaba el camafeo entrelazado en los dedos. Colbridge tomó el cuerpo de su compañero y lo llevó a la ciudad. Los médicos forenses fueguinos, solamente mirando el cuerpo, decretaron hipotermia. Sin embargo, él sabía la verdad, su amigo había muerto en el Palacio de Nabucodonosor II, luego de saludar a cada uno de sus soldados, envenenado. Lo enterró con todos los honores que imaginó debía tener un conquistador, con su camafeo en el pecho. Unas pocas asistieron al convite, claro que nadie sabía que allí estaba el último viajero del tiempo.

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