Carta de una tragedia #NiUnaMenos

Estuve toda mi vida tratando de descubrir quien soy, qué parte del rompecabezas de este mundo me corresponde. Toda esta poesía, toda mi literatura y mi pedacito de infinito termina siendo marcado por el fin de la historia.
Pero yo no escribí el final de esta historia, ni las palabras me han dado ese poder. Simplemente me he convertido en una sonrisa capturada para siempre, inmovil, sin ninguna palabra ni punto final.Cada persona tiene un universo dentro que intenta de cultivar, sin embargo tanto esfuerzo para que otro elija mi destino, escriba con marcador rojo indeleble el final y me quite todas las estrellas de esta galaxia. Me has quitado todo. Jamás sabré como se ve Paris en invierno o como son los pueblos de Italia. Jamás viviré para ver si ciertas cosas realmente pueden cambiar o para mostrarle esta esperanza desenfrenada a mi hijos y enseñarles a soñar. Todo esto me han quitado, en solo un suspiro.
Ya he perdido mi esencia, ya no puedo decir "yo soy", me he convertido en la trágica noticia del día con la que se llenan los bolsillos los medios, solo eso. ¿Realmente han servido de algo todas estas letras o quedaran abanonadas para siempre?¿Qué sentido tiene todo esto?
Soy un momento capturado que quedara en el olvida, soy una causa judicial, una noticia en los titulos del día y me iré desdibujando poco a poco de la memoria de las personas. Finalmente, dejaré de tener voz, eso que tanto temía, perder mi ultimo recurso como una chica común: mi voz.
Todavia tengo una vaga esperanza de que las palabras transmiten demasiado y nos mantendran inmortales. Algun dia todo esto llevará mi pedacito de mundo a otro totalmente diferente. Quiero mantener esta tradición de capturar momentos aunque no este de moda y quede en el olvido inminente.
El corazón es una máquina que no late lo suficientemente rápido para ser importante hoy en día. En estas epocas no sirven las cosas profundas que llevan mucho tiempo, solo prevalece lo práctico.
Lamentablemente, no puedo lograr que mis palabras sean funcionales, son sinceras y largas. Inservibles convicciones, tatuadas hasta en las venas.
Me cuesta pensar en una moraleja para esta historia de la cual me tocó ser protagonista. Ni la justicia me dará justicia, ni siquiera sé si mis palabras lo harán. Pero debo escribirlas, debo hacerlo para que jamás puedan callarme, incluso si dejo de ser.

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