Tocás mi herida con tu ausencia.
Mi despedida no termina de consumarse,
Yace en el vano de la ventana
Como un gorrión que recibe al invierno.
Otra estación más
Y el adiós que no se concreta.
Tampoco la bienvenida.
Somos eternos navegantes
De distintos mares.
Inventamos en sueños
Canales, rutas, desvíos o atajos
Que nos conecten.
Sueño que regresás, que venís, que volvés,
A lugares donde nunca estuviste.
Y que tus dientes se asoman como el sol
Detrás de una sonrisa igual
A la que me enamoró de décima vez que te vi.
Me pedís que me saque los anteojos de sol
Para ver tu cara reflejada en mi pupila.
Siempre vos. Sólo vos,
Y yo perdida en vos.
Inspeccionás el timbre de mi voz
Tratando de adivinar mis emociones.
Soy una niña con dos colitas en el pelo,
Jugando a la rayuela y
Anhelando llegar al cielo.
Sin embargo
La piedrita desvía su curso
Fuera de los casilleros.
Nunca llego al casillero tres.
Me voy para el pasto o para el infierno,
El que nace entre los baldosones
De hormigón de la plaza.
Infierno sin vos.
Patricia Lohin
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