Revista Talentos

Charlas de motivación

Publicado el 02 diciembre 2019 por Kevinmancojo

Llevo ya varios años dando charlas de motivación y cada vez han ido cambiando según el público al que iban dirigidas, mi vida (es de lo que les hablo) y el feedback que he ido recibiendo a lo largo del tiempo.

Lo que me sorprende es cómo han ido derivando de una historia a otra de una manera tan sutil. Yo apenas me he dado cuenta de que iba contando cosas distintas, simplemente hablaba, es lo que me apasiona. Ser capaz de motivar a las personas con mi historia es lo que busco.

Y admito que he ido mejorando (aunque suene poco humilde). Hoy mismo he tenido unas cuantas ponencias en un centro educativo y una de las profesoras me ha dicho que he mejorado en comparación a la charla en la que estuvo ella hace dos años.

Llevaba tiempo queriendo usar un Power Point con fotografías relacionadas con lo que contaba a la gente. Empecé a rebuscar en el baúl de los recuerdos para encontrar fotos y ahora mismo tengo incluso varias presentaciones que dependen de lo que me pidan aquellos que me llaman. Desde que las uso siento que todo es más intenso al ver esas imágenes que componen mi vida.

Además, las charlas que podía dar hace dos años no incluían mi mayor reto, la travesía. Ahora mi historia es más profunda e inspiradora. Antes no tenía gran cosa que contar salvo que alguien con discapacidad hacía de todo. Ahora, hago de todo, y encima cruzo a nado el Mar Menor. La reputación que he ido ganando todos estos años con todo lo que he hecho da mucho juego y sirve para motivar a otros.Charlas de motivación

Pensar que los primeros años hablaba más de la inteligencia emocional que de mi propia historia me hace ver cómo he ido subiendo peldaños con los años. Ya sí tengo cosas que exponer: que si el premio al joven del año de la región de Murcia, mi colaboración en los diferentes proyectos en los que he participado, mi trayectoria en las charlas (de darlas solo en institutos a darlas en auditorios), mi travesía…

Recuerdo cuando fui a ver las ponencias de personas como Irene Villa o Langui donde habían hecho miles de cosas, habían recibido premios y reconocimientos por sus hazañas. Y eso era algo que yo al comenzar en este mundo no podía contar.

Siento que cada vez irán a mejor y que tendré muchas cosas de las que hablar. Tal vez incluso llegue el día en el que, o necesitaré más tiempo para la charla, o tendré que escoger con cautela qué contar.

Aparte del público que espero tener algún día. Me encantaría poder llenar auditorios por mi nombre. Por ahora sí consigo generar expectación e interés en cuanto les hablan de mí. Hace dos días tuve otra ponencia donde sentí que tenía a la gente expectante y con ganas de conocer mi historia, y así fue. Descubrí, al hablar con los que me escucharon, que querían oír mi ponencia y acabaron encantados.

Como decía uno de los titulares cuando hice la travesía: “Kevin, el faro de la discapacidad”. Y eso pretendo con mis charlas, ser la chispa que es capaz de invadir planetas. Darle al mundo las ganas de vivir.

#NuncaDejéisDeSonreír


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