Las mascotas son parte de nuestra familia, por tanto, querer retratarlos es un sentimiento muy común, ahora la tarea puede presentarse complicada, los gatos tienden a ser huidizos y no quedarse quietos. Te contamos algunos trucos.
- Utilizar la luz natural, como en cualquier retrato esta luz nos aporta calidez, un tono más natural en los colores… Al igual que con las personas las horas centrales del día son las peores para la iluminación. Por ello, en la medida de lo posible es mejor esperar al amanecer o atardecer. Si por nuestra disponibilidad tenemos que hacerlo fuera de estas dos franjas, en el interior podemos aprovechar las ventanas para crear juegos de sombras y luces; o buscar un exterior que nos permita esto. Para saber más: Retratos y luz natural.
- Cuidado con la subexposición y sobreexposición en el caso de los gatos blancos o negros. Nuestro fotómetro se puede confundir si estamos fotografiando un gato blanco en un fondo blanco subexponiendo. De igual modo, sobreexpondrá si se trata de un gato negro en un fondo similar. A través de la función de compensación de la exposición podemos subir o bajar los niveles. Asimismo, si tenemos la oportunidad de disparar en RAW posteriormente podremos retocar los ajustes.
- No te olvides del entorno. Evidentemente nuestro gato es el motivo principal de la fotografía pero no debemos olvidar que el entorno sirve para enmarcar y resaltar nuestro motivo principal.
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