Revista Diario

Conductor de media noche

Publicado el 18 agosto 2010 por Gatadormida
Conductor de media noche

"Arrancamos señoras y señores!!"

Ya el viaje apuntaba mal desde que entré, cuando el conductor con cara de perro respondió de malas formas por qué tardábamos un poco más, por lo visto íbamos a pasar por todos los pueblos enanos habidos y por haber. En el interior no fue mejor, a mi lado me tocó a la bella durmiente con la espalda casi apoyada en mi asiento sino fuera por el reposa brazos del asiento, luego en la parada de 45 minutos al regresar a mi sitio me di cuenta que roncaba, al menos como me pasé las 6 horas con mi ipod metido en los oídos no lo escuché.

Todo el mundo dormía y mis ojos eran los de un búho esperando saborear la noche eterna. Como me aburría, no me apetecía leer mi libro por quinta o décima vez, y el sueño parecía no querer salir… Me dediqué a observar a las personas que estaban a mi alrededor. Detrás del conductor dormía una chica en silencio, yo creo que todo el camino salvo en la parada fue haciendo lo correcto. La admiraba, o tal vez podía dormir porque los dos asientos le tocaba a ella. Al otro lado se encontraba una chica con un precioso vestido largo azul, que acabó pasando la noche durmiendo en posturas casi inverosímiles mientras que a su lado una mujer africana con malas pulgas desde que entró y cara de cabreo, despertó a su acompañante para decirle que su asiento era el de la ventana… Dormía con la cara pegada al cristal, creo que su aliento aún sigue impreso en él. Delante de mío tenía a una mujer morena, desaliñada y adormilada como la que estaba a mi lado, solamente se sobresaltaba cuando el novio (o es lo que deduje yo) de la chica joven de apenas 18 años le llamaba cada dos por tres o ella le llamaba a él ¿no podían vivir el uno sin el otro? Al otro extremo no había nadie, decidí quedarme allí dos veces pero ante la subida de mas viajeron en los pueblecitos, me decidí por quedarme donde estaba, total, o iba a dormir nada…  Estuvo vacío hasta que una pija con un traje amarillo de elefantes estampados que parecía mas bien un pijama, puso los asientos hacia atrás, se tumbó sobre ellos, se colocó una almohadilla bajo la cabeza, agarró su bolso de imitación de Louis Vuitton o algo parecido como si fuera un oso, y se puso unas toallitas en los oídos. S-O-R-P-R-E-N-D-I-D-A, no solamente  yo que miraba la escena sino a la mujer de la pareja de unos 50 años que estaban justo detrás, no paraba de mirar que los asientos de adelante estaban demasiado cercanos a ella y dormía un poco sobresaltada entre eso y lo mal que conducía el conductor, había momentos que pensaba que me saldría de la carretera y me preguntaba que sensación sería ver el accidente en ese mismo momento mientras dormían todos a excepción de él y yo. El hombre dormía mientras con la boca abierta sin emitir sonidos…

Si a eso se le junta que no había metro, que el taxista me cobró casi 26 euros y se mosqueó un poco por no darle propina. Que han llamado a mi casa a las 9.30 y después a las 10 y encima a las 12 me despertó del todo una tía que se hacía llamar Ana, creía que era una amiga, pero no y me colgó el teléfono. Y que esta tarde entro a trabajar a la bonita hora de las 4 de la tarde hasta las casi las 11…

Pues eso…

Ya estoy echando de menos la playa, la piscina, el ambiente, los paseos, la vista, la relajación y todo. Lo dicho, quiero otra escapada.


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