Conociendo a Eus

Hace unos días pusé una foto de Eus, el pequeño pueblo que se alza entre las montañas en la parte sur de Francia. Una foto no es suficiente para captar la imponente belleza de este singular lugar.

Eus se deja ver desde la carretera que lleva de Perpiñan a Prades, atrapa nuestro interés por el sublime paisage que lo rodea.  Montañas que abrigan a un grupo de casas tan  juntas que ofrecen un aspecto pirámidal. Sabio el viajero que decide acercarse hasta Eus porque descubrirá un Paraiso en el sur de Francia.

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Eus ha sido clasificado como uno de los pueblos más bellos de Francia y hay que reconocer que se merece tal distinción. Una vez que se llega a este lugar el corazón se queda totalmente prisionero de su mágia.

Subiendo la cuesta que nos conduce al lugar va imponiendose ante nuestros ojos la iglesia Saint Vincent que desde lo alto cuida con amor las casas que ocupan la parte baja. Nos da la impresión de penetrar poco a poco en otro mundo que no tiene nada qué ver con el actual. Eus se ha quedado en el ayer y juega con el presente de manera magistral.

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Para subir al pueblo hay que dejar el coche en la parte baja, está prohibido que los autos circulen libremente por sus estrechas calles. Caminar por sus calles empedradas es una delicia. Los habitantes se esfuerzan en conservar el lugar como en sus orígenes. Casas acorde con las calles y cubiertas por flores de todo tipo y colores.

La vista es sin igual, frente al pueblo se admira un sín fin de montañas entre las que se encuentra el maravilloso Canigou. Sublime masa montañosa que pertenece a los Pirineos Orientales.

Eus viene del pasado y vive en un presente que casí se adapta al ayer porque así lo han decidido los que residen allí.  Además de ser uno de los pueblo más bonitos del país ha sido inscrito como Monumento Historico, lo cual ya dice mucho. Eus goza de muchas más horas de sol gracias a su posición privilegiada.

No hace falta nada que nos guie durante la visita, nos perdemos con gusto en la callecítas que parecen salídas de un cuento escrito con mucha imaginación. De vez en cuando nos detenemos para respirar un aire puro que nos golpea el rostro a la vez que no podemos quitar los ojos del impresionante Canigou.

Eus, el que te conoció no te puede olvidar nunca.

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