Consejos para escribir más y mejor

¿Cómo escribir más?

Hace un tiempo que vengo dándole vueltas a qué puedo hacer para aumentar la cantidad de páginas que consigo escribir en un sólo día. Cuando digo páginas me estoy refiriendo, claro está, al número de palabras que surgen de mis dedos sin editar. Aunque podríamos hablar de cualquier ámbito, no sólo de la escritura.

No es por una cuestión de velocidad a la hora de escribir, sino para poder mejorar mi eficiencia y mi eficacia cuando escribo. Y por si sois de esos (como yo) que siempre duda de qué significan eficiencia y eficacia, os dejo el artículo que acabo de consultar para diferenciarlas: eficiencia vs eficacia.

Pero volviendo al tema en cuestión. Hay días que tengo la sensación de haber escrito una barbaridad de texto útil, y otros días en los que siento que he tirado mi tiempo a la basura. Y normalmente ambos han tenido una dedicación similar en cuanto a horas de trabajo.

¿Por qué esa diferencia? ¿Tendrá algo que ver con la inspiración?

Reglas para escribir más y mejor

Antes de empezar con mi lista personal, debo decir que no creo que la eficacia tenga que ver con la inspiración. Al igual que os contaba el otro día sobre cómo superar el bloqueo del escritor, creo que es más importante la planificación de lo que vais a escribir que la inspiración que tengáis ese día en concreto.

Es más, cada día que tengo esa sensación de no haber escrito lo que debería es porque he incumplido alguna de mis reglas para escribir.

Esas seis reglas son las que conforman mis mandamientos para escribir más y mejor. Y sin más preámbulos aquí os las dejo:

1. Establece una rutina. No puedes basar tu escritura en momentos puntuales en el tiempo en los que te apetece vomitar palabras. Hay que tener una rutina, hay que obligarse a cumplirla, pero también hay que ser realistas con lo que pretendemos. Da igual que sea 1 hora al día, que 6 horas al día o bien 2 horas cada 3 días. Lo importante es tener una rutina, la frecuencia y la cantidad son algo mucho menos importante. Hazte un calendario (coherente y razonable) y oblígate a cumplirlo durante al menos 20 días.

Nos cuesta 20 días crear una rutina, pero también nos cuesta 20 días romperla.

1. Planifica tus objetivos. Objetivos razonables, cuanto más escribas mejor se te dará esto de marcarte cuánto puedes escribir por sesión. Y no me hartaré de repetirlo: todo es más fácil si tiene un plan por detrás. Si te sientas delante de tu ordenador sin saber qué vas a escribir, lo más probable es que escribas lo que escribas termines con sensación de no haber avanzado. Yo cada día que me siento a escribir, sé si voy a escribir una escena entera, un trozo de la misma o un esbozo de un capítulo. Y, salvo que las cosas vayan mal, suelo cumplir con lo que me propongo.
2. Apaga todas las notificaciones de todos tus dispositivos. Internet es el enemigo de la productividad y tu teléfono móvil es un claro asesino de tu tiempo libre. Si vas a escribir, escribe, nada de Twitter, Facebook, correo electrónico o lo que sea que utilices para perder el tiempo. Móviles en no molestar, internet desenchufado, música en los oídos y… ¡a escribir!
3. Lo más importante de todo: NO TE DETENGAS. Como dijo Hemingway: el primer borrador de cualquier cosa es una mierda. No lo puedes cambiar, y para eso está la fase de edición y revisión. Tu objetivo ahora es escribir, sólo eso. Poner una palabra detrás de otra y una frase tras otra. No releas, no vuelvas la vista atrás y no pienses en cuántas veces has repetido una u otra palabra. Ahora queremos crear una historia, luego ya haremos que brille.

«El primer borrador de cualquier cosa siempre es una mierda» – Ernest Hemingway

1. No investigues. ¿No sabes cómo describir un laboratorio o un animal? ¿Necesitas vocabulario específico de algún sector que no conoces? No importa, márcatelo con una anotación para futuras revisiones, pero continua escribiendo. Investigar para mi es una de las mayores distracciones y pérdidas de tiempo mientras escribo. No cometas el mismo error: o investigas antes de definir tu objetivo, o lo dejas para la fase posterior de revisión, pero nunca cuando estés escribiendo.
2. Ignora a tu YO editor. Cada vez que nos sentamos a escribir, nuestro objetivo es crear una historia, no hacer que sea la mejor historia posible. Porque además de cortar nuestro hilo de escritura, hay revisiones que hacemos sobre la marcha que, cuando hacemos una revisión más global de todo el libro , vemos que han sido absurdas, inútiles y que las tenemos que volver a cambiar.

En definitiva

Hay un momento para revisar la historia, otro momento para editar nuestra escritura y otro muy diferente para escribir. Son fases completamente distintas del proceso y como tal, debemos mantenerlas separadas.

Cuando te sientes a escribir, a trabajar, a diseñar o a lo que sea que hagas, céntrate en hacerlo. No te distraigas, no te autogestiones y en definitiva no pierdas el tiempo con otras cosas. Limítate a escribir.

Al final, con el tiempo, verás que lo que sale de tus dedos en esos momentos de creatividad pura va siendo cada vez mejor y con menos fallos. Pero hasta que llegue ese momento, seguiremos teniendo esa fase de revisión obligatoria e independiente del proceso creativo en sí.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal

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