Revista Diario

Corre, Lola, corre...

Publicado el 16 enero 2011 por Yopo
Lola salió de los probadores con decenas de prendas entre las manos, pero sin intención de comprar ninguna.
- Siento desordenártelo todo, pero nada me convence. – dijo al tiempo que dejaba la ropa en un montón.
- No se preocupe. - contestó la resignada dependienta.
Se dirigió a la salida, digna y con paso firme, como siempre, aunque en esta ocasión notó ojos que se clavaban en su nuca. Aún así, nadie la detuvo, de modo que salió a la calle y respiró. Sabía que no era momento de ponerse nerviosa, tenía que seguir andando como si no llevase tres capas de ropa bajo el abrigo, como si en su bolso forrado de aluminio nada la pudiera delatar. Caminar seguro y mirada al frente.
Entre tanto, detrás de ella, un coche de policía se detuvo, y las dependientas se agolparon a la salida de la tienda.
- ¡Policía! ¡Ahí va la ladrona! ¡Es ella, es ella!
Lola no miró atrás. Se quitó los tacones, los metió en el bolso y corrió. Sabía que si se daba la vuelta la cazarían, y terminaría en una incómoda situación en la comisaría. Tenía que llegar a la boca del metro, ésa era su única opción. Corrió como nunca antes había tenido que hacerlo. Siempre había resultado tan fácil... Maquillarse y vestirse como una chica bien, adoptar esa pose de superioridad de las niñas ricas, hasta ahora le había dado resultado. Alcanzó la boca de metro, oyendo el trote del policía cada vez más cerca. Se dirigió al primer andén a rebosar que encontró. Se perdió entre la gente, se volatilizó, intentando esconderse de su perseguidor. Cuando llegó el siguiente tren, Lola creía estar a salvo, pero justo en el momento en que iba a subir al vagón, la autoridad le ganó las espaldas, y una mano sobre su hombro la detuvo.
- Hasta aquí ha llegado la carrerita, muchacha.
- ¡Mierda! – soltó Lola mientras se giraba para rendir cuentas ante la policía.
- Hi... ¿hija?
- ¡Papá!
- Corre, Lola, corre...

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