Cristales traslúcidos... siguiendo en mayo.

Gracias Elena Nuez

La ventana opaca deja escapar entre su estructura cristalina el movimiento de unos pies metálicamente entaconados, mis ojos reptilíneos siguen encobrados por magnética danza rítmica. Repiquetean unos giros, mientras volantes de enaguas se abren y cierran zizagueando con guasa, y ¡arriba y abajo! arriba y abajo unos brazos describen remolinos de abrazos palmeados, de dedos de palomas que vuelan y se retuercen chocando y sonando como los rollos del río al ser arrastrados por el agua briosa, run, run, run... truc, truc.

Flus, flus, flus... han caído unos flecos rojos de un mantón de Manila hallando el merecido descanso en el respaldo de una silla donde habita toda una pradera florida y miro, ¡miro y miro cómo taconea de nuevo con gracia tras los vidrios!  

Una voz me reclama que vuelva a la realidad, pero yo quiero seguir viéndo bailar tras los cristales fantásticos porque hoy, ¡sí hoy! me he pintado las uñas de los pies... pero hoy, ¡sí hoy! él ni se ha fijado... y vuelvo la cabeza a esa realidad que no me interesa por culpa de una voz chillona de niño que corre hacia los cristales y los golpea jugando, y golpea mi ensueño haciendo aún más si cabe real mi realidad, ¡sí triste realidad! mientras tras los cristales siguen bailando y, tras el niño entra un verde manzana sin rostro, y al llegar a mi altura gira entorno mío y vuelve sobre sus pasos. Se aleja el verde y quedando, ¡sí quedando! en el aire la manzana y su gusano... 

Otro verde, otro gusano, otra manzana, ¡adiós mal mayo!

P.D.: "Los restos de algo que nos tenía la cabeza cogida y que, al igual que las figuras tras los cristales no nos dejan ver la realidad, con el paso del tiempo, de mayo a julio por ejemplo, se nos hace claro... y percibimos instantáneamente un ¡plof! liberador"
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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