Revista Literatura

Dándole órdenes al reloj

Publicado el 10 noviembre 2011 por Migueldeluis
Dándole órdenes al reloj

CC –by Urban Don (Don Pezzano)

Las palabras son importantes. Es divertido porque si usamos un lenguaje rimbombante podemos engañarnos a nosotros mismos, ayudados por nuestro propio orgullo.

Administrar el tiempo, por ejemplo

Vamos a darle una miradita al diccionario. La RAE trae ocho acepciones de la palabra administrar, de las cuales, las únicas que pueden aplicarse, con algo de imaginación al tiempo, creo que son estas tres:

Administrar
Gobernar, ejercer la autoridad o el mando sobre un territorio y sobre las personas que lo habitan || Ordenar, disponer, organizar, en especial la hacienda o los bienes || Graduar o dosificar el uso de algo, para obtener mayor rendimiento de ello o para que produzca mejor efecto

Y ahora, escribiendo con cuidado, porque me están mirando los académicos, me parece que administrar el tiempo es darle órdenes al reloj. Me explico

Lo de ejercer la autoridad o el mando sobre el tiempo es el sueño imposible de todas las generaciones. Y en imposible se va a quedar porque hasta las estrellas envejecen. Lo de ordenar el tiempo, ¿acaso puedo poner el año 2011 antes que el 2010? ¿O este segundo después que el segundo siguiente? Ni el presidente de Apple puede ordenar el tiempo. En cuanto a dosificar el uso de algo, lo cierto es que tampoco puedo frenar el transcurso del tiempo. Como mucho podré estimar cuanto tiempo conlleva una tarea, eso es todo y asignar recursos conforme a esa estimación.

El tiempo como eje

El tiempo no lo podemos tocar, no se puede hacer tiempo, sólo se pueden hacer cosas en el tiempo. El tiempo es el eje del mundo, el eje del universo, si quieres ponerte cósmico; todo gira en torno al tiempo.

Por eso un programa de “administración de tiempo” es en realidad un ejercicio de estima. Basados en la experiencia acumulada estimamos el tiempo que conlleva esa tarea y las ordenamos consecutiva o simultáneamente, asociando cada tarea a un eje temporal. Es lo que hacen los diagramas GANTT

Lo difícil es la estima

Para poder establecer un diagrama GANTT hace falta saber cuánto tiempo dura cada tarea. Y claro, para eso la tarea debe ser conocida, debe ser parecida a otra tarea que ya sepamos cuánto tarda, o lo que es lo mismo, debe ser semejante a un estándar.

En el desembarco de Normandía, se emplearon este tipo de diagramas, que fueron muy bien, hasta que se toparon con alemanes. La primera víctima de la guerra son los estándares. Nada puede ir conforme al plan.

Administrar el tiempo en la productividad personal

¿Y en la vida, qué estándares tienes? ¿En tu empresa han sistematizado las tareas? ¿Cuánto lleva consultar un término en Internet? ¿Cuánto tardas en limpiar la casa? ¿En llevar los niños al colegio? ¿En hacer deporte? ¿En escribir tu novela? En…

¿De verdad tienes toda tu vida sistematizada y estandarizada? ¿Y si pudieras tener un libro con todos tus estándares no quedarían pulverizados mañana?

Porque mañana, tu página favorita puede caerse de Internet, o ir más lenta, y levantarte con un resfriado, que hará que te cueste más limpiar la casa, y luego uno de tus hijos, el que se cree Conan el bárbaro, confiesa que está enfermo justo en la puerta del colegio. Y tu deporte consiste en correr al ambulatorio con tu héroe que tiene cuarenta de fiebre…

Hay algo más sencillo que todo esto, que no es administrar el tiempo, sino tu atención y acciones, como recomienda J.M. Bolívar o David Allen en Como Organizarte con Eficacia

Esta es mi experiencia, ¿cuál es la tuya?

TumblrFacebookStumbleUponComparte


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas