De paseo por la Yokohama profunda

Hace algunas semanas, aprovechando los últimos días de vacaciones de invierno, Antonio, Héctor y yo nos fuimos de paseo fotográfico por Yokohama.
Lo cierto es que cuando salí de casa no tenía ni idea de donde íbamos a ir a parar. En principio habíamos quedado a una hora extremadamente temprana en una estación en medio de la nada cerca de Kawasaki. A partir de ahí el paseo estaba por fermentar.

Lo bueno es que el frío dio algo de tregua aquel día, así que por la mañana agarré la cámara, me metí en el tren y al cabo de un rato me reunía con estos dos que, milagrosamente llegaron puntuales.
Lo bueno de irse de paseo con Héctor es que el tío conoce un montón de lugares de los que, por regla general, yo no he escuchado hablar nunca. Así que tras una breve, casi inexistente, discusión de hacia donde ir tomamos rumbo hacia Yokohama.

La idea era visitar los Jardines Sankei, unos jardines de estilo japonés que aglomeran diversos edificios históricos y que la verdad merece la pena visitar aunque están en el quinto manko. Héctor lo cuenta mas bonito en su blog

Resumiendo un poco, estos jardines fueron propiedad de un comerciante de seda que poco a poco fue adquiriendo diversos edificios de importancia histórica y los fue trasladando aquí.

El sitio, a pesar de su remota localización es bastante popular entre los japoneses y nosotros compartimos la visita con varias excursiones de jubilados que nos miraban con ojos sospechosos.

Los jardines, además de los diversos edificios constan de un gran lago, un par de santuarios, algunos restaurantes donde puedes comer algo sencillo (nosotros tiramos de sopa y udón para calentar el cuerpo) y un pequeño museo donde se puede encontrar bastante información sobre el lugar.

Pese a estar abiertos, no se puede visitar el interior de los edificios, aunque se le echas un poco de morro puedes ver el interior.

Otra de las cosas que me llamó la atención de estos jardines es que incluyen un pequeño bosque de bambú por el que se puede pasear.

En definitiva un buen lugar donde pasar la mañana paseando, relajarse y hacer algunas fotos.

Después, como nos sobraba algo de tiempo, y desafiando el concepto de distancia, decidimos ir hasta el sitio que encabeza el ranking de “lugares extraños de Yokohama”, esto es la Symbol Tower (fijaros en que no tiene ni entrada en la wikipedia!!)

Esta torre, que parece sacada de un relato de Murakami (y que saldrá en una pequeña historia que estoy escribiendo cuando logro sobreponerme a la pereza) está en medio de la mas absoluta nada. Para llegar hasta allí tuvimos que recorrer andando diversos kilómetros a lo largo del puerto de Yokohama.
Tengo que reconocer que el paseo era interesante en el sentido que parecía que estábamos dentro del GTA V cuando se recorren los muelles.

En fin, cerca de la Symbol Tower no hay absolutamente nada. Muelles y gente pescando en los susodichos muelles. Con vistas a diversos contenedores de cargo y a interminables autopistas, se puede captar la esencia de Yokohama desde el mirador.

Regresar desde la torre afortunadamente no fue complicado, había un bus que hacía una ruta cercana y justo nos montamos en él cuando comenzaba a apretar el frío.

Un paseo interesante que dudo mucho que salga en ninguna guía turística pero que mereció completamente la pena por las risas que nos echamos durante casi todo el tiempo