Revista Diario

De qué hablamos

Publicado el 14 noviembre 2009 por Quique

Alaska, 14 de noviembre de 2009.
1. Internet está ayudando a salir a la educación social de su ensimismamiento. Tímidamente. Los blogs, y  redes como facebook o twitter, están haciendo  que los educadores sociales se asomen al mundo y vean qué sucede.
Durante mucho tiempo El Tema de la educación social ha sido la propia educación social. Ese onanismo, practicado además con unos códigos de comunicación hechos a la medida de la tribu, nos estaban convirtiendo en una profesión cerrada y quejica. Presumíamos de trabajar para el cambio social, pero en realidad la sociedad nunca era  nuestro tema; estábamos demasiado ocupados hablando de nuestras cosas. Sólo hay que hacer un repaso a la mayoría  de lo publicado sobre educación social (libros, artículos,etc.) , si se es capaz de aguantar su insoportable y pedante prosa.
Pero algo se mueve. Una nueva generación, alentada por la tecnología, se atreve a mirar a la actualidad cara a cara, y dar su punto de vista desde la educación social. Ni más ni menos que lo que han hecho siempre otras disciplinas con mayor prestigio, como la psicología o la filosofía. Se trata de apostar por contar el mundo o verlo pasar.
 Esta apertura espero que pueda romper también la disciplina de grupo, esa especie de currículum oculto de los educadores sociales que les hace opinar casi lo mismo sobre los más variados temas. Hasta en la crítica social parece primar la pertenencia al grupo antes que la disidencia individual.
Internet también traerá mucha basura, es cierto. Se trata de un diálogo sin límites, para lo bueno y para lo malo. Pero no creo que eso deba preocuparnos excesivamente; ante el caos informativo, el lector de Internet está acudiendo cada vez más a las fuentes fidedignas donde poder verificar una noticia o un post. Cada vez hay más gente que recela, por ejemplo, de las teorías conspirativas que corren por Internet, de los bulos que van pasando de email a email, o de las denuncias que aprovechan el anonimato para no mostrar ni una prueba de lo que afirman.
2. Hablando de actualidad, estos dias se ha sabido el conflicto que se vivió en un instituto de secundaria de Mollerussa, en Lerida. Un grupo de alumnos decidió ir a clase con gorras o pañuelos en la cabeza. Entendían que si la normativa del centro les impedía cubrirse la cabeza, eso debería valer también para las alumnas que cubrian la suya con un velo.
Me gustaría saber que opinan los educadores sobre este tema, porque creo que va mucho más allá del debate sobre el velo en si.
En primer lugar tiene que ver con la coherencia. Nosotros, que solemos defender que el alumno sea un sujeto activo de la educación ¿que nos parece la actitud de estos alumnos, críticos con una normativa del centro que es para ellos incoherente? ¿Es sólo que son jóvenes e impetuosos y no hay que hacerles mucho caso, o es que lo de que sean críticos era sólo de boquilla?
Si tal como dijo la directora de estudios del instituto, "Las normas, vigentes en todos los centros escolares de Cataluña, son muy claras: no se puede llevar ningún objeto en la cabeza", pero esto último no se aplica para el velo por su componente religioso, ¿no es una injerencia intolerable de la religión, sea la que sea, en un espacio público presuntamente laico?. Y si la religión no tiene nada que ver, ¿cómo se justifica esa discriminación?
Yo no sé lo que le habrán explicado los profesores a esos chavales. Tampoco sé si hubo educadores sociales que intervinieron en el asunto. Sí que sé que  una queja legítima que no tiene una respuesta razonable, al final se acaba radicalizando. No podemos ventilar todos los conflictos por la via rápida de la etiqueta (machismo, racismo y todos las ismos que se quiera) sin atender a la complejidad del caso concreto, con nombres y apellidos.
Parece que en este instituto se ha llegado a un acuerdo, y me alegro. Creo que los alumnos dejaron de protestar. Pero no sé que opinión de lo que es justo e injusto, de las normas del centro y de las diferentes varas de medir de los adultos, tienen ahora esos alumnos, incluidas las alumnas que siguen llevando el velo en el aula.
Entiendo que la convivencia pacífica en los institutos sea una prioridad, siempre y cuando no se olvide que estamos educando a futuros ciudadanos.
Una oportunidad única para una mediación escolar que no esconda la cabeza bajo el suelo, o mire para otro lado, cuando se trata de resolver este tipo de conflictos.
3. Si la educación social no tiene nada que decir en temas como este, es que no tiene nada que decir.
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La gira de Factoría Los Sánchez de la obra  "Educador social en Alaska" en Bilbao y Vic
Ilustración post: Stefano Bonazzi. Encontrado en el blog Mira y Calla.http://factorialossanchez.blogspot.com

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