Revista Fotografía

De ruta por Irlanda (iii): Una parada breve en The Bogside, Derry.

Publicado el 03 enero 2012 por Luiscarlos @LC_Balboa

Viene Bob Marley, por boca y voz de su hijo Ziggy, pidiéndonos que escuchemos su historia. Porque podría ser la de cualquiera de nosotros, y, así por las buenas, que cantemos canciones de libertad y de redención. Lo hace en un disco de The Chieftains, The Wide World Over - A 40 Year Celebration (BMG RCA Victor 2001) donde estos, que si no los conoces tienes un pequeño-gran problema de cultura musical, se juntaron con gran parte del firmamento de las listas mundiales de ventas de discos - Art Garfunkel, Diana Krall, U2, The Rolling Stones, Sting y muchos más - para celebrar su 40 cumpleaños.

Y no me va costando ningún trabajo mientras nos acercamos a Derry, olvidarme del "Zombie" de The Cranberries y del "Sunday Bloody Sunday" de U2, porque ya están muy mascadas y con ellas su asociación tanto con Derry, como con The Problems, que es como se le denomina popularmente al conflicto Norirlandés, y todo lo que le rodea, y sustituir ambas canciones, con todos mis respetos para ambas, por la que viene sonando mientras cruzamos el río Foyle y nos adentramos en The Bogside.

Nada más aparcar, en Fahan St., ya nos hemos dado cuenta que

el barrio es un sitio de gente humilde. Muy humilde, si cabe. No se ven las "casonas" que llevamos viendo desde Dublín. Ni en el mismo Dublín, ni en Drogheda, ni en Portrush, ni en Bushmills. Son casas estrechas, de dos plantas, sin demasiados adornos ni alardes. A la estrechez de las casas, hay que sumar que si te sales de las calles principales, te metes en un laberinto de callejones de apenas metro y medio que circulan comunicando casas aún más modestas. Y esto es ahora, que se supone que se ha modernizado, antes, todo el barrio, según me dicen por aquí, era lo que en España suele conocerse como un arrabal, donde sus habitantes mayoritariamente cumplían un perfil: obreros de clase baja, católicos apostólicos romanos y republicanos, contrastando con el perfil de ciudadano de intramuros: burgueses y obreros (con mejores sueldos que sus vecinos del Bogside), protestantes y unionistas.

Si te he dicho antes que tenías un problema de cultura musical en el caso de no conocer a The Chieftains, no te quiero contar donde está tu nivel cultural en el caso de no conocer, aunque sea por encima, lo que pasó a partir del 12 de agosto de 1969. Podría resumirlo brevemente, pero podría caer en la frivolidad por dejar atrás detalles importantes. Llevo leyendo suficiente tiempo sobre este tema como para saber que un par de acontecimientos aislados en apariencia (tanto espacial como temporalmente) pueden cambiar totalmente tu percepción del conflicto, de Los Problemas. Además, si me tengo que poner a contar todo lo que ha pasado aquí desde que Enrique VIII decidió que Irlanda tenía que ser parte de su reino hasta llegar a ese 12 de agosto y lo que le siguió, no acabaríamos nunca. Digo yo.

El caso es que todo este asunto, y otros muchos, siempre me deja el mismo tufo. A mí, que vengo desde el quinto carajo, desde un pueblo de 500 habitantes. A mí, que siempre digo aquello de "sabe más un tonto en su casa que el listo en la de los demás". A mí, que lo más cerca que he visto una guerra ha sido en un tablero de ajedrez. Pero creo, viéndolo desde fuera, que me veo capacitado para decir que casi siempre estamos en las mismas: " tengo lo mío, pero también quiero lo tuyo. Tengo lo tuyo, y ahora también quiero lo otro. Y voy a esgrimir unas razones de peso: soy más grande que tú o simplemente porque mi tirachinas es más grande que el tuyo." Y mientras tanto los del otro lado: " Devolvednos lo que es nuestro, dejad que pensemos como queramos y no dejéis de respetarnos"

Si se alargan en el tiempo, estos conflictos siempre se acaba en un punto en que ambas partes han afinado tanto sus argumentos que al final ambos tienen razón, o lo parece. Ambas partes acaban jugando la baza de ser víctimas, mientras al mismo tiempo a ser verdugos. Pero también llega un momento en los que uno de los bandos se cansa del disimulo y pasa a tomar por suyos los argumentos del contrario sin ningún rubor. Y, por si fuera poco, siempre tienen ambos grupos los advenedizos que se aprovechan de las circunstancias para su beneficio propio. Aquí está claro que los advenedizos son el IRA y los paramilitares lealistas.

Sea como fuere, acaba uno teniendo en la nariz el tufo de que siempre es lo mismo, y alguien debería revisar la definición de Historia, porque tengo serias dudas de que al ser humano le haya valido de algo el pasado como para aplicarlo en el presente. Y el tufo se convierte en peste, porque siempre pagan los mismos, siempre paga gente inocente.

Y siempre habrá ejemplos en un bando y en otro de víctimas inocentes. Y siempre ambos bandos intentarán pintar a la totalidad de sus víctimas como tales, y que sus víctimas valen más que las de los otros, o como mínimo lo mismo, caso este último de que hay un poso de sentimiento de culpabilidad aunque sea muy en el fondo. Y al final se acaba olvidando como empezó todo y ni ellos mismos saben quién empezó.


Es curioso dar una vuelta por aquí y ver como hay en muchas paredes de las casas del barrio plaquitas de homenaje, aquí vivió tal persona que fue asesinado por el bando X. Ahora sustituye X por cualquier posibilidad o parte en conflicto, porque las hay de todas las maneras, formas y colores. Incluso pequeños altares en algunas ventanas recordando a tal o cual fallecido de tal o cual bando e incluso diferenciando a que facción de un determinado bando pertenecían tanto el fallecido, como su asesino. Incluso hay placas de homenaje de gente que está o ha estado en la cárcel.


Por eso prefiero dejar de lado de lo específico de U2 y The Cranberries y sus respectivos temas para ilustrar el conflicto que se ha vivido en estas calles, porque este problema trasciende las murallas de Derry, las fronteras de Irlanda del Norte y las costas de la isla de Irlanda. Trasciende y es el mismo de otros sitios, cada uno con sus peculiaridades, sobre todo en lo que respecta a la culpa que recae sobre cada bando, es el mismo una y otra vez. Siempre al final con los mismos advenedizos, con los mismos, incluido yo, opinando más de lo que debiera, desde la distancia de un cómodo sofá, mientras que, posiblemente, algún afectado no pueda abrir la boca para no ser tachado por unos u otros como enemigo, o simplemente no tenga sofá para descansar.


Por eso prefiero quedarme con la canción de Bob Marley, cantada por su hijo y acompañado por The Chieftains, porque a fin de cuentas, lo que nos pide, seamos de donde seamos, es que seamos libres de nuestra esclavitud mental, que es la que nos hace creer que yo puedo poseer lo que tú tienes y que tú me quieres quitar lo que yo tengo, cuando la realidad es que ni tú ni yo somos dueño de nada ni de nadie. Que no tengas miedo, te dice, de quien se aferra al miedo físico para atemorizarte, sea quien sea, y encarcelarte en mentiras y medias verdades. Y nos pregunta una y otra vez si queremos ayudarle a cantar esas canciones de libertad, porque únicamente siendo libres de mente podremos serlo físicamente.
Francamente, amigo Bob, me encanta la canción, pero lo veo jodido. Muy jodido.

Indice del Viaje por Irlanda

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