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Democracia y contrapunto

Publicado el 23 septiembre 2013 por Jcromero

En estos días de vergüenza y corrupción política, de estupor y desafección democrática, quisiera recomendar a nuestros políticos que reflexionen, que olviden consignas partidarias y, si no quieren oír a los ciudadanos, al menos que escuchen algo de jazz.

Jazz como metáfora y como deseo. Como metáfora, porque en el jazz cada instrumentista encuentra espacio para expresarse sin imposiciones doctrinarias ni bemoles dogmáticos: cada cual tiene su propio espacio y libertad expresiva. Eso sí, el sonido grupal solo se logra cuando se escuchan entre ellos. Saber escuchar, en el jazz como en la vida misma, es una virtud profundamente democrática. La música, como la democracia, no se hace teorizando: todos los libros, artículos o post que desmenuzan, analizan, critican o bendicen los actos políticos sirven de poco si no son leídos, si su lectura no induce a la reflexión ni ayuda a interpretar mejor la realidad. Tan escaso valor tiene la elocuencia del cliché como nulo valor tiene la música que no se ha escuchado nunca, la que se queda para siempre en un pentagrama olvidado o en una sesión jamás grabada. La música necesita ser escuchada como la democracia, para ser democracia, se tiene que compartir y construir día a día.

Todos oímos discursos o leemos declaraciones y panfletos sobre la crisis de la política y de los políticos. ¿Alguna novedad? Si navegáramos por la hemeroteca en cualquier tiempo, en el que se pudiera escribir con algo de libertad, encontraríamos parecidos reproches a los que hoy se esgrimen. Así pues, como la necrológica preventiva está entre los renglones de cualquier texto o incluso en los sermones de algunos optimistas, mejor una buena dosis de Jack Daniel’s escuchando, por ejemplo, a Christian Scott o  Bobby Timmons y volver al jazz como metáfora útil para políticos y ciudadanos. Sí, porque de existir una música versátil, libre, democrática y en continua evolución, esta sería el jazz.

En el jazz como en democracia, el estilo personal del líder tiene su importancia, pero precisa apoyarse en la sección rítmica como la democracia debería hacerlo en los ciudadanos y en proyectos políticos diferentes. En el jazz, el solista es un elemento fundamental que debe ensamblar al grupo. En el sonido de una banda ocurre como en política, el final es la suma de instrumentos pero sólo cuando sus intérpretes son capaces de escucharse y respetarse entre sí, transmiten buenas vibraciones colectivas. Mala democracia cuando vivimos el tiempo de los idiotas; cuando predomina el diálogo de sordos, crece el desconcierto y la ausencia de swing es absoluta. Mala democracia la que tiene por representantes de los ciudadanos a políticos que no escuchan a sus representados y a ciudadanos indulgentes o despreocupados con las traiciones, desvíos y desvaríos de sus políticos. Malos tiempos cuando nadie escucha a nadie.

Mal asunto cuando la polifonía entre representados y representantes es simple cacofonía o, peor aún; espeso silencio. En democracia como en la música, el primer requisito es prestar atención, saber escuchar, convertirse en oyente activo y, llegado el caso, ser el contrapunto necesario. Porque, tanto en democracia como en el jazz, el contrapunto es la esencia, la pugna en igualdad de opiniones de una nota contra otra; la coexistencia pacífica y armoniosa de diferentes voces. Sin embargo, o tal vez por ello, el poder es alérgico al contrapunto, al contraste de pareceres y a la expresión de las diferencias. El Gobierno, el partido que le otorga la mayoría parlamentaria y el coro de voces mediáticas que le arropan imponen la voz única. El sonido de los votos en las urnas, es su coartada. La apropiación ventajista de la mayoría silenciosa y la apología del inmovilismo; el salvavidas del náufrago. Para ellos no hay otra opción posible: o se toca la misma pieza o se impone la que ellos decidan. Está claro: ¡Ni son demócratas ni escuchan jazz!

http://wp.me/p38xYa-o7 

Algunos blogs que publican sobre jazz: La música es mi amante, Jazz, ese ruido, Jazz y otras hierbas, Retales de jazz, En clave de jazz, RoundJazz,

 


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