Revista Talentos
Siempre que me leía un cuento de buenas noches, mi padre se quedaba dormido y me dejaba solo en un país de pesadilla enfrentándome a dragones feroces, ogros sanguinarios, gigantes crueles, brujas pérfidas, madrastras antipáticas y duendes malévolos. Mi madre no entendía por qué todas las mañanas me levantaba desfallecido.