Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.
Revista Talentos
Comprobó con meticulosidad que toda la casa estuviera en orden. Dio un último vistazo a su alrededor. Suspiró satisfecho. No se le había escapado ningún detalle. Luego subió.
Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.
Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.