Revista Literatura

Diálogo entre Franklin y la Enfermedad

Publicado el 04 enero 2013 por Migueldeluis

Traducción de un fragmento de Dialogue between Franklin and the Gout

FRANKLIN

¡Ay! ¡Oh! ¡Ay! ¿Qué he hecho para merecer estos crueles sufrimientos?

LA GOTA

Muchas cosas; habéis comido en demasía y bebido con demasiada liberalidad y habéis consentido demasiado a esas piernas vuestras en su indolencia.

FRANKLIN

¿Quién osa acusarme?

LA GOTA

Soy yo, yo misma, vuestra enfermedad, la Gota

FRANKLIN

¿Quién, mi enemiga en persona?

LA GOTA

No, no vuestra enemiga.

FRANKLIN

Lo repito, mi enemiga; pues no solo atormentáis mi cuerpo hasta la muerte, sino que arrunáis mi buen nombre; me reprocháis ser un glotón y un borracho; mientra que todo el mundo, todo el que me conoce, concedería que no soy ni lo uno ni lo otro.

LA GOTA

El mundo puede pensar lo que desee; es siempre muy complaciente consigo mismo, y a veces con sus amigos; pero yo sé muy bien cual es la cantidad de comida y bebida apropiada a quien hace un adecuado grado de ejercicio y lo que que sería demasiado para alguien sedentario.

FRANKLIN

Hago –¡ay! ¡oh! –tanto ejercicio –!aj! como puedo, Madamme Gota. Conocéis que mi trabajo es sedenario, y teniendo eso en cuenta, parecería, Madamme Gota, que me podrías aliviar un poco, viendo que no es del todo culpa mía.

LA GOTA

Ni tanto así; vuestra retórica y educación se desperdicia; vuestra apología no vale nada. Si vuestra situación en la vida es sedentaria, vuestras diversiones, vuestra recreación, al menos, debería ser activa. Deberíais caminar o montar; o si el clima impide eso, jugar al billar. Pero examinemos el curso de vuestra vida. Cuando las mañanas son largas, y tenéis asueto para salir afuera, ¿que hacéis? En vez de ganar apetito al desayuno, mediante un ejercicio saludable, os divertís com libros, panfletos y periódicos que, por lo general, no merecen su lectura. Sin embargo coméis un desayuno extraordinario, cuatro platos de té, con crema, y una o dos tostadas de mantequillas, con cecina que imagino no son cosas de las de más fácil digestión. Inmediatamente después os sentáis a escribir en vuestro escritorio, o a conversar por asuntos de negocios. Mientras el tiempo pasa hasta la una, sin ningún ejercicio corporal. Pero todo esto os lo podría perdonar, en cortesía, como decís a vuestra condición sedentario. Pero, ¿cuál es vuestra práctica tras la comida?

// Detengo la traducción aquí, además de que porque el mensaje queda claro, porque Franklin reflexiona a partir de ahora al hilo de la ciencia médica de la época, y preferiría acudieráis a la actual. Y, sinceramente, da miedo quedarse sentado =)

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Imagen tomada de Wikimedia Commons

Número de artícu­los dia­rios con­se­cu­ti­vos: 28


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