Revista Talentos

El aguinaldazo de los transportistas

Publicado el 09 diciembre 2013 por Perropuka

El aguinaldazo de los transportistas

Un bloqueo "pacifico" en Cochabamba (imagen de archivo)


Para empezar quisiera agradecer a todos los micreros, minibuseros y demás rechonchos “trabajadores del volante” por haber librado a mi ciudad, aunque sea por un día, de la infecta contaminación de sus carcachas, el martirio de sus bocinazos compulsivos y, sobre todo, de su sempiterno desaseo personal. Ni se diga de su cara agriada al brindarnos el servicio, si puede llamarse así a la conducción temeraria a plan de frenazos y acelerones bruscos que se prodigan todos los días. Como se creen denodados pilotos de las calles no hay quien le ponga freno a sus excesos. 
Gracias a su paro movilizado, hoy tuve que levantarme más temprano. Afortunadamente el día amaneció espléndido, nublado y con temperatura rondando los 20 grados al empezar la mañana, ideal para emprender una caminata. A pata tuve que hacer los cuatro kilómetros que separan mi departamento del centro. En resumen, una hora de ida y otra de vuelta a paso tranquilo, el ejercicio que los médicos recomiendan. Ya no tuve que pasar por el gimnasio como tenía previsto para curar los excesos del fin de semana. La rutina me salió gratis, oyendo incluso a los pajaritos de los pocos árboles que adornan las aceras. Como si fuera un paseo, vamos. La ciudad ofrecía una calma chicha o atmósfera Zen, según las nuevas tendencias mundiales del reposo.  Todo gracias a la puerca obstinación de los transportistas de subir sus tarifas, aprovechando la resaca del aguinaldazo de Evo el Austero, quisieron recaudar también lo suyo, como queriendo justificar que aparentemente hay plata fresca en el ambiente.
Así de gloriosos son la Federación de Transportistas y demás sindicatos del Autotransporte, como gustan llamarse, no sabemos si lo será para movilizarse ellos o si sus vehículos se autotransportan. Quizá suene tan chulo como la División Aerotransportada del Ejército, nombre solemne para todos los paracaidistas. En fin, que me voy por las nubes, disculpen. Decía que los choferes sindicalizados constituyen la mafia más poderosa de este país, después de los cocaleros, porque de facto dictan las normas y reglas de circulación, como verdaderos dueños de las calles suspenden el servicio cuando les da la gana, bloquean con sus motorizados cuando les da la gana, y recogen a los escolares cuando les da la gana. Amén de que se bañan cuando les da gana, ya pueden imaginar cómo de aseados son sus vehículos: por higiene mental me ahorro el trabajo de describir, es como el desagradable sacrificio del día, casi un acto de fe resulta subirse a sus chiqueros con ruedas, especialmente los micros antiguos. Por supuesto que hay excepciones que confirman la regla.
Como las autoridades del municipio tienen vehículos propios o, en su defecto, coches oficiales con choferes a disposición, nunca se detienen a inspeccionar el estado del transporte público, ni mucho menos se las ve subiendo a un micro, ni por necesidad. Sólo se reúnen con los dirigentes cuando hay que discutir las rutas y las nuevas tarifas, pero siempre los sindicatos llevando la voz cantante con su chantaje de paralizar las avenidas si las decisiones ediles no se ajustan a sus caprichos. Así ha sido desde siempre, desde que un día -era muy chico, casi no recuerdo- decidieron guardar los colectivos amarillos de EMTA, el servicio municipal de transporte que era ineficiente, para dejar librada a la población en manos del pésimo, caótico y abusivo servicio de los sindicatos actuales. Hasta se dan el lujo de no cumplir a cabalidad el recorrido de sus rutas, ni respetar sus horarios: a veces se tiene que esperar hasta media hora para que aparezca un bendito minibús y casi siempre lleno para más calvario. La saturación de líneas y el aumento desmedido de unidades pequeñas es otro de los grandes males. Los innumerables proyectos de masificar el transporte languidecen en viejos archiveros de la alcaldía desde hace una década o más.
Así pues, los nunca bien ponderados y sacrificados trabajadores del volante decidieron saltarse la ordenanza municipal que fija las tarifas en 1, 70 Bs y quisieron redondear el pasaje a 2 Bs, aduciendo que los repuestos y los productos básicos han subido sus costos. Muy honestos son los choferes que casi siempre cobran 1,80; devolviendo apenas veinte centavos cuando se les entrega 2 Bs, con la excusa de que no tienen monedas de diez centavos. De hecho, todo el tiempo se quejan de que trabajan a pérdida desde hace años y uno se pregunta por qué no abandonan la actividad y se dedican a negocios más rentables. Y uno quisiera oír también explicaciones de por qué algunos dirigentes son propietarios de varios micros y minibuses y, de paso, podrían explicar por qué la “acción” o derecho a afiliarse a una línea se cotiza tan alto (algunas por encima de los diez mil dólares) si el negocio no es redituable. Mansos ciudadanos seremos pero no somos cojudos.
Entretanto, nos tienen paralizada la ciudad, con sus “pacíficas” movilizaciones, como así denominan a sus bloqueos todas las hordas o movimientos sociales que se han apoderado de este atribulado y kafkiano país. Resulta muy pacífico impedir el libre tránsito de los demás y de paso te agreden pacíficamente si les reclamas, como pacíficamente te pinchan llantas o te apedrean el vehículo.  En las manos de Dios estamos,  mientras el recontra amado líder, muy visionario como es, nos prometió a los cochabambinos un reluciente tren subterráneo para los próximos años. Mucho me consta que en ricas ciudades de la vieja Europa no tienen presupuesto para tan caros proyectos. Aquí seguimos andando en carromatos con motor y no somos capaces de ofrecer un servicio eficiente y moderno de transporte urbano como en toda ciudad civilizada. El Metro ya es el colofón del delirio populista. Como saltar instantáneamente de los viajes en lomo de burro a los cohetes espaciales. Será cosa de estúpidos poner los pies en la tierra, seguramente.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Perropuka 231 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Dossiers Paperblog

Revista