Revista Talentos

El bebé más hermoso del mundo

Publicado el 11 enero 2017 por Sylvia
Para ti, bebé.
No todas las mamás aman a sus hijos; creo que la mayoría, sí; pero es importante observar que no es un fenómeno universal.
Sobre ese amor, las mamás solemos coincidir en que nos transforma, en que nos atraviesa el cuerpo... Coincidimos más o menos según nuestras cosmovisiones y nuestras filias; pero es un amor que se vive y se expresa de muchas maneras; no todas las mamás son dulces, por ejemplo. Además, aunque un bebé suele sacar lo más tierno de las personas y más de la mamá: como con otros amores, no estamos todo el tiempo en el idilio del enamoramiento. Para empezar, porque el mundo estorba: la mayoría tenemos, por decir lo menos, necesidad de trabajar y de lavar platos; además, ahí están los problemas, las incomodidades, etc. Tal vez, que no sean realmente de todo el tiempo es parte de lo que hace maravillosos a esos momentos en que nos conmueve con especial emoción ver la carita de nuestros niños, tocar sus manitas, sentir su respiración.
Pensé esto a partir de que hoy vi al bebé más hermoso del mundo. Ya se sabe que casi cada mamá recibe a uno.
Estábamos en el camión, B y yo, regresando a la casa, luego de una consulta de rutina con la pediatra. En una parada, se subió una mujer joven con un bebé: un bebé pequeñito que la tenía en las nubes. Lo veía, le hablaba, trataba de ponerlo cómodo, en una especie de burbuja de amor en medio del hacinamiento y la suciedad. La canción de cuna de Brahms no es más dulce que lo que tenían esos dos. Detuve a B cuando intentó tocarlo; veíamos solo su cabecita con algo de cabello, cubierta con un gorro con orejas de oso. Y eso dijo mi niña: "orejas", "oso", "ojos", "bebé". No podíamos verle la cara, pero cuando B se topa con una persona, declara con cierta emoción que ahí hay unos "ojos". "Seguro tiene unos ojos lindos", le dije. Y estuve segura porque al rato, una niña mayor de pie junto a la mama y el bebé, soltó un "qué bonito" que le salió del alma. La mamá agradeció con la modestia educada de quien sabe que lleva en brazos al bebé más hermoso del mundo. Unas cuadras después se levantaron y vi la carita. Vi lo que llaman malformación por labio leporino; una muy pronunciada.
¿Cuándo dejamos de ver la belleza real?
Silvia Parque

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