Revista Literatura

El BOOM de la ciencia ficción fácil de digerir

Publicado el 26 septiembre 2017 por Cabaltc

Esta semana rescato un artículo que escribí hace meses y que no sabía cómo ni cuándo publicar: la ciencia ficción fácil de digerir.

Hace más de un año que hice una anotación en mi lista de posts pendientes de escribir y la titulé «El boom de la ciencia ficción fácil de digerir». Esa línea, ese título, ha estado dando vueltas por mi proyecto de Scrivener para el blog sin que terminase de querer escribir nada. No es que no supiera qué escribir, es que no me apetecía meterme en el berenjenal de tener que hacerlo.

Y hubiera seguido sin escribirlo de no ser porque me he topado con este artículo que habla de algo parecido: La ciencia ficción que se avergüenza de la ciencia ficción. Un artículo que tiene una tesis muy clara.

Ciencia ficción sin ciencia ni ficción

La síntesis del artículo anterior es que la ciencia ficción de hoy en día (el autor basa su argumento en comparar las series vieja y nueva de Battlestar Galactica) utiliza la máscara futurista (rayos láser, naves, robots, planetas, holocaustos nucleares…) como cortina de humo para contarnos la historia de un problema (social, humano, misterio, muerte…) en el que esa misma máscara es irrelevante.

Viene a decir que puedes ver un capítulo completo de la serie nueva de Battlestar Galactica sin encontrar un solo elemento de ciencia ficción. Ojo, tienes que entender eso de «encontrar un elemento de ciencia ficción» en un sentido amplio de profundidad en la trama.

Sí, por supuesto que ves naves, y robots, y armas futuristas, y otros elementos más de la ciencia ficción pero, ¿qué relevancia tienen dentro de la historia? ¿Qué peso tienen esos avances tecnológicos dentro de la trama?

Ninguno.

Como dice el autor del artículo: «la nueva Battlestar Galactica es la historia de dos personas encerradas en un cuarto, discutiendo porque son incompatibles entre sí».

La nueva Battlestar Galactica es la historia de dos personas encerradas en un cuarto, discutiendo porque son incompatibles entre sí

Quizá es una afirmación un poco agresiva y generalista, pero no deja de encerrar una gran verdad: que la ciencia ficción fácil de digerir es cada vez más popular.

El ciclo de las cosas

La humanidad siempre acaba dando vueltas y rebotando de un extremo a otro. Pasamos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha cada X años, y lo hacemos como animales que somos: a lo bestia. Las tendencias de moda rebotan en su máxima libertad y se retraen hasta niveles de represión increíbles, la orientación política mayoritaria también lo hace, los objetivos de la sociedad también se mueven de un lado para otro… cualquiera con unos cuantos años a sus espaldas o un poco de curiosidad histórica se dará cuenta.

No tienes más que dejar pasar el tiempo suficiente para ver que todo va y viene como si fuera un péndulo.

¿Y qué tiene esto que ver con la ciencia ficción?

La edad de oro de la ciencia ficción

Hace un par de años, cuando empecé a escribir mi curso para aprender a escribir ciencia ficción, me empapé muy bien sobre la historia de la ciencia ficción moderna. Una ciencia ficción que va desde Mary Shelley y su moderno Prometeo, hasta hoy.

Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de que, lo que empezó siendo un género especulativo sin mucha chicha, fue dando paso a un contenido científico-tecnológico alucinante. En la década de los 50, todo lo que no fuera ciencia ficción hard se consideraba literatura de segunda clase. Los desarrollos y especulaciones científicas tenían que llevar la voz cantante en las narraciones, y los personajes solo estaban ahí para poder mostrarte esos desarrollos y especulaciones.

El que diga que en los 50 escribían una ciencia ficción fácil de digerir…

Asimov, Robert A. Heinlein, Arthur C. Clarke, Philp K. Dick, Frederik Pohl, Frank Herbert, Ray Bradbury, George Orwell… todos escribieron obras increíbles en las que su ciencia y su ficción tenían una repercusión espectacular en la historia que desarrollaron.

Los replicantes son la esencia de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, la psicohistoria es clave en La Fundación, los heechee y la exploración del espacio es esencial en Pórtico

La ciencia ficción era esencial en las historias de aquella época. Aunque las historias en sí podían no ser lo importante.

No puedes negar que, aunque los hayamos disfrutado, son libros muy densos que no todo el mundo es capaz de disfrutar.

Y ellos también debieron darse cuenta.

El cambio de mentalidad

Varias décadas después, sobre los años 80/90, la ciencia ficción dejó de ser tan compleja y densa y empezó a enriquecer sus tramas y personajes, a costa de sacrificar parte de su ciencia. Los libros de esa época, si bien siguen estando llenos de una ciencia y una ficción indispensable para la narración, empezaron a abrirse hacia el gran público.

Y es aquí donde entra en juego el gran consumo, las masas y el llegar lejos y a cuanta más gente mejor. Ya sabes: ciencia ficción de gran consumo = ciencia ficción fácil de digerir.

Los Asimov dieron paso a las Suzanne Collins, los Dick a Ernest Cline y… la ciencia ficción dura, en general, pasó por una fase de reblandecimiento que ha terminado en una ciencia ficción en la que la ciencia ficción no importa.

Parece que ahora la ciencia ficción no busca deslumbrar con sus especulaciones, sus desarrollos ni sus predicciones increíbles. Se ha convertido en un escenario que vende mucho, vende bien, pero que no tiene un trasfondo claro ni impactante.

Simplemente está ahí como un decorado que puedes sustituir por cualquier otro sin afectar al resultado final.

Mientras escribo estas líneas me vienen a la mente un montón de ejemplos:

La ciencia ficción fácil de digerir

Todo empieza por pequeños detalles. Pequeñas inconsistencias que pasan desapercibidas y ponen las cosas más fáciles al lector o al televidente.

Matrix es un claro ejemplo de este sacrificio de la ciencia en pro de un contenido de ciencia ficción fácil de digerir, de masticar y de tragar. ¿Hay alguien que, en su sano juicio, se crea que los seres humanos podemos ser utilizados como pilas? ¿En serio? Joder, si llego a saberlo no me gasto 90€ en una batería externa para el móvil… me conecto unas pinzas a la lengua y lo cargo allá donde vaya sin necesidad de llevar otra cosa encima.

Los productores creyeron que la idea original sería mucho más difícil de comprender para nosotros, los estúpidos telespectadores. Porque claro, decirle a alguien que crías seres humanos para utilizar sus cerebros como procesadores o como herramientas de cálculo… es absurdo, ¿verdad?

Pues no, amigo. Cualquiera con un mínimo de nociones básicas sabrá que ser una pila es absurdo, pero que la mente humana tiene mucho potencial. ¿Cuánto? No lo sé, pero no parece descabellado que puedan querer usarnos como piezas en su sistema de cálculo robotizado e hiperavanzado.

Y eso que en Matrix la ciencia ficción sí es esencial para la historia. Pero ya ves por dónde voy.

Otro ejemplo que he terminado de ver hace poco es la adaptación a serie de la película 12 monos.

ATENCIÓN, POSIBLES SPOILERS.

En esta adaptación, llevan la actuación de Bruce Willis al extremo y convierten su viaje al pasado (el de la película) en una serie de intentos por evitar el apocalipsis. Ya sabes: ciencia ficción fácil de digerir + mismo esquema repetido hasta la saciedad = éxito televisivo.

Hasta aquí podría ser correcto. Pero no tienes más que ver tres o cuatro capítulos para darte cuenta de que los viajes en el tiempo son una excusa. Las consecuencias de hacerlo son casi inexistentes y/o te las puedes pasar por el arco de triunfo cuando te apetece, cualquiera puede hacerlo, puedes ir a donde quieras, hacer lo que quieras… y no pasa nada.

¿Por qué? Porque la ciencia ficción que hay detrás es una máscara para hablar de la lucha entre buenos y malos. Yo monto un complot contra ti, tú lo montas contra mí. El cómo luchamos o cuándo lo hacemos es irrelevante.

Puedes quitar los viajes en el tiempo (como te digo, con más agujeros en sus planteamientos que otra cosa), dejar todo como una lucha entre dos familias, y llevarte la historia al siglo XVII sin ningún tipo de problema. ¿Entiendes a qué me refiero con ciencia ficción fácil de digerir?

Bueno, perderías el poder montar decorados de cualquier época…

En resumen

Últimamente mido con mucho tiento los libros que leo (me falta tiempo, y más vale acertar a la primera). Si miro mi biblioteca, la verdad es que dejo de pensar en que la ciencia ficción está perdiendo ciencia y sustituyéndola por historias corrientes… aunque quizá, si leyera más ciencia ficción fácil de digerir, leería más…

Pero si pienso en la ciencia ficción que veo en series y películas (y en muchos de los libros que descarto o leo en diagonal), no puedo desprenderme de esa sensación de que la mayoría podrían quitarse la etiqueta de ciencia ficción, quitar ese velo futurista o especulativo con el que se visten, y quedarse como lo que son: meras telenovelas, folletines o historias de aventuras. Porque, en mi opinión, esta ciencia ficción fácil de digerir no es muy ciencia ficción que digamos…

Y es que una historia de ciencia ficción, fácil o difícil de digerir, necesita que esa ciencia ficción sea parte esencial de la trama. Si puedes quitarla, cambiarla, modificarla o hacer cualquier cosa con ella sin que afectes a la historia… Entonces no estás haciendo ciencia ficción. Estás intentando sumarte a un carro en el que, quizá, consigas vender más.

Por eso me siento halagado cada vez que alguien de mi entorno, que no lee ciencia ficción habitualmente, coge Memoria selectiva y habla de la complejidad de las historias y la ciencia que hay detrás. Es un orgullo para mí.

Aunque también me asusta pensar que los intereses de la sociedad tienden a hacerlo todo más fácil y accesible para todo el mundo, mientras que yo sigo manteniendo mi ciencia ficción ligeramente densa y compleja.

Pero claro, esa pregunta de si quieres escribir para vender o escribir para crear ciencia ficción apasionante… merece otro artículo completo.


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