El chicatopríncipe

Rasgo principal: le falla a menudo su órgano visual.
Es aquel que mientras conduce consigue que tus vísceras padezcan reiterados ataques de pánico pues como no alcanza a ver el velocímetro del coche, las velocidades a las que lo lleva suelen ser bastantes más altas que las permitidas. Pertenece al grupo de los que tienen por costumbre decir con firmeza que cruzaron el semáforo en amarillo/ámbar. Pero tú no eres daltónica, y sabes que lo que él llama amarillo/ámbar, equivale a rojo en tu mundo.
Es aquel que siempre llega entre quince minutos y media hora tarde porque no ve. No ve ni el reloj de su muñeca, ni el de su coche, ni el de la pared, ni el de la torre de la iglesia, ni el de su celular/móvil, blackberry o i-phone, ni el de su netbook, laptop o tablet, ni el de la televisión, ni el del microondas, ni ninguno de los relojes varios que lo rodean en su vida cotidiana.
Es aquel que debido a su pésima visión, no te entiende la letra cuando va al supermercado con la lista que le dejaste sobre la mesa de la cocina, y por ello, compra más o menos lo que a él le parece que no debe faltar en toda casa; a saber: cerveza en lata, vino tinto, cerveza en botella, ocho salamines/salchichones, salchichas, pan de pancho/perrito caliente, pizzas varias, una caja de donuts glaseados.